Go Elements! Pokémon & Digimon «2.0.»

¡Aguanta Pedro! ¡La Helada Resistencia!

Tras conocer a Martín, les conté a los demás que él era uno de los nuevos elegidos.

«12 del mediodía.»
Era la hora del recreo, entonces Martín y yo dimos una vuelta por el patio. Martín era el único que conocía, ya que los demás estaban en un colegio distinto.

-Martín, voy un momento al baño. Espérame aquí, no voy a tardar.- dije haciendo el bailecito del 'no me aguanto más.'

-Vale.- dice Martín riendo.

Salí corriendo hacia las escaleras.
Al subirlas, entro al baño.

Había un chico que me sonaba demasiado... Era alto, moreno y un poco pálido.

Cerré la puerta del baño, como de costumbre.

Empieza a llover... Ya había empezado el invierno y hacía frío.

Ese chico se lava las manos y baja el picaporte para abrir la puerta.
No se puede abrir.

-No puede ser...- dice el chico apretando los dientes.- No se puede abrir...

Pega un puñetazo en la puerta mientras pide ayuda.

-Ha sido por mi culpa... He sido yo el que ha cerrado la puerta...- susurro triste.
-No pasa nada, alguien nos oirá.- responde intentando consolarme.

Hace frío, demasiado.

Entonces nos sentamos juntos en el suelo para darnos algo de calor, ya que el jersey del uniforme no te protegía demasiado del frío.

Entonces una luz color blanco sale del bolsillo de sus baqueros...

-No me digas que... Tú también eres un niño elegido.- digo mirando la luz.
-Sólo me encontré esto, mi móvil toma apariencias diferentes...- dice sacando un Poké-Power blanco de su bolsillo.

Entonces mi Poké-Power también empezó a brillar, liberando el espíritu Pokémon de FightGlalie y los espíritus digitales de Kumamon y Korikkakumon.

Empecé a explicarle lo mismo que a Martín.

-¿Nos ayudarás a vencer a los tres demonios restantes?- le pregunto.

El chico cierra el puño.

-Por supuesto.- responde el chico.

Seguí explicándole todas nuestras aventuras en el digimundo, hasta que bostecé. Me estaba entrando sueño, y empecé a cerrar los ojos.

-¡No te duermas! Sigue contándome cosas... Por lo menos, dime cómo te llamas...- me pregunta mientras intento no cerrar los ojos.
-Pedro...- susurro.- ¿Y tú?
-Álvaro, me llamo Álvaro... No te duermas, cuéntame más.- me pide Álvaro.

No puedo resistir más, así que cerré los ojos.

Entonces una voz se oye proveniente del pasillo que me hizo no cerrarlos.

-¡Aguantad!

Era una voz parecida a la de Martín...
Y cuando voy a cerrar los ojos, entra Martín junto con algunos profesores para ayudarnos...

-Tranquilos os ayudaremos. ¡A la sala de profesores!- dice mi tutor.

«13:30 de la tarde.»
Despierto en la sala de profesores, sentado en una silla muy cómoda y con una manta calentita, con Álvaro a mi derecha, Martín a mi izquierda y un vaso de leche caliente en la mesa...

Cojo el vaso y le doy un trago a la leche.

-Gracias por avisar a los profesores, Martín, y por salvarnos la vida.- le digo a Martín.
-No hay de qué.- responde Martín.
-Gracias a ti también, Álvaro, por intentar darme calor e intentar que no me durmiera.- prosigo.
-¿Para qué están los compañeros?- dice Álvaro sonriendo.

Aparece otro digimon en el patio, parece que quieren eliminarnos.
Es un Wizardmon.

Álvaro se lanza al ataque.

-¡Espíritu Pokémon, evolución!
FightGlalie.

Álvaro se transformó en un Glalie que tiene extremidades.Tiene una punta más en su cabeza.

Éste se lanzó sobre Wizardmon, pero lo lanzó lejos con su magia.

Álvaro digievolucionó.

-¡Espíritu Digital, digievolución!
Kumamon.

No me lo creía, le había ocurrido lo mismo a Álvaro.
Un chico alto se había transformado en un pequeño oso de nieve.

Me empecé a reír. Martín me siguió.

Álvaro volvió a digievolucionar de la vergüenza.

-¡Kumamon, cambio de digievolución a KorIkkakumon!

Ahora se había transformado en un gran orangután con dos hachas, que derrotó a Wizardmon.

-Admitido.- le dije a Álvaro desde la ventana mientras tenía la manta sobre mi cuerpo.

Él me sonrió y levantó el dedo pulgar con el puño cerrado.