4. Inseguridades. Parte 2

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Ander había despertado con los rayos del sol lastimándole los ojos, sin darse cuenta se habían quedado dormidos sentados viendo la luna. Nea seguía recargada en su hombro, sonrió al recordar cómo está estaba hablando y como poco a poco su voz se iba desvaneciendo hasta que se quedó en silencio profundamente dormida.

Había querido despertarla, para llevarla a su habitación, pero se veía tan tranquila que decidió esperar a que cayera en sueño profundo para llevarla, pero antes de que pudiera hacerlo él también cayó en sueño profundo.

Ahora su espalda le dolía, sentía las piernas y los brazos entumecidos, imaginaba que Nea iba a estar igual o peor cuando despertara.

Navah había estado toda la noche dando vueltas en la cama, todo había cambiado. Ella debía cambiar.

"No te ofendas, Navah, pero nunca saldría con chicas tan superficiales como tú." Era lo que le había dicho Eleazar, Eleazar había sido su amor platónico desde que tenía trece, nunca se había atrevido a acercársele y mucho menos a coquetearle, en su infancia, Navah se había convencido así misma de ser fea y poca cosa, pero poco a poco había logrado superado eso, había aprendido a valorarse, y tal vez a sobrevalorarse. Ahora todos la consideraban la chica popular y superficial, y en cierto modo era así, pero algo que le molestaba demasiado era que las personas las juzgaran sin conocerla.

Era popular sí, pero eso no era del todo bueno. La mayoría de las chicas en el instituto no se le acercaban por miedo a que las criticara o les quitara a su novio, y los chicos la consideraban una "fácil" pensaban que con sólo acercársele y decirle un piropo ella caería rendida a sus pies y hasta en su cama.

El rechazo de Eleazar le había afectado y bastante, trato por todos los medios de demostrarle que no era superficial, había hablado con los chicos a los que consideraban nerds, pero eso solo había hecho pensar a Eleazar que lo hacía por él, y bueno era por él, pero no en ese modo. Al fin de la semana, Eleazar había comenzado a salir con una chica, no era tan bonita como Navah, ni era popular, era la chica "x" a la que nadie tomaba en cuenta, excepto Eleazar.

Navah no pensó en las consecuencias de su actos, simplemente cegada por los celos fue hasta la chica o más bien, fue hasta la novia de Eleazar y le dijo que se alejara de él, que si no lo hacía se iba a segura que toda la escuela la despreciara, la chica se echó a llorar y se fue corriendo con Eleazar. Cuando él se enteró, fue directamente hacía Navah, la dejó en ridículo.

Ese día Navah lloro toda la tarde, al siguiente día decidió no volver a ser el ridículo de nadie más. Pensaban que era superficial y zorra, pues lo iba a ser.

Sin embargo, ahora ya no sabía quién ser: Navah la chica popular y superficial, o Navah la chica que a pesar de todo sale a delante con esfuerzo y valentía.

Se levantó de la cama y fue hasta la cocina, se sirvió un vaso de agua y lo bebió de un jalón, ayer no había tenido tiempo de explorar la casa, aunque no había mucho que ver, solo había dormitorios, sala y cocina, aun así recordaba un pasillo a la entrada de la casa, pero no se había atrevido a preguntar a donde conducía. Bueno, nunca era tarde para la curiosidad.

Cruzó el pasillo, y llego a la puerta principal, se giró y vio la escena más tierna: Ander y Nea estaban dormidos, ella tenía su cabeza en el hombro de Ander y este había recargado su cabeza en la de ella.

Sonrió, ahora ya tenía una forma de molestar a Nea y Ander. Se alejó del pasillo en silencio, no quería despertarlos, se veían tan lindos juntos.

Regreso a su habitación y abrió el pequeño armario, Azzhiel les había dicho que todo lo que podrían necesitar estaría en su habitación y no se había equivocado. En la habitación de cada uno había un armario con ropa y zapatos. El baño tenía objetos de uso personal y para las chicas había un par de cosas para verse bonitas.

Los Elegidos (Legado Elemental #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora