Los Elegidos (Legado Elemental #1)

19. Guerreros

Navah no había podido conciliar el sueño aún, se encontraba desesperada, molesta y decepcionada. En la cena sus compañeros no dejaban de hablar de lo maravilloso que les iba en los entrenamientos.

Ander había logrado mantener el fuego en sus manos más de dos minutos y había logrado lanzar las llamas más de cinco metros (algo grandioso según él). Nea se había dedicado el resto dela tarde a hacer en su mano miles de remolinos que no matarían ni a una mosca, pero era un gran avance. Y Luca, que aunque era el que menos alardeaba, había conseguido hacer una ola perfecta y que la marea subiera lo más posible.

¿Cómo era que ella se sentara durante todo su entrenamiento en la tierra? Ella no había dominado su elemento ni una vez, si su mentor la había dejado tocar una sola piedra era ganancia.

Con gran desespero se levantó de la cama, tomo su bata y la vela que reposaba a un lado de su cama y salio de la habitación.

Se escabulló entre los pasillos y bajo las escaleras con todo el sigilo que pudo, escuchó algunas voces provenientes de la sala, pensó que serían algunas de las doncellas, pero su idea cambió cuando reconoció la voz de Nea y Luca, ¿qué hacían ellos tan tarde platicando?, se acercó un poco para escuchar más acerca de lo que hablaban.

−Entonces, ¿nos están utilizando?−pregunto Luca, su voz se notaba insegura y temblorosa. Se oyó un suspiro de parte de Atenea y Navah dedujo que la chica asintió o negó con la cabeza, pues no escucho un no o un sí.

Pero ¿a qué se refería Luca con esa pregunta? ¿Quién los estaba utilizando? ¿A quiénes y por qué?

−Está bien, te voy a decir lo que escuche la otra noche, pero Luca, ni una palabra. Si dices algo estoy muerta ¿entendido? –la voz de Atenea pareció engrosarse un poco más, pero también comenzó a bajar el volumen de ella, Navah se acercó un poco más para escuchar con más claridad, pero al parecer se olvidó que llevaba una vela en su mano y al inclinarla un poco la cera derretida cayó sobre su mano, la chica sin querer soltó un leve quejido.

−Alguien está aquí−dijo Luca, Navah salió lo más pronto que pudo de la habitación por la puerta trasera y se escabullo entre los árboles, claro, pero primero apago la vela.

Escucho a lo lejos pasos entre el pasto, supuso que era Luca o Nea para averiguar quién los había escuchado, al parecer su plática era demasiado importante o "privada", no quería inmiscuirse en asunto en los que no era llamada, aunque tenía que admitir que su curiosidad la hacía querer ir a cuestionarlos.

La parte de su mano donde había caído la cera caliente comenzó a arder más de lo normal, trato de caminar un poco más a la luz de la luna, no distinguía muy bien, pero era algo notorio que la zona estaba enrojecida y noto unas diminutas ampollas sobre ella.

Por alguna razón comenzó a caminar hasta su lugar de entrenamiento, muchas veces se perdía en camino al círculo de rocas, pero esta vez era diferente, era como si su mente siguiera una ruta ya definida.

Cuando llegó ahí, se adentró en el círculo y se sentó, como siempre lo hacía, pero esta vez se sintió diferente. El ardor en su mano seguía ahí presente, era como si por cada segundo que pasara su dolor se hiciera más y más fuerte.

Tomó la fría y húmeda tierra entre su mano y comenzó a echarla encima de la que tenía la quemadura, sintió algo de alivio, pero no por completo.

−Oh vamos, soy guardián del elemento tierra, ¿no puedo curarme con ella?−se bufó de sí misma.

−Bueno, posiblemente ellos tenían razón, el mundo tenía razón, ¿cómo a una chica que sólo le preocupa la moda y el mundo social podría resaltar en algo productivo? Desde que he llegado aquí lo único que he hecho es fijarme en la apariencia de todos, a Nea le falta una arreglada, la chica es guapa, pero con algunas mejoras sería incluso más hermosa. Luca necesita cambiar su estilo, se ve muy formal para mi gusto. Ander en cambio se viste muy bien, es como un antiguo guerrero guapo y sexy que siempre describen en los cuentos. Y bueno, ni hablar de los guardianes, les hace falta un buen corte de barba y cabello. Eidur es un tipo guapo, pero para mi gusto si le agregamos una barba y una mejor combinación en su atuendo diario se vería muchísimo mejor−al darse cuenta de lo que estaba haciendo dio un largo suspiro mientras negaba con la cabeza. −Debería de darme por vencida, hasta Atenea parece ser mejor que yo en esto. Mis padres estarían decepcionados de mí sí me vieran ahora...