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La mañana siguiente llegó con suma rapidez. Lo próximos guardianes Aire, Agua y Fuego se habían metido en grandes líos y sus mentores respectivos les estaban dando en aquel momento un sermón que no iban a olvidar.

El guardián Tierra por su parte se había excluido de aquella situación, pues su aprendiz no había formado parte de aquel caos, es más, ni siquiera la había visto en toda la mañana, había mandado a las doncellas a buscarla, pero ninguna obtuvo buenos resultados...

Salió al jardín en busca de ella, particularmente iba más atrasada en sus entrenamientos que sus otros compañeros, pero ella aún no estaba lista, el guardián la había observado. La chica aun llevaba puesta aquella mascara de superficialidad, él sabía que detrás de esos vestidos bonitos, ese rostro lleno de frialdad y ese sentimiento de superioridad, en su alma estaba la fuerza, seguridad y estabilidad que necesitaba para dominar su elemento.

La encontró dormida sobre la tierra, se percató que el circulo donde siempre la limitaba a estar había desaparecido, la chica dormía plácidamente, el guardián golpeo suavemente el pie contra la tierra haciendo que esta temblara un poco, la rubia chica se despertó de golpe y alarmada de puso de pie.

−Ya era hora elegida, tus compañeros se han metido en un lío y no has estado con ellos para acompañarlos, ¿qué acaso es más interesante dormir en la tierra que una noche llena de aventuras?−Navah se quedó en silencio−Anda, ve a lavarte y cámbiate un largo día de entrenamiento nos espera.

Navah tomó un suspiro, tal vez iba a cometer un error pero no pensaba callar más.−No.

−Disculpa, elegida ¿qué has dicho?−el guardián la miró a la cara, la chica lo miro y ahuyentando todo su miedo le respondió

−Dije que no. Ya estoy harta de esto, no pienso volverme a sentar en ese ridículo círculo de piedra otra vez, tengo más capacidad y fuerza que para sólo mirar la tierra y saber a qué huele o qué tipo de pájaro hizo excremento ahí. No sé qué tenga en mí contra, pero le aseguro que ser rubia no me ha vuelto menos inteligente o fuerte que usted o que los demás guardianes, e incluso que mis compañeros. Tengo un buen dominio con todas las armas y...−el guardián la interrumpió.

−Navah, es suficiente−la chica ya esperaba su regaño−ve a cambiarte, te espera un largo día, al fin estas lista para influenciar el elemento tierra...


Atenea, Ander y Luca salieron de la biblioteca con los ánimos por los suelos. Aquel regaño jamás lo olvidarían de eso estaban seguros....

Luca inmediatamente subió a su habitación, mientras que Ander se quedó en la sala y Atenea camino en dirección a la cocina, había encontrado al fin lo que tanto tiempo anhelaba, lo que sabía daría respuestas a sus preguntas, ahora sólo tenía que saber cómo hallarlo.

Aun no sabía exactamente como lo había visto, pero hubo un momento en el que todo el mundo se alejó y ahí, atraves de las estanterías estaba la respuesta que tanto deseaba. Al salir de la biblioteca encontró a Ander, rápidamente se apresuró a llegar a él, el chico ni se inmuto ante su presencia, se recargó en uno de los grandes ventanales que había en la sala y la ignoró.

−¿Sabes si ya salieron los guardianes?−preguntó en voz baja.

−No, sigue en la biblioteca. Sera mejor que no te acerques tanto−le respondió el chico alejándose un poco.

−¿De qué hablas?−cuestionó Atenea desconcertada

−Oh ya sabes, Luca puede bajar en cualquier momento, no queremos que se enfurezca y haga llover por todo el castillo, ¿no es cierto?−respondió en tonó burlón.

Los Elegidos (Legado Elemental #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora