28. Encuentros Inesperados

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Atenea seguía mirando a Luca desde el lugar donde la había dejado minutos atrás, seguía desconcertada por la actitud de su amigo y no dejaba de darle vueltas en su cabeza, en un principio se planteó la idea de que Luca pudiera estar celoso, pero era ridículo, su relación con Luca era sólo una amistad, además ella sabía perfectamente que, si Luca estaba interesado en alguien, no era ella.... Entonces, ¿por qué había actuado así?

Debía tener respuestas y las iba a encontrar. Camino hacía su compañero, quien permanecía sentado dándole la espalda, antes de que ella pudiera protestar o emitir palabra alguna, Luca habló primero.

-No quiero hablar con nadie, vete-la chica soltó un suspiro.

-Muy bien, es suficiente Luca. Soy tu amiga y vas a hablar conmigo quieras o no. ─ Atenea tomo aire y continuo con un poco de enfado- No entiendo que es lo que te pasa o qué demonios estés pensando, pero eso no te da derecho de meterte en mi vida ni a tratarme como una niña. Lo que sea que Ander y yo tengamos es nuestro asunto, sólo nuestro y no puedes entrometerte sólo porque él no te agrada.

-Yo sé que no te conviene, conozco a los tipos como él, te hará daño, destrozará tu corazón y destrozará toda tu vida, ¡entiende! Debes alejarte de él. -grito Luca poniéndose de pie y mirándola fijamente, la rabia inundo a la chica y cerró con fuerza sus puños.

-¡Tú no puedes saber lo que me conviene o no! No eres nadie para mandarme, no eres ni mis padres y ni hermano. Y para tu información, ¡no soy Tom! -grito sin pensar y automáticamente cerro los ojos con pesadez al entender la magnitud de sus palabras -Luca...

-Creo que entendí muy bien tu punto, Atenea-y antes de que la chica pudiera disculparse él se fue.

✨✨✨✨

Ander y Navah siguieron cuidadosamente el rastro de sangre que alguien había dejado sobre el césped.

-Deberíamos de irnos, Ander. Puede que sea un demonio y este rastro nos llevará a la guarida de sus compañeros-susurró Navah quien seguía de cerca los pasos de Ander.

-No creo que sea un demonio, su sangre es demasiado espesa y oscura, puede que encontremos a alguien humano, algún aldeano.

-Y en caso de que los encontremos estarán heridos, pues han estado derramando sangre desde el río, así que o los encontraremos muerto o sin alma-repuso Navah tratando de que Ander cambiara de opinión.

-O podría ser una persona herida que busca ayuda y nosotros podemos ayudarla.

Ander siguió caminando tras el rastro de sangre, después de algunos instantes notó que las gotas de sangre comenzaban a reducirse a la par que comenzó a escuchar algunos sonidos; se escuchaban voces, de varias personas, el sonido de metales chocando, como si de un duelo se tratara, Ander se detuvo y le dio una señal a Navah para que guardara silencio.

Ander tomó un camino diferente, adentrándose entre árboles y la maleza, Navah siguió sus pasos sin decir nada al percatarse de los ruidos que Ander percibió.

El chico se detuvo abruptamente en su caminata y automáticamente se puso en cuclillas tratando de esconderse entre la maleza, Navah decidió imitarlo y se quedó a su espalda. Ander le hizo algunas señas para que se acercara y la chica obedeció, cuando estuvo a su lado observo con detenimiento la razón del porque Ander se había agachado.

Frente a sus ojos un pequeño e improvisado campamento se había alzado, aproximadamente diez carpas improvisadas daban alojo a las personas que se encontraban ahí, lograron ver a hombres, mujeres y adolescentes, algunos tenían pequeños duelos, mientras otros se concentraban en pequeñas fogatas preparando algo de comer.

Los Elegidos (Legado Elemental #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora