12. Elementos

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E

l mentor los había mandado a guardad sus cosas más importantes, pues según él "tendrían todo lo necesario" en su nuevo hogar.

Al final de la tarde, los chicos se encontraban cenando con el mentor, cabía destacar que lo que cocinaba el mentor era muchísimo más rico que los pescados quemados.


−Y ¿A dónde iremos? ¿Dónde será nuestro hogar?−pregunto Ander metiéndose un pedazo de filete a la boca.

−Bueno, es un poco difícil de explicar. Está detrás de las montañas de Argi junto al mar Ura.

−Oh claro, las montañas Argi y el mar Ura. Como llevamos una vida aquí sabemos dónde queda eso.−Dijo Ander con sarcasmo, Atenea lo reprimió con una mirada al ver como el mentor hacía una mueca buscando el modo de explicarles.

−¿Recuerdan la cueva por la que cruzamos para llegar a Miranoi?−les pregunto el mentor, ellos asintieron−Esas montañas son llamadas Udala, después de las montañas Udala se encuentran las montañas Argi y ahí es donde iremos. Así que les recomiendo que lleven ropa cómoda o se les hará un infierno cruzar las montañas.


−Así que, ¿se conocieron un poco más mientras yo no estuve?−preguntó el mentor comiendo el último trozo de pescado.

−Un poco, bueno, no mucho. Simplemente contamos anécdotas y eso.

−Jamás en la historia se habló de unos guardianes tan reservados como ustedes, chicos pasaran prácticamente juntos toda la vida, será mejor que comiencen a conocerse.

−Una persona jamás se conoce del todo, mentor−señalo Atenea.

−Es cierto, pero nada pierden en conocerse en lo básico. Llevamos ya unos cuantos meses aquí y los conozco en lo mínimo, cuéntenme sus historias, es el último día que estaré con ustedes y quiero conocerlos todo lo que no pude conocer el tiempo que estuvimos juntos.

−¿Nuestras historias? Bueno−comenzó Navah−Soy hija única y mis padres son divorciados, lo que significa que prácticamente me daban todo lo que quería. Cuando yo nací mis padres aún estaban casados, al ser mi padre uno de los socios más importantes de la empresa en donde trabaja, viajaba constantemente con mi mamá, conocieron muchos lugares y países, pero al quedar mi mama embarazada ella ya no podía estar de un lado para otro con mucha facilidad, y mucho menos cuando nací yo, así que después de unos cuantos años decidieron separarse, y ahí fue cuando mi mamá tuvo que buscar un trabajo, lo que significó que la mayoría de mi infancia la pase o sola o con niñeras que no hacían más que poner películas románticas mientras yo coloreaba en un rincón. El resto maso menos podrán imaginárselo, crecí y simplemente ya no quise pasar desapercibida, así que sí, me convertí en una las chicas más populares de mi escuela y el resto es historia.

Navah miró a los demás que la miraban con atención.

−Bien, ¿Y cuáles son tus pasatiempos?

−Ir de compras, ir al cine, salir con chicos, esas cosas, que la verdad no creo que vuelva a repetir.−completó Navah.

El mentor asintió y miro a Ander, este suspiro y comenzó a hablar.

−Supongo que empezaré igual que Navah. Tengo tres hermanas menores. Mis padres están juntos o algo así. Mi padre el soldado, lo que significa que constantemente tiene que irse, algo así como el padre de Navah. Mi madre es enfermera y gracias a eso casi nunca hemos ido al doctor. No sé qué más contar, simplemente llevaba una vida normal, iba a la escuela, salía con mis amigos, con chicas y así. Okay, tal vez me gustaba mucho salir con chicas, pero de ahí en fuera nada era anormal, no sé qué más decirles.

Los Elegidos (Legado Elemental #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora