Gerard les había pedido a sus alocados amigos que se fueran, yo no llegué a bajar, tenía la orden de permanecer sentado en la cama hasta que el mayor volviera. Después del sonido de la puerta principal cerrarse, dejé mi mente centrarse en los pasos que avanzaban por la escalera, tan sordos y pesados... Tan borrachos.
"Gee..." susurré algo inseguro, viendo como el mayor arrastraba sus pies al interior de la habitación y se paraba después de cerrar la puerta, mirándome de una forma extraña, con esas miradas que me recordaban la época en la que prácticamente no conocía a Gerard, y ni en mil años podría comprender lo que pensaba.
"Creí que no despertarías." murmuró jugando con los dedos de sus manos. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal y elevé un quejido al sentir el dolor en mi nuca, y pronto en toda la cabeza, de nuevo.
"¿Dónde está mi pequeño?" pregunté alzando la vista, Gerard se había acercado unos pasos para quedar delante mío y besarme la mejilla sin prisas.
"No está aquí, lo he dejado con Mikey porque tenía planes para esta noche." dijo algo incómodo y yo solo asentí. "Has dormido mucho... ¿Lo sabes?" añadió viéndome con una tímida sonrisa. Tragué saliva y negué, esperando mi veredicto. "Tres años... Frank."
Que.
Abrí los ojos como platos y miré a mi alrededor, buscando un calendario o algo, porque estaba seguro de que se trataba de una broma. Hacía dos días que me habían operado, era imposible que hubieran pasado tres años.
"No puede ser." negué deprisa, sintiendo como mi pulso se acelera y la respiración se agita.
"Shh..." me calmó Gerard, sentándose a mi lado y abrazándome. Hundí mi cabeza en su pecho, aspirando ese delicioso aroma a... Colonia femenina.
"Hueles a mujer..."
"Idiota." suspiró Gerard.
"No, en serio, Gee." gruñí viéndolo serio.
"Es que..."
"¿¡Me estás engañando?!" grité poniéndome de pie, no sin antes empujar al mayor lejos de mi agarre. Sentía mi cuerpo temblar y las lágrimas de nuevo en mis ojos.
Gerard se levantó casi de igual manera y me miró asustado.
"N-no... ¿Qué dices?" susurró, pero sabía que mentía.
"Hueles a perfume de mujer... Ugh..." sollocé, tapando mis labios con la mano para ahogar las ganas de gritar.
"No quiero mentirte, pero..." mordió su labio.
"¿Cómo... Cómo has podido?"
"Frank, escucha..." susurró poniendo una mano sobre mi cadera. Vi que él también estaba a punto de echarse a llorar, pero no iba a ceder, no esta vez.
"Caigo en coma y tu te vas con otra, muy bien... Muy bien, Gerard." dije con ironía, dirigiéndome al armario para empezar a sacar mis cosas. Así que esa seguramente era su amiguita de abajo, la que tanto reía sus pésimos chistes.Ya era oficial, me largaba.
"No es así, Frank, han pasado tres años..." suspiró, percibí la solitaria lágrima deslizarse rendida por su pálida mejilla. "Ella es una buena chica, y...y a Frankie le encanta." añadió en un ligero tono.
"¿¡Qué?!" chillé girándome bruscamente y tirando la ropa al suelo. "¿Has llamado Frankie a mi hijo?" pregunté con rabia.
"Sí... Es que..." pero no le dejé terminar, empezando a lanzarle mi ropa como un loco. Me estaba desahogando, en cierto modo.
"¡Ugh! Me largo, y me llevó al pequeño conmigo." gruñí tomando la mochila y metiendo dentro un par de cosas.
No iba a soportar un engaño por parte de Gerard, entiendo que hayan pasado tres años, pero yo no estaba muerto, no tenía derecho.
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The Dark Side Of My Mind -Frerarđ-
FanficFrank fue abandonado por sus padres a temprana edad, su vida se desarrolló en la calle hasta que fue acogido en su casa por Mikey Way, después de un amor que no pudo con todo y años de abuso sobre el avellana, este es rescatado por el hermano mayor...