"Señorito Frank, el señor Way llegará en cualquier momento, debería vestirse debidamente." - escuché la voz de Margaret a mi espalda. Es siempre tan oportuna que dan ganas de pegarse un tiro. Me giré en la silla del escritorio."Escribo, escribes, escribe, escriben, escribimos, escribís...Estoy escribiendo algo ¿¡no lo ves?! " respondí cruzándome de brazos. No entiendo como tenía el valor de interrumpir mi tarea.
"El señor se enfadara si no está listo para recibirle." - murmuró de manera tímida. Me levanté de la silla y cerré el cuaderno con rabia, para luego esconderlo en una caja debajo de mi cama. Ugh, maldito estúpido, con lo bien que se estaba sin él y sus mierdas presidenciales.
"Ya voy...vas, va, vamos...¡ya voy maldita sea!" - bufé dirigiéndome al armario para sacar algo de allí.
Camisas, camisetas, sudaderas, polos, jeans, trajes, calzoncillos, tangas, bragas, un consolador azul...mierda."¿Qué me pongo?" - pregunté agotado, apoyándome en la puerta del armario con todo el peso del cuerpo, dejándome caer lentamente.
"Debería ponerse una camisa." - sugirió.
Yo asentí incorporándome de mi estúpida pose. Llegué hasta la otra punta del armario y vi las camisas de todos los colores existentes."¿Cuál es el color favorito de Gerard?" - dije en un suspiro. Sería divertido que fuera el naranja o un verde pastel, parecería un mono de feria. Cogí los jeans negros, como siempre, y me giré hacia Margaret, que aún estaba meditando la respuesta.
"Creo que el rojo, señorito Frank." - respondió con una sonrisa y yo rodeé los ojos con exasperación de nivel siete coma dos.
"No me llames señorito, me pone enfermo, ¡Y no estoy enfermo!" - grité sacando la camisa color sangre. Eso iba a poner de mal humor a Gerard, sabiendo que odiaba ver cosas del mismo color que su pelo.
¿He mencionado ya que me gusta jugar con fuego?Bien. Roja será.
Margaret se fué, olía a pastel, seguramente la muy idiota le habrá hecho un postre a su jefe igual o más de idiota. Pero...¡demonios!...No es asunto mío, ¿cierto?
Miré la ropa interior, había tanta que si la regalabamos a los pobres de África podrían abrir una franquicia de tiendas Victoria's Secret por todo el maldito continente. Bajo la sospecha que acabaría con el ano muy dilatado esta noche, cogí unos calzoncillos blancos simples. No iba a provocar más a la bestia poniéndome un tanga de leopardo. Fui al baño tratando de no ser visto, pero para mi desgracia, Margaret me seguía.
"Oh vamos, dejame solo, me cambio en un momento." - hice ojitos de gatito abandonado, aunque no tenía muchas esperanzas puestas en la dramática expresión.
"Sabes que no puedes entrar solo..." - dijo como disculpadose y yo gruñí con fuerza, quería que me oyera la muy puta. Puso una cara horrenda, más horrenda de lo que ya era de por sí, vaya. Parecía un camello atropellado, con ese revuelto pelo negro, las marcadas arrugas de la edad y la nariz de patata. Alguien debería sugerirle un lifting low cost.
Entré en el baño y la mujer me sigió. Comencé a desvestirme mientras me miraba en el gigantesco espejo."Date la vuelta anda, ¿o quieres que te sacuda la polla en la cara?" - mascullé y ella obedeció rápido. Me desnudé del todo y relamí mi labio ante el reflejo de mi propio cuerpo.
¿No habéis notado lo sexy que soy?¿Tú lo has notado, verdad Freddy?
Lo suponía...
"Margaret, ¿Qué haría usted si conenzara a tocarme y gemir salvajemente?" - pregunté con gracia. Obviamente a Gerard no le gustaría eso, yo no podía hacer esas cosas, no, no, no.
![](https://img.wattpad.com/cover/36520156-288-k158742.jpg)
ESTÁS LEYENDO
The Dark Side Of My Mind -Frerarđ-
Fiksi PenggemarFrank fue abandonado por sus padres a temprana edad, su vida se desarrolló en la calle hasta que fue acogido en su casa por Mikey Way, después de un amor que no pudo con todo y años de abuso sobre el avellana, este es rescatado por el hermano mayor...