Parte 30

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-Jack, ¿A dónde vamos?

Me fijé que Jack comenzaba a mirar hacia todas partes, al parecer estábamos perdidos.

-Tranquila, debe estar por aquí.
-Emm. ¿Qué es lo que buscas exáctamente?
-Una... Una marca. La que hicimos cuando niños.
-¿Marca? Te refieres a...

En ese instante recordé las veces en que jugabamos cuando niños, cuando su padre nos traía a las afueras de la ciudad a jugar y a construir nuestro refugio.
Para recordar el camino hicimos unas marcas en los troncos de los árboles, pero ahora los troncos fueron tapados por una maleza y el camino después de tantos años se había perdido.

-Sí. Pero no logro encontrar el camino. Pensé que allí estaríamos a salvo de las manos de Shadow y del rencor de Sonic.
-Shadow no es malvado -estoy segura de haber escuchado un ¡Sí! A la distancia- ¿y por qué dices que Sonic me tiene rencor?
-Él piensa que no estamos en su bando -puso sus manos sobre mis hombros- entiende, estamos sólos.
-Creo que tienes razón. -Agaché la mirada- pero esta anocheciendo y necesitamos encontrar el refugio. Será mejor separarnos, si lo encuentro te llamaré.
-Aquí no funcionan los teléfonos celulares, pero trata de gritar lo más fuerte que puedas. (...) y sin señales de humo, ya sabes lo que pasó la última vez.

Asentí levemente avergonzada y me separé de Jack en busca de nuestro antigüo refugio, que solo era un cueva decorada por unos chicos de 5 años y un adulto, caminaba y no podía dejar de sentirme observada, era como si los árboles tuvieran ojos, como estaba oscuro no podía dejar de pensar que estaba en una pelicula de terror. Sin darme cuenta comencé a correr, sentía que alguien venía tras de mí... Y derrepente me tropiezo, caigo en el suelo lleno de hojas y cuando levanto la mirada logré ver el refugio. Al parecer mi instinto de sobrevivencia resultó, solo necesitaba pensar que estaba a punto de morir... y listo.
De la nada, sentí una rama quebrarse tras de mí, y seguido de eso alguien habló.

-¡Oh vamos! Ni que fuera una película.

Esa voz me resultaba familiar, así que me volteé y cuando lo hice pude ver a Shadow.

-¿¡Qué haces aquí!? Shadow The Hedgehog, ¿Me estas siguiendo?
-Claro que no, -Desvió la mirada- pero ver a una chica correr como loca por el bosque llama la atención. Sin contar claro que al aparecer le gusta la tierra.
-¿Gustarme la tierra?
-Porque al caer de cara te la tragaste casi toda.

Me enojé, di un pequeño gruñido y di media vuelta para entrar a una cueva que antiguamente era mi refugio.
Entré y vi que las alfombras de colores chillones ya estaban gastadas y los colores a penas se veían, los juguetes estaban sucios pero aún estaban completos, lo único que se salvó fueron los "dibujos" hechos con piedras en las paredes de la cueva. Recuerdo que mi madre me retaba por romperme las manos haciendo esos dibujos, aunque en realidad solo era tierra, pero ahora veo que vale la pena.
Me quedé mirando los "dibujos" de lejos y Shadow se acercó a ellos, no me di cuenta cuando entró, pero ahora estaba allí al frente mío tocando los dibujos que había hecho en mi infancia.

-¿Qué haces? -pregunté intrigada por su comportamiento-.
-Dicen que una pintura es capaz de guardar los sentimientos más profundos de quienes lo hicieron, yo solo estoy sintiendo lo que hicieron a hacerlos.
-Y... ¿Qué sientes?
-Una gran felicidad, la persona que hizo a estos monitos de palo tuvo que ser muy feliz.
-Es verdad, -Me agache para estar a su altura- fue muy feliz.

Recogí una piedra y comencé a dibujar a una chica, un poco mas alta que los demás dibujos, y me sorprendí mucho cuando Shadow también tomó una piedra y al lado de la chica dibujó a un erizo, mas pequeño que ella. Casi al mismo tiempo le dibujamos las manos y no estoy segura si fue a proposito o no, pero las manos de nuestros dibujos terminaron juntas y por inconveniente las nuestras también, sentía su mano al lado de la mía y de un instante al otro soltó la piedra y puso su mano sobre la mía, una extraña sensación recorrió todo mi cuerpo por la sorpresa y mis ojos fueron directo a mirar los suyos, los cuales me estaban mirando con esos ojos negros penetrante que daban la sensación de que podía ver a través de tu alma.

-Sí, fue muy feliz... Y parece que aún lo es.

El rojo que nos une (Sonic X)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora