Agente Lewis

4. NAVIDAD CON LOS LEWIS Y AÑO NUEVO CON ARI & FRIENDS

4. NAVIDAD CON LOS LEWIS Y AÑO NUEVO CON ARI & FRIENDS

El día de Navidad me desperté a las seis y media de la mañana pero me quedé en mi cuarto haciendo deberes para el internado ya que no quedaban tantos días de vacaciones.

- Oh, ya estás despierta. - dijo Sandra entrando en mi cuarto - Feliz Navidad. - saltó sobre la cama y me abrazó.

- Feliz Navidad, Sandra. - me reí.

- Ven, todos ya se han levantado. - bajamos hasta el comedor. El árbol de Navidad iluminado con pequeñas luces de colores y debajo había una pila de regalos. Ayer cuando llegamos a casa dejé los regalos debajo del árbol antes de irme a dormir. Al parecer no fui la única. Me senté en el sofá viendo como mi familia abría sus regalos. No esperaba recibir nada, el mejor regalo me lo habían dado unos días antes cuando me asignaron una familia y ellos me acogieron. En la MI5 organizaban una cena con todos los chicos del programa y hacían un menú especial para Navidad pero eso era todo, no nos daban regalos y a nosotros tampoco nos importaba.

- Sofia, tienes que abrirlos. - Sandra me estaba ofreciendo tres regalos.

- ¿Son para mí? - pregunté insegura y todos asintieron. Sandra me estaba mirando con unos ojos de desprendían emoción y se había puesto el gorro que le había regalado. Sonriendo cogí los regalos y los abrí. Había una funda para mi móvil, una mochila Eastpak para el internado y unos patines para patinar sobre hielo. - ¿Enserio? - pregunté riéndome de los patines.

- La funda y los patines son de parte de mí y de Sandra. - se rió James.

- Es cierto ya no tienes excusa para no ir a patinar con nosotros. - Sandra también estaba riendo igual que nuestros padres.

Hacia las cinco entramos en el coche y partimos para Bath dónde vivían mis abuelos, los padres de papá, para la anual cena familiar. También estarían mi abuelo Bart, mi tío Cameron, las hermanas de mi madre (Clara y Kayla) y sus hijos (Cora, Jayden y Daniel). No estaba segura de poder recordar todos los nombres. Llegamos a casa los abuelos hacia las ocho de la noche. Era un poco tarde comparado con la hora en que comemos normalmente pero al fin y al cabo Navidad es un día especial. Papá aparcó delante de una casa grande pintada de un color azul pálido situada a las afueras de Bath. Subimos los escalones de la entrada y mamá llamó a la puerta. Estaría mintiendo si dijera que no estaba nerviosa. Había conocido mis padres y mis hermanos hacía unos días y me daba la impresión que todavía se estaban haciendo a la idea de un miembro más, comprendía que tenían que acostumbrarse a mí. Lo que hacía que mi corazón latiera más rápido era el hecho que no conocía la familia con la que vivía y ya estaba a punto de conocer la otra parte de mi familia. La puerta se abrió y nos recibió una pequeña mujer de cabello blanco y rizado que llevaba un elegante vestido debajo de un delantal. Ella era mi abuela Mary.

- ¡Chicos! Ya iba siendo hora. Llegáis muy tarde. - sermoneó a papá.

- Lo siento, madre, había más tráfico del que me esperaba. - contestó él.

- Claro que hay tráfico, hijo, es Navidad. ¡Feliz Navidad a todos! Entrad, entrad. - empezó a abrazar a todo el mundo mientras yo, la última, respiraba hondo intentando calmarme. Cuando todos habían entrado y sólo quedaba yo fuera, la abuela Mary me miró, me sonrió y me abrazó. - Feliz Navidad, Sofia. - y luego añadió susurrando - Bienvenida a la familia Lewis. - cerró la puerta detrás de mí - ¡A comer todos!

Colgué mi abrigo en la entrada y empecé a ir hacia el comedor pero a medio camino algo se agarró a mi pierna. Asustada pegué un grito e hice un salto hacia atrás. Miré abajo. Me había olvidado completamente del gato de los abuelos Lewis quien parecía haber cogido interés en mis pies. Oí risillas que venían del comedor.