[2] Los perfectos

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La siguiente mañana salió el sol fuertemente. Brooke se levantó media hora antes para poder arreglarse como cualquier chica adolescente haría en su típica rutina mañanera antes de la escuela. Partió usando unos diez minutos en la ducha (lo cual era común en ella, se demoraba en lavar su cabello). Se secó el cabello y combinó sus prendas nuevas para elegir que usar, una vez listo se lo puso. Se sintió extraña, pero todo por la causa.

Se veía bien, a excepción de sus pelos salvajes que no depilaba. Buscó en su baño un rastrillo (para depilación) y crema. Cuando tenía todo preparado, rápidamente se depiló las piernas, para luego ponerse crema humectante para dejarlas impecables. Ahora usar shorts no sería un problema. Claro que sus axilas ya estaban depiladas.

Agarró su mochila, junto a su móvil (que lo guardó dentro de esta) y bajo escaleras hacia la primera planta. Se dirigió a la cocina, donde depositó su mochila y se sentó en la mesa.

Su madre era la única presente, ademas de ella. Siempre se levantaba temprano para preparar el desayuno, entonces cuando sus hijos se iban a la escuela podía seguir durmiendo ya que no trabajaba. Aun que era como la jardinera del hogar.

―Hola niña ¿Buscas a Brooke? Esta durmiendo a estas horas ―bromeó su madre. Brooke solo se limitó a sonreír.

Su madre estaba bastante feliz con la transformación, no por el hecho de que no la quería antes. Si no que pensaba que ahora podrían tener salidas al centro comercial de "madre e hija" y esas cosas.

―Oye mamá.

―Dime muñeca.

―¿Recuerdas a Felicia, tu amiga que hace depilación y cosmética en casa?

―Si, aun tengo su número ¿Por qué? ―preguntó su madre con curiosidad mientras le entregaba unos panqueques recién hechos junto a un vaso con jugo de naranja.

―¿Podrías pedirme una hora? Para depilación por favor.

―Claro, ¿Llegarás temprano hoy?

―Si, no te preocupes.

―Genial, la llamaré.

―¿A quien llamaras? ―interrumpió Jason entrando a la cocina, seguido por Penny quien chateaba por teléfono.

―A una amiga ―contestó su madre ―Y Penny suelta ese maldito teléfono.

Jason se sentó al lado de Brooke y le dijo:

―Sabes que con que intentes excitarme con tu cambio de look, me sorprende, pero que te levantes temprano asusta.

―Lo siento Jason por darte ilusiones, pero no estas a mi altura ―respondió ella.

―Claro entiendo, ahora que eres una versión mas sexy de Hillary Duff no estoy a tu altura ¿cierto?

―Solo cállate ―contestó Brooke.

―Tu me debes una sesión de maquillaje ―alegó Penny.

―Cuando termine de desayunar ―contestó Brooke devorando los panqueques. Su madre había ganado tres años seguidos la competencia de repostería del vecindario con sus panqueques mágicos.

―Genial ―contestó Penny comiendo su chía con yogurt, ella era mas saludable.

―Ahora que como panqueques recuerdo ¿Cuando es el concurso de repostería? ―preguntó Brooke.

―En Marzo, cuando comience la primavera.

―Vale.

Mis mejores amigos gaysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora