Mis mejores amigos gays

[20] Peras o Manzanas

En la casa de Brooke, ella estaba con su hermana Penny colocando colchones por toda la sala de estar. Sus amigos seguían en el auto, la mayoría borrachos.

—Penny, ¿Las mantas? —preguntó Brooke.

—Las tengo aquí —contestó.

—¿Tu no tomaste o si?

—Claro que no —rió— soy más de las que prefieren fumar un buen porro de marihuana.

Brooke quedó un poco sorprendida, su hermana acaba de decirle que es una drogadicta, ella antes solía desconocer ese tipo de cosas. Por ejemplo, nunca antes había ido a una fiesta, ahora debe ser niñera de muchas personas.

—Ve a dormir Penny —dijo Brooke. Su hermana de inmediato subió escaleras.

En cambio, ella fue a buscar a un Kyle muy borracho. No paraba de hablar sobre si mismo o del bonito acento inglés de Cory. Con cuidado lo recostó sobre uno de los colchones, lo tapó y repitió lo mismo con los demás.

Kyle, Cory, Darren, Anna y Sara estaban durmiendo. El grupo se había agrandado al parecer, aun que las chicas desconocían sobre los verdaderos sentimientos de esos galanes.

Teddy se había quedado a dormir a la casa de Derek, pero toda la escuela pensaba que solo se fueron en el mismo auto. Si tan solo hubiesen sido más inteligentes, ya todos sabrían la verdad entre ellos.

Brooke cansada se tiró sobre los cuerpos durmiendo, cerró sus ojos e instantáneamente cayó en un sueño profundo.

A la mañana siguiente, todos tenían un horrible dolor de cabeza, excepto por Brooke. Así que, ella se ocupó de preparar un desayuno lleno de agua y cosas livianas.

—Siento que voy a vomitar —dijo Sara comiendo una tostada con mantequilla.

—El baño está al lado de las escaleras —respondió Brooke apuntando el camino.

Las dos chicas, fueron hacia la dirección indicada. Al parecer, Ana le iba a recoger el cabello. Cosas de amigas.

—Kyle, ¿Puedo hablar contigo a solas? —preguntó Brooke.

—Supongo —contestó él.

—¿Quieres que nos vayamos? —dijo Cory.

—No, nosotros iremos a afuera —respondió Brooke tomando a su amigo del brazo para salir por la puerta principal.

Una vez ya afuera, sintiendo los rayos de luz y una brisa otoñal. Los chicos se alejaron un poco de la puerta para hablar.

—¿Qué pasa? —preguntó en voz baja.

—Kyle, se que recuerdas todo de ayer —susurró ella cruzándose de brazos.

—Fue divertido matarte las pasiones con ese chico —río por lo bajo.

—Kyle —repitió la rubia— sabes que estoy hablando de algo serio ¿Acaso estas nervioso?

Se quedó en silencio.

—Brooke... No sé de que estas hablando —respondió Kyle.