Mis mejores amigos gays

[23] La carpeta

Estaban todos en la casa de Brooke, algunos se sentaron a descansar, mientras la otra mitad estaba preocupada por la amenaza de Astrid.

—¡Tráiganle agua a Cory! —exclamó Brooke sentando a su amigo en el comedor.

—¡Yo voy! —gritó Sara.

Rápida como un rayo, la chica llegó con una botella llena de agua.

—Esperen —dijo Kyle quitándole la botella a la chica— tengo que hacerle una pregunta antes.

—Kyle —musitó Brooke— ya te respondió.

—Quiero escucharlo borracho —respondió con la mandíbula apretada.

—No hace falta —lo intentó convencer su amiga acercando su mano a la botella.

—¡Déjame! —exclamó el rubio poniendo la botella cerca de su cuerpo. Kyle se acercó a Cory, quien estaba sentado balbuceando todo tipo de palabras— quiero estar solo con él.

La chica soltó un suspiro y se llevó con ella a todos de la sala de estar. No quería causar más problemas después de la pelea en la escuela.

—Cory —dijo el chico mirándolo de fijamente— yo estaba borracho la primera vez que admití mis sentimientos por ti.

—Somos hermanos gemelos —rió el castaño.

—Escúchame, necesito que me digas la verdad... —hizo una pausa— ¿Sientes algo por mi?

El rubio estaba atento a cada movimiento del británico, pero este parecía tomárselo para la risa.

—¿Sentimientos? —se preguntó Cory— eres un chico rudo y fuerte —hizo una voz más grave de chiste— yo soy una mariquita británica que le gusta el té y las películas —se quedó mirando los ojos de Kyle— somos muy diferentes.

—No entiendo que estas diciendo.

—¡Estoy borracho! Pero se que nuestras charlas son mejores que las que tengo con cualquier otro ser humano —acercó su cara a la de su amigo— excepto a mi mami, no le digas.

Ambos estaban sentados de frente mirándose a los ojos, había una increíble tensión.

—Kyle... —musitó— tengo miedo de que tu rudeza me rompa el corazón.

Cory parecía reír y a la vez llorar.

—Te juro que nunca te haré nada malo —le contestó el rubio tomándole la mano— es raro decirte esto, pero te quiero.

Los dos se sonrieron en un silencio agradable y cálido. No sabían que seguía ahora, cuando Cory vomitó sobre su amigo.

—¡Brooke! —gritó el rubio— Cory vomitó.

Todos entraron a la sala otra vez, algunos ayudaron a quitar el vómito del piso y de la ropa de Kyle. Además que le dieron mucha agua al castaño, para que se recuperara.

De pronto, Darren escucha su teléfono sonar. Contesta de inmediato sabiendo que es Astrid.

—¿Qué pasa ahora? —le pregunta.