Mis mejores amigos gays

[39] Otra oportunidad

Era un sábado por la mañana, la semana estuvo bastante tranquila, salvo que Teddy se alejó un poco de Derek.

—¡Brooke! —gritó su madre despertándola, era aún muy temprano para ella.

La chica se levantó vagamente de su cama y bajó escaleras con los ojos entreabiertos.

—¿Qué quieres? —preguntó bostezando.

—Necesito que vayas a comprar unas cosas por mi —dijo pasándole una lista.

—¿Por qué yo?

—Hace mucho que no vas a comprar por mi, te toca —respondió mientras trapeaba el suelo.

La rubia subió escaleras amargada y se vistió con lo primero que encontró. Le dio pereza cepillar su cabello, así que lo recogió en una coleta.

Salió rápido de su casa, para volver cuanto antes a su cómoda cama. Caminó hacia el centro de la ciudad, encontrándose con una pequeña panadería.

Entró todavía bostezando y cogió los panes que su madre le había puesto en la lista, más unos pasteles.

Al llegar a la caja para pagar, se sorprendió al ver un chico joven y guapo. Se sintió avergonzada al estar vestida tan vagamente.

—Hola, soy Louis —dijo bastante coqueto.

—Brooke —contestó pasándole las cosas, el chico las metió en unas bolsas plásticas y se las devolvió.

—Nueve dólares.

La rubia le dio el billete de diez que le entregó su madre, no podía parar de mirar a Louis, era muy guapo para ser real.

—Eres guapa, ¿Me das tu número? —dijo directamente el chico.

—Yo —tartamudeó— tengo novio.

—Está bien, podemos ser amigos.

La chica se sonrojó, se sentía súper intimidada por aquel castaño.

—¿Tienes lápiz? —le preguntó Brooke.

Louis no tardó en darle un marcador negro, ella usó un pedazo de la lista de su madre y escribió el teléfono.

—Gracias Brooke —se despidió guiñándole un ojo.

La chica salió de la tienda sonrojada, normalmente no le pedían su número los cajeros de la panadería.

[...]

En la casa de Teddy, este había invitado a su amigo británico para que lo "ayudara con los exámenes finales", pero en realidad solo quería charlar.

—Eres una de las personas a las que más confianza le tengo —dijo el de ojos azules.

Cory le sonrió de manera amistosa, pensaba lo mismo de él.

—¿Qué es lo que querías decirme? —preguntó Cory.

—¿Recuerdas mi confusión entre Brooke y Derek? Bueno, la cosa es que lo he intentado con ella y me he alejado de él, ¡Hasta me resistí a la disculpa con el ramo de rosas! Pero, ayer me llegó esto a mi ventana —dijo abriendo la puerta de su closet.