Capitulo 24.
¿Así que porque estaba haciendo esto?
No tenía la más mínima idea de lo que estaba haciendo, tampoco sabía cómo pararlo.
Me había encontrado haciendo cosas que en realidad no me apetecían, estando con una mujer a la cual no quería en lo más mínimo, con la cual no me sentía a gusto, con la que no podía sentirme como lo hacía con (Tn).
¿Eso era lo que quería?
No, no quería hacer las cosas de esa manera, ¿Qué era lo que ganaba? Aunque Lindsay se sintiera feliz y estuviera de buen humor conmigo eso no me llenaba en lo absoluto, debo reconocer que estuve a punto de dejar las cosas tiradas e irme a casa.
Pero siempre estaba Lindsay de por medio.
Por supuesto... ya me hacía una idea de lo que estaba pasando por la cabeza de (Tn). Demonios, las cosas no eran como ella las imaginaba, jamás jugaría con sus sentimientos o le haría daño.
Sería incapaz de hacerlo...
¿Incapaz?
Le estaba haciendo daño en ese momento. Me estaba haciendo daño a mí.
¿Pero qué podía hacer?
No podía decirle lo que pasaba estando en presencia de Lindsay, ¿era eso lo correcto? No, debía solucionar las cosas en una conversación intima en donde nadie estuviera para interrumpir. Pero hasta el momento no había llegado la oportunidad. Además, intentar hablarle en ese momento sería mi muerte... no solo tenía la compañía de Lindsay, tenía la compañía de Angelina. Aunque sabía que Angelina era una mujer seria, no pude evitar pensar en el chisme con el que pudo haber llegado a sus amigas.
Geoffrey Rojas es un pedófilo.
Tal vez tenía razón, tal vez todo esto era una completa locura pero ahora no podía luchar contra ella.
Y entonces me di cuenta que para tener una buena relación con mi hija necesitaba ser honesto. Seguramente Rosa lo hubiera sido si estuviese en mi lugar. Debía hablarle con la verdad.
Eso haría.
—¿Qué tal la tarde con Angelina?—preguntó Lindsay al entrar a la casa. —Es súper divertida, me agrada mucho.
Tomé una respiración profunda mientras me acercaba a la sala de estar y me aflojaba el nudo de la corbata. —Lindsay, necesito hablar contigo. —me senté en uno de los sillones y la miré a los ojos. —Siéntate —pedí amablemente.
Se acercó lentamente sin quitar la mirada de mí. Algo me decía que sabía de lo que iba a hablarle. Su mirada ya no era la misma, era distinta, se veía desconfiada.
No la culpo.
—Lindsay... —tomé sus dos manos. —Lindsay... simplemente no puedo hacer esto —comencé a hablar con toda la honestidad posible, esperaba que me entendiera. —No puedo salir con Angelina. Tampoco puedo salir con otra mujer, ¿comprendes?
—Papá... —soltó una carcajada. —Ay, papá no me vas a salir con el cuento de que eres gay —me dio unas palmaditas en mi brazo izquierdo mientras seguía riendo.
—No —contesté rápidamente, un poco sorprendido. —Lindsay, por favor compórtate, necesito serte sincero.
—Papá... —negó mientras me sonreía. —Tengo sueño, ¿te parece si hablamos mañana? —se puso de pie.
—Lindsay, hija —tomé su mano.
—Mañana me platicas —me sonrió mientras frotaba sus ojos.
Suspiré.
—Ok. —asentí resignado. —Que descanses. —acaricié su mano suavemente y dejé que se retirara hacia su habitación.
Primer intento fallido.
Justamente cuando me había armado de valor para revelarle mis sentimientos.
No era justo desde ningún punto de vista.
Evitándome. Así se la pasó toda la bendita semana.
Si me veía esperando a Lindsay a la salida de la escuela, se despedía de ella y cogía otro rumbo.
Si llegaba temprano y Lindsay se demoraba, ella simplemente se quedaba dentro de la escuela, ya sea platicando o ayudándole a las maestras con el aseo del aula.
Si la llamaba me mandaba a buzón.
Si le mandaba recados, no me los respondía.
¿De verdad tenía razones para comportarse de esa manera? Creo que todos debemos afrontar los problemas, creo que debió de comunicarse conmigo, ceder de alguna manera. Entiendo que estaba herida pero... ¿En realidad era para tanto?
En esa misma situación se nos fueron las semanas que faltaban para el viaje de (Tn), más bien para la mudanza de (Tn) a California.
Es increíble cómo se va el tiempo... las cosas suceden tan rápido.
Me senté en la cama y miré hacia la foto de Rosa. Un escalofrío recorrió mi cuerpo pero al mismo tiempo una sonrisa se formó en mi rostro al solo recordarla.
Me acordé de que el día en el que Rosa falleció en aquel accidente automovilístico había discutido con ella. Horas después me había arrepentido de haberle dicho todo lo que le dije esa mañana pero ya era demasiado tarde.
¿Realmente estaba dispuesto a perder a (Tn)?
No tenía ni idea del porque estaba haciendo esa comparación tan estúpida, pero algo me producía un sentimiento similar al que sentí cuando supe que Rosa había fallecido.
Cerré los ojos y me eché hacia atrás.
(Tn) se iba en dos horas y yo solo podía... ¿resignarme?
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El padre de mi mejor amiga(Prince Royce & Tú)
FanfictionLo único que quisiera decir acerca de esta novela es que por favor no la copien ni la adapten, me a llevado mucho trabajo escribirla y realmente le tengo mucho cariño. Como dato extra se suponía que esta novela debía terminar en el capítulo 34 pero...