Lluvia

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Capitulo 13.

— ¿Pero qué...? — expresé al verme mojado, dentro de una cascada, junto a (Tn) quién estaba nadando frente a mí manteniendo una sonrisa en el rostro. — ¡(Tn)! ¡¿Por qué ha hecho esto?! — le reclamé.

— Sr. Rojas yo no hice nada de malo. Sólo quería que nos divirtiéramos un rato, se ve que hace tiempo no hace una locura.

— Ni quiero hacerla. ¡Por dios! Entienda que no puede andar haciendo estas bromas como si nada. Soy un hombre serio que no está para... este tipo de cosas. — mi ceño fruncido, mientras mi cuerpo temblaba debido al frío.

— El problema, Sr. Rojas es que usted se está negando la oportunidad de darle color a su vida. No quiere sentirse vivo nuevamente y créame que estos pequeños detalles hacen la diferencia — hizo una pausa breve. — pero si no quiere... lo comprenderé.

Me quedé observándola por unos largos segundos.

— ¿Tiene usted ropa en este momento? — entonces pregunté.

— Sí — hizo una mueca.

— Póngala a secar. No podremos irnos de éste lugar hasta que su ropa esté seca. — hablé resignado, echándome a nadar para alcanzar la orilla.

Salí del agua y me senté para descansar. No tenía ni una toalla para aliviar el frío, el sol estaba opaco, tapado por unas cuantas nubes, parecía que iba a llover en cualquier momento. Esperaba a que la ropa de (Tn) se secase lo más pronto posible.

(Tn) se sacó algunas prendas, quedando así en ropa interior. Gracias al cielo el agua tapaba la mayor parte de su cuerpo, así que la tentación de ir hacia ella no iba a ser más grande de lo que ya era. Miré hacia arriba para comprobar que nadie estuviese espiándonos. Siempre andaba prevenido con ese tipo de cosas, nunca se sabe cuándo alguien está siguiéndote.

— ¿Se va a quedar ahí, Sr. Rojas? — escuché la voz de (Tn). Volví a mirarle, ella apuntaba sus ojos directo a los míos, luego bajó hacia mi pecho y siguió bajando un poco más. Me cubrí con la mano. — No pienso promover estos actos tan feos. El engaño es algo muy delicado, (Tn).

Soltó una carcajada.

— Ay, Sr. Rojas — suspiró. — No creo que existan más hombres cómo usted en este planeta. — sonrió.

Se echó a nadar, alejándose lentamente de mí. Suspiré y miré a la nada. Algunas veces quería ser así como (Tn), hacer las cosas y no preocuparme por nada, simplemente dejarme llevar por mis deseos... pero sencillamente no podía darme ese placer. O tal vez sí, podía olvidarme de todo y dejarme llevar, pero el miedo que guardaba dentro de mí era el impedimento para realizarlo.

Los minutos comenzaron a pasar. Yo observando a cada rato las prendas de (Tn) las cuales parecían no secar. En algún momento me levanté y subí por mi ropa. Cuándo me la puse volví a bajar para encontrarme a (Tn) nadando lentamente. Parecía estar disfrutando del momento.

Entonces una gota de agua cayó encima de mi hombro. Miré hacia arriba, pensando en que no podía estar pasándome esto a mí. Observé la gran nube gris que se detenía justo encima de nosotros.

— ¡(Tn)! — grité a todo pulmón. Ella se detuvo para observarme. Su ceño frunciéndose antes de elevar la mirada hacia el cielo y ver aquella nube. — ¡Salga ahora! — advertí.

Nadó rápidamente hacia la orilla. Alcancé sus prendas y las observé: Ya estaban casi secas. Suspiré y volví mi mirada hacia ella.

Viéndome tentado, obligado a quedarme sin respiración mientras poco a poco salía del agua, dándome la oportunidad de observar su bonito cuerpo, tal vez uno de los cuerpos más sensuales que había visto en toda mi vida. Sacudió su cabello y comenzó a caminar hacia mí. Mi respiración agitada y mis ojos estancados en un solo lugar: Ella.

— Gracias Sr. Rojas — sonrió cuando tomó sus prendas entre sus delicadas y pequeñas manos. La vi alejarse un poco. Empezó a vestirse, comenzando con su falda. Mi mirada fija en sus senos mientras mi subconsciente gritaba <Maldito morboso, es una adolescente. Te estás convirtiendo en un pedófilo. Sucio. Pervertido >

Tragué saliva y me volteé inmediatamente. Miré hacia la cascada mientras (Tn) terminaba de vestirse. Me percaté de que algo comenzaba a crecer dentro de mí y no eran necesariamente las ganas de llevarla a casa y marcharme hacia la mía. Maldita sea. El desespero comenzó a invadir mi cuerpo.


El padre de mi mejor amiga(Prince Royce & Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora