El padre de mi mejor amiga(Prince Royce & Tú)

La mejor decisión que pude haber tomado

Capitulo 34.

Cinco años después.

Tomé la mano de Geoffrey mientras caminábamos por la playa, disfrutando del buen clima y la conversación.

Era increíble como el tiempo se había ido volando y que todo lo que un día deseé ahora estaba haciéndose realidad.

Geoffrey estaba ahí, conmigo. Sin problemas ni discusiones. Lindsay lo había entendido y ahora apoyaba nuestra relación.

¿Quién iba a creer que un hombre de la edad de Geoffrey había tenido que llegar a su vida para que ella aceptara nuestra relación? Estaba completamente agradecida por eso.

Geoffrey.... Geoffrey había cumplido con todas sus promesas. Incluso había hecho miles de cosas para que pudiéramos estar juntos por más tiempo. Cada dos semanas lo recibía un fin de semana y a la mitad de año se quedaba en mi departamento.

Había estado al pendiente de mi universidad y me había ayudado todo. Era el hombre perfecto y de eso no me cabía duda. Al menos, era perfecto para mí.

Mis padres estaban felices con nuestra relación, incluso viajaron varias veces junto a Geoffrey para quedarse en California por el fin de semana y cenar con nosotros y ver cómo iba la relación. Siempre todo salía perfecto.

Y Lindsay había comenzado una relación con Anthony, quién se volvió socio en la empresa de Geoffrey solo unos meses después de llegar a Nueva York. Era un buen tipo por lo que me habían contado Geoffrey y Lindsay, la había ayudado a madurar según Geoffrey. Además, según lo que me contaba Lindsay cuando hablábamos estaban enamoradísimos.

Definitivamente Anthony fue como enviado del cielo.

Y ahí estábamos, caminando por la playa mientras Geoffrey me contaba cómo le había ido en la semana y me decía lo feliz que estaba porque podría quedarse dos semanas en mi departamento.

— Y creo que ese fue el resumen de lo que viví durante la semana — murmuró, deteniéndose y agarrando mis dos manos.

Me giré hacia él y le sonreí ampliamente. Estaba tan feliz de tenerlo conmigo. — Bueno... ahora yo tengo que contarte algo — sonreí y me mordí el labio nerviosamente.

— ¿Qué sería? — sonrió, apretando mis manos más fuerte.

Me quedé mirándolo por unos segundos y ahora mordí mis dos labios. Parecía ansioso mientras me observaba fijamente a los ojos. Era tan hermoso. Solté una risita mientras trataba de dejar de sonreír. Las mejillas ya me dolían.

—Dime, (Tn) — insistió, agitando suavemente mis manos.

— ¡Estoy... estoy embarazada! —declaré suavemente. —Tengo seis semanas de embarazo.

Abrió los labios para hablar pero nada salió de su boca, aún así parecía sorprendido y contento al mismo tiempo. Una sonrisa se formó en sus labios, haciendo que se marcaran sus hermosos hoyuelos. — ¡¿Hablas en serio, (Tn)?! —preguntó, tomando mi rostro con ambas manos.

Asentí mientras le sonreía. —Sí, Geoffrey Rojas...

Presionó su frente contra la mía y me dio un pequeño beso en la nariz. — ¡Voy a ser padre otra vez! ¡Tendremos un hijo juntos, los dos! —elevó mis manos y les dio un beso. — Estoy tan... sorprendido, tan feliz, (Tn) —sonrió contra la piel de mi mano.

—Yo también Geoffrey —le mostré otra sonrisa y lo abracé fuertemente. —Mis hijos tendrán al mejor padre. — susurré en su oído mientras frotaba su espalda.

—No puedo creerlo, (Tn) —siguió susurrando.

Se alejó un poco de mí, aún sonriendo y llevó su mano a mi vientre. Coloqué la mía encima de la de él y suspiré, alegre.

—Te amo, (Tn) —pronunció.

Elevé mi mirada y me encontré con sus ojos cafés penetrantes. Jamás lo había visto tan feliz. Verlo así era maravilloso, incluso me daba más felicidad de la que ya tenía.

— Yo también te amo, Geoffrey Mi Sr. Rojas. —volví a abrazarlo.

Y definitivamente lo iba a amar por toda la vida. Y este solo era el principio... el principio de todo lo bueno que se avecinaba.

Ese reto.... Aceptar el reto de besar al Sr. Rojasfue definitivamente la mejor decisión que pude haber tomado en toda mi vida.