El padre de mi mejor amiga(Prince Royce & Tú)

Deseo

Capitulo 14.

Un enfermo sexual, eso es lo que soy.

<Ya está. Tranquilízate Rojas, tú puedes controlarlo>

Me pasé las manos por la cara y luego por el cabello. Disimuladamente bajé la cabeza y observé mi pantalón; algo sobresalía de él.

— Ya estoy lista. — me avisó (Tn).

Comencé a escuchar una risa malévola en mí interior, y en ese momento me di cuenta de que estaba desvariando. Momentos de locura que solo me daban cuando me encontraba supremamente nervioso.

Incapaz de voltearme, cerré los ojos por unos instantes pensando en alguna solución que pudiese darse en ese mismo instante, pero ninguna llegó a mi cabeza.

— ¿Se encuentra bien? — preguntó, colocando una mano encima de mi hombro.

<No me toques>

— Oh, sí, si — contesté y accedí a voltearme. Comencé a alejarme inmediatamente, dejándola sin oportunidad de descubrir que es lo que pasaba conmigo.

— ¿Sigue molesto? — preguntó, igualando mi paso. Su voz se escuchaba agitada y por lo que pude notar no estaba sospechando de nada. Aún así no me atreví a ponerle un ojo encima.

— No. — contesté cortante.

Observé mi coche de lejos y me sentí salvado de cierto modo. Entonces la lluvia se incrementó, comenzando a caernos encima, ahora se sentía mucho más fuerte. De nada sirvió quedarnos en ese lugar por tanto tiempo.

Narra (Tn).

Nos acercamos al coche pero no me sentía preparada para irme, no así, no de esa manera. Agarré su brazo haciendo que volviera hacia mí y me miraba con sus ojos café. Si tenía que pedirle disculpas por lo que hice pues lo haría, pero no quería que estuviese enfadado conmigo.

— ¿Qué es lo qu...—

Sin dejarme terminar la frase, sus labios se presionaron contra los míos. Sus fuertes manos agarraron mi trasero. Me quedé paralizada ante lo que estaba pasando pero no dudé en corresponderle a aquel beso. Sentí el aire noqueado en mí cuando él cerró de golpe el peso de nuestros cuerpos contra su coche. Podía sentir el creciente bulto en sus pantalones delgados mientras presionaba firmemente sus caderas entre mis piernas y me pasaba las manos por los costados.

La combinación de él y la lluvia me hacían sentirme húmeda y caliente.