Parte 6

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Grier se detuvo y enarcó las cejas. Su boca cincelada, disciplinada, se elevó en ambos extremos, y sus ojos oscuros destellaron en su rostro marcado y moreno.

—Como quieras. Llévame a un árbol y te ahorcaré —contestó.

____ sonrió. La sonrisa cambiaba su rostro, lo hacía radiante. Se limpió la mano derecha en los vaqueros y se la ofreció.

—Hola, soy _______ Gaines. Todo el mundo me llama ____ excepto Jay.

Siva le estrechó la mano.

—¿Cómo te llama Jay?

—_______ —suspiró—. Carece de imaginación y de sentido del humor. Si no quieres detenerme, ¿a qué has venido? Ni siquiera estamos en tu jurisdicción. La señal que marca el límite de la ciudad está a seis kilómetros y medio de aquí—señaló.

Siva rio entre dientes.

—He venido a ver a Jay. Me dejó un mensaje. Tengo entendido que una compañía cinematográfica va a venir aquí a rodar y quieren contratar a policías locales en sus horas libres. Me ofrecería voluntario —añadió—, pero me darían la lata para que hiciera de protagonista. Soy atractivo, por si no te habías dado cuenta —añadió con una sonrisa traviesa.

____ tardó un minuto en captar la broma; después, rompió a reír.

—¿Tú vas a actuar? —preguntó Grier con una sonrisa. _______ asintió.

—Voy a hacer de lilo junto a los peldaños del porche. Tengo entendido que el maquillaje llevará todo el día.

Siva rio entre dientes. Aquella joven era encantadora, y muy bonita. Le gustaba su personalidad. Hacía mucho tiempo que una mujer no lo atraía tanto en un primer encuentro.

—Soy Siva Grier, el subjefe de policía —se presentó—. Imagino que ya lo sabías. ¿Qué me ha delatado? ¿El coche patrulla?

—Llama un poco la atención —comentó—. Es muy bonito.

—Nos gusta pensar que tenemos los coches patrulla más sexys de todo Texas —corroboró Grier—. A mí me favorecen —añadió.

____ lo miró a los ojos.

Comprobémoslo.

—Ah, no —repuso Siva—. Es una experiencia demasiado fuerte para algunas mujeres. Tendremos que ir poco a poco —enarcó las cejas—. También me favorecen las tazas de café.

Era una sugerencia, y ____ la siguió.

—Muy bien. Comprobémoslo.

Antes de entrar en la casa, apareció Maude. Salió del coche y sacó una bolsa de verduras del asiento contiguo. Sus ojos azules miraban alternativamente el coche patrulla y al hombre alto uniformado. Se volvió hacia ______ y la miró con enojo.

—Bueno, ¿qué has hecho ahora?

—Este es Siva Grier, nuestro nuevo subjefe de policía. Dice que las tazas de café lo favorecen —le explicó a Maude—. Dejaré que nos lo demuestre.

Maude le lanzó a Grier una mirada elocuente.

—He oído hablar de usted. Dicen que juega con serpientes de cascabel y que espanta a los lobos.

—Cierto —le aseguró Grier con cordialidad—. Y me gusta que el café se me pegue a la cuchara —añadió.

—Entonces, aquí se sentirá como en casa. Así es como ____ hace el café.

—Traiga —dijo, y le quitó la compra de las manos con elegancia—. Al cuerno con la liberación de la mujer; ninguna señora debería subir las escaleras cargando bolsas.

La historia de EL Y ELLA...~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora