Parte 48

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A Jay se le subió el corazón a la garganta. Tantos malentendidos, y todo por falta de sinceridad. ____ no estaba enamorada de Siva. Profirió una carcajada gutural.

—Tippy está cautivada con Siva, pero no puedes decírselo —murmuró, y elevó la mano para acariciarle su suave pelo rubio con los dedos.

—¿Por qué no?

Jay se encogió de hombros.

—Siva cree que es una frívola. Dice que los hombres como él conocen mejor a la mayoría de las mujeres que a sí mismos.

____ lo miró a los ojos con atención.

—¿De verdad no te has acostado con ella?

—Estoy casado, _______ —susurró, y entrelazó las manos detrás de la cintura de ____.

—¿Y? —preguntó ella, sonrojándose. Él bajó la cabeza.

—No me acuesto con otras mujeres, nena. Solo contigo. Y, últimamente —gimió junto a sus suaves labios—, mi cama ha estado muy vacía.

Lo dejó que la besara. A los pocos segundos, ____ olvidó lo que estaba haciendo y buscó el contacto de su poderoso cuerpo con un sonido gutural.

—Espera. Espera un minuto —dijo Jay con urgencia. Se apartó de ella el tiempo justo para cerrar la puerta y echar el pestillo. Menos mal que tenía pestillo, pensó.

La arrinconó contra la secadora y volvió a besarla con avidez. Seguramente, llevaba un vestido porque no le entraban los vaqueros. Sonrió junto a sus labios mientras deslizaba las manos por debajo de la prenda y la despojaba de su ropa interior.

—¡Jay, no podemos! —susurró ella.

Le mordisqueó el labio superior mientras se quitaba el cinto, lo dejaba a un lado y se soltaba la hebilla del cinturón.

—No te preocupes, cielo. Podemos hacerlo sin el negligé rojo —bromeó con voz ronca—. Además, estamos casados. Volveré a enseñarte el libro de familia — la levantó y unió su boca a la de ella mientras la colocaba sobre su miembro—. Lo buscaremos... después —gimió mientras la penetraba.

Ella dejó de protestar, de pensar, de respirar. Se aferró a él, gimiendo dentro de su boca mientras él la embestía y la lavadora camuflaba los ruidos que estaban haciendo. ____ rezó para que el ciclo de lavado no estuviera a punto de acabarse. Deseaba tanto a Jay que sollozaba con cada embestida. Quería arrancarle la ropa, tumbarlo en el suelo, devorarlo...

No se dio cuenta de que estaba dando voz a sus pensamientos hasta que no acabaron en una maraña de brazos y piernas sobre el linóleo. ____ notaba el peso del cuerpo de Jay mientras se abrazaban, poseídos por una fiebre creciente de deseo.

____ nunca había experimentado una pasión instantánea como aquella. En el último momento de lucidez, Jay levantó la cabeza y la miró a la cara mientras la catapultaba al éxtasis. ____ se estremeció una y otra vez con gemidos casi inhumanos, clavándole las uñas en las caderas. Segundos más tarde, Jay se puso rígido y arqueó la espalda. Emitió un gemido ronco y áspero, y su rostro se contrajo. ____ lo observó, tan excitada que ardía con el calor abrumador de la satisfacción. Ni siquiera en Japón había sido tan intenso. No podía dejar de temblar. Las lágrimas corrían por sus mejillas mientras él se movía sobre ella en el eco palpitante del amor.

Justo cuando Jay cayó sin fuerzas sobre ella, la lavadora hizo una pausa entre un ciclo y otro de lavado.____ notó que a Jay le temblaba el cuerpo. Hasta que este no levantó la cabeza y ella pudo ver sus relucientes ojos azules, no comprendió por qué. Se estaba riendo.

La historia de EL Y ELLA...~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora