Parte 15

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—Con esa actitud, sin duda —dijo Jay, y detuvo la camioneta ante el porche delantero. Estaba desierto, para variar—. ¿Por qué odia Siva a las modelos? —preguntó de pronto.

_______ vaciló, pero su lealtad a Jay era más fuerte que su lealtad a Siva.

—Su madrastra era modelo —le dijo—. Y rompió a la familia.

—Un duro golpe.

____ asintió.

—Tan duro como él —bromeó.

Jay no sonrió. Alargó la mano y tiró de un mechón de pelo rubio que había escapado de la trenza de ____. Lo giró en torno al pulgar y lo observó. ____ escrutó despacio sus ojos azules.

—Mi calidad de vida disminuiría sin ti —barbotó—. Aunque te casaras con una imponente modelo de fama mundial.

Jay enarcó las cejas.

—¿Casarme?

—Cierto, es una palabra sucia. Dios quiera que nunca te pongas un anillo que no esté unido a una granada o algo así —puso la mano en el tirador de la puerta, con intención de salir, pero Jay deslizó los dedos detrás de la nuca de ____ y atrajo su rostro con suavidad, pero con firmeza, hacia él.

—Ya estoy casado —susurró, y unió sus labios firmes a los de ella con fiereza durante un momento fugaz. La soltó y se apeó del vehículo mientras ella todavía se estaba recuperando de la sorpresa.

Jay abrió la puerta de _______ y le puso las manos en la cintura para ayudarla a bajar. La sostuvo delante de él durante unos segundos cargados de intensidad.

—No te encapriches mucho con Grier. No estaremos casados mucho más tiempo, pero seguiré sintiéndome responsable de ti. Siva es un hombre difícil. Tiene un pasado turbio del que no puedo hablarte. Tendrías más oportunidades domesticando a un lobo.

La parte de que no seguirían casados mucho más tiempo era inquietante. ____ intentó no reaccionar. ¿Qué estaba diciendo? Algo sobre Grier...

—Siva es mi amigo —le dijo. Jay inspiró hondo.

—Y mío. Más o menos. Pero... no te acerques demasiado a él. No es lo que parece.

_______ le sonrió.

—De acuerdo.

Jay la miró a los ojos con vacilación, bajó la vista a sus labios y la desvió. La zarandeó con mucha suavidad, antes de soltarla.

—También me preocupa que estés sola en el rancho, con Maude y los chicos como única compañía. No estaría mal que Siva te enseñara a tirar al blanco. Nadie sabe más de armas que él —elevó la barbilla—. Bueno, excepto yo —añadió con una voz grave y dulce que acarició la espalda de _______ como si fuera terciopelo. Su poderoso cuerpo se puso ligeramente rígido—. _______, ¿segura que no quieres que te enseñe yo? —preguntó de improviso.

—No quiero robarte tu tiempo libre, Jay —dijo, sin darle importancia—. Trabajas bastante y te mereces un poco de relajación.

—¿Intentas decirme algo? —inquirió con curiosidad.

—En realidad, no. Salvo que sé que te gusta pasar tus ratos libres con la señorita Moore.

La miró con ojos entornados.

—¿Estás celosa? —preguntó con voz suave, lenta, como si acabara de considerar esa posibilidad. _______ contuvo el aliento. Tenía el corazón desbocado, y no podía arriesgarse a delatar sus sentimientos. No quería atraparlo haciéndolo sentir lástima por ella.

—Es un matrimonio de conveniencia, Jay, tú mismo lo has dicho. Puedes hacer lo que quieras —añadió con franqueza—. Deja que sea Siva quien me enseñe a usar una pistola. Le gusta estar conmigo.

En aquel momento, la pausa fue larga e intensa. Jay no dijo nada más, pero respiraba de forma tan controlada que _______ adivinó que estaba furioso. No entendía por qué. Era evidente que estaba colado por Tippy Moore, ¿por qué le importaba que recibiera lecciones de Siva? Quizá fuera un comportamiento típicamente varonil. Había tantos rituales masculinos que las mujeres nunca acababan de comprender...

CO)


La historia de EL Y ELLA...~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora