Parte 19

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Dos días después, ____ cabalgó hacia el pasto en el que habían dejado uno de los cuatro toros Hereford que les quedaban. Los habían separado, confiando en prevenir otro posible envenenamiento. Llevaba un rifle prestado, y el móvil de Siva en una funda del cinturón.

Siva la había obligado a usarlo, y le había encargado a Nick que no se apartara de ella. Pero Nick no podía controlarla más de lo que podía Siva y, en aquella ocasión, ____ estuvo a punto de pagarlo caro.

Justo cuando pasaba de largo un enorme roble cercano a la alambrada, un hombre le salió al paso.

____ tenía reflejos. Cuando el hombre la interceptó, ella ya había sacado el rifle de la vaina y lo había amartillado. No apuntaba al recién llegado, pero lo tenía apoyado en las piernas y le decía con los ojos que dispararía a la menor provocación.

—¿Vas a dispararme, jefa? —dijo Jack Clark con ojos entornados, mirándola desde el camino de tierra.

—En cuanto des un paso hacia mí —asintió sin pestañear.

—Te he visto venir desde la carretera —dijo, y señaló la vía que se encontraba a solo unos cientos de metros—. Quiero que dejes de difundir rumores sobre mí en Jacobsville —añadió con frialdad—. No te he robado nada. Me compré unas botas porque me rompí las mías cuando estaba haciendo fardos con ese viejo tractor suyo. ¡Me debían esas botas!

—Y si nos las hubieras pedido, te habríamos dado otras —replicó, asustada y asqueada, pero decidida a disimularlo. Sujetó con fuerza el rifle—. No lo hiciste. Compraste las botas más caras que encontraste y las cargaste a la cuenta del rancho.

—No es razón para despedir a un hombre sin haberlo escuchado antes.

La mirada de Jack Clark le helaba la sangre. Era la misma mirada que le había dirigido durante el breve espacio de tiempo que había estado trabajando en el rancho. Le gustaban las mujeres, pero ninguna le prestaría la menor atención. Tenía los dientes podridos y una actitud desagradable... por no hablar de la vulgaridad con que hablaba a una mujer. Era un tipo feo, con rasgos afilados y poco pelo, delgado y de aspecto repugnante. Siempre llevaba la ropa arrugada y el pelo sucio. Era la persona más repulsiva que ____ había visto nunca. Llevaba una camisa de franela de pútridos tonos negros, amarillos y verdes que resultaba casi tan asquerosa como él.

—Ya dijiste lo que querías —dijo ____ con rotundidad—. Elevó el arma, pulsó la tecla del móvil que tenía grabado el número de Siva y se lo quedó mirando con fría deliberación—. Has traspasado los límites de mi propiedad. Quiero que te vayas ahora mismo. Acabo de marcar el número del subjefe de policía. Solo tengo que pulsar un botón y sabrá dónde estoy y por qué lo llamo.

Clark vaciló; medía la distancia que los separaba. Sabía que, aunque ella marcara el número, no responderían al momento. Cerró los puños a los costados y desplegó una sonrisa calculadora. Dio un paso rápido al frente.

En aquella fracción de segundo, ____ apoyó el rifle en el hombro y apuntó.

—No tiene echado el seguro —dijo con calma—. Tú decides.

Clark se detuvo en seco cuando ella levantó el rifle; Volvió a vacilar, como si estuviera midiendo la distancia por segunda vez y sopesando con qué rapidez podría disparar. Pero le bastó mirarla a los ojos para saber que ____ apretaría el gatillo si daba un paso más. Su actitud amenazadora cambió.

—No es justo que intentes disparar a un hombre porque te haya hecho una pregunta civilizada —dijo con furia.

—Empieza a cansárseme el brazo —replicó ____.

La historia de EL Y ELLA...~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora