Parte 12

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—Crees que ella lo cautivará.

Lo miró a los ojos.

—No soy ninguna belleza. Me he criado en el campo. Sé manejar los ordenadores y el ganado, pero no puedo competir con una famosa modelo experta en las artes de la seducción. Atraerá a los hombres como moscas, ya lo verás.

—A mí no —repuso Siva con fluidez—. Soy inmune a ella.

—Jay no lo será —señaló ___ con preocupación.

—Jay es un hombre hecho y derecho, y sabe cuidarse solo —Siva estaba recordando viejos tiempos, y no quería desilusionar a ___ reconociendo que Jay tenía muy pocos problemas atrayendo a mujeres hermosas. No era un casanova, pero era apuesto, seguro de sí, y un conquistador agresivo con las mujeres a las que deseaba. Pero no se lo dijo a ___, porque se habría venido abajo. Se preguntó si se daba cuenta de lo mucho que reflejaba lo que sentía por Jay cuando hablaba de él.

—Supongo que sí —murmuró _______, y tomó un sorbo de su bebida—. Ojalá no hiciera falta tener al equipo de rodaje vagando por todo el rancho —añadió con impaciencia—. Pero nos han ofrecido una pequeña fortuna, y necesitamos tanto el dinero que no podemos negamos —suspiró—. Ese viejo dicho es cierto, ¿verdad? Todo el mundo tiene un precio. Yo creía no tenerlo, pero quiero reemplazar a ese toro Salers —movió la cabeza—. Pagué ocho mil dólares por él. Si Clark lo envenenó, y encuentro la manera de demostrarlo, lo demandaré las veces que haga falta, aunque tenga que llegar al Tribunal Supremo. Puede que no recupere mis ocho mil, pero me daré el gusto de todas formas.

Siva rio entre dientes.

—Me gusta tu estilo, ___.

Ella le sonrió por encima del vaso.

—Si reúno pruebas, ¿lo detendrás por mí?

—Por supuesto —se puso serio—. Pero no vayas por ahí sola buscando problemas.

—Yo no. Soy muy precavida.

Siva lo dudaba, pero no iba a discutir.

—¿Te atreves a volver a la pista?

—¡Por supuesto!

Siva le sonrió y le dio la mano para sacarla a bailar. El director de la banda, al verlos, interrumpió la balada country que estaban interpretando y empezó a tocar un chachachá. Todo el mundo rio, incluida la pareja de baile de aquella noche.

El sábado por la mañana, a primera hora, el director, el ayudante de dirección, el director de fotografía, el cámara, el técnico de sonido, dos técnicos más y las estrellas de cine se acercaron por la carretera de acceso del rancho en un enorme Ford Expedition.

Jay había llegado un minuto antes. _______ y Maude salieron al porche a recibirlos. Maude llevaba un viejo vestido de trabajo, y estaba despeinada. _______ se había puesto unos vaqueros y una camisa de algodón, y se había recogido el pelo en una trenza. Aun así, cuando vio a la pelirroja apeándose del vehículo, se le cayó el alma a los pies.

No fue ninguna ayuda que Jay echara a andar en línea recta hacia ella, sin ni siquiera dirigir una última mirada a ______, para ayudarla a descender del elevado asiento posterior poniéndole las manos en su cintura de avispa. La modelo rio, y parecía el tintineo de una campanilla de plata. Tenía una sonrisa perfecta... dientes blancos y labios rojos y sensuales. Su figura también lo era. Llevaba un largo vestido verde con vuelo que se adhería a las líneas esbeltas y elegantes de su cuerpo. Jay la estaba observando con intensa admiración, como nunca había mirado a la insípida y menuda _______. Peor aún, la modelo estaba fascinada, y coqueteaba con él como si le fuera la vida en ello.

La historia de EL Y ELLA...~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora