Parte 29

30 1 0
                                    

____ se ruborizó. Sabía lo que Jay quería decir. Necesitaba sumirse en el olvido, y ella estaba en la posición ideal para procurárselo. Pero Jay había estado haciendo compañía a una modelo internacional para la que el sexo era un aperitivo, y no quería ser la sustituía de Tippy.

—Supón que te dijera —replicó— que Tippy Moore es un listón muy alto para una mujer experimentada, y mucho más para una novata.

Parecía sorprendido.

—¿Crees que me estoy acostando con ella?

____ bajó la mirada.

—No intenta ocultar que es una mujer de mundo.

Jay tardó un momento en responder. Parecía estar forcejeando con ideas que no sabía cómo expresar.

—¡Por el amor de Dios! —exclamó con suavidad—. Seguramente, no eres la única persona que lo ve así, ¿no?

—Es lo que se rumorea —reconoció ____.

—Y hay quien sabe que estamos casados. No se me había ocurrido pensar en lo que parecería, ni que tú tendrías que soportar los chismes.

____ encogió un hombro con inquietud y se quedó mirando la pantalla de la televisión.

—Yo salgo con Siva —dijo—. Supongo que los dos hemos dado motivos de sobra para que chismorreen sobre nosotros.

—A mí no me haría falta preguntarte si te estás acostando con Grier —dijo Jay—. Te conozco demasiado bien.

Parecía resentido. ____ se puso tensa. Estuvo a punto de ensañarse, hasta que recordó lo que había pasado aquel día. No tenía corazón para torturarlo más de lo que estaba.

—Tippy lleva tu anillo de compromiso, Jay — repuso en tono sumiso—. Sé que piensas casarte con ella. De todas formas, nuestro matrimonio no es más que una formalidad y, dentro de poco, ya no estaremos casados. No te culpo por desear a una mujer bonita, famosa y sofisticada. Yo no puedo competir con mujeres así, siempre lo he sabido.

Jay frunció el ceño y se la quedó mirando, atónito. ¿De verdad tenía un concepto tan bajo de sí misma? ¿Era culpa de él? Había tenido tanto cuidado de mantener la distancia entre ellos, para no alentar una relación íntima cuando ____ todavía no había salido con otros chicos... No había querido aprovecharse de su peculiar relación, ni usar a ____ como muchos otros hombres no habrían dudado hacer, de hallarse en su misma posición. ¡Pero había dicho que pensaba casarse con Tippy!

—¿Por qué crees que quiero casarme con ella? — preguntó despacio.

____ volvió la cabeza para mirarlo a los ojos.

—Lleva tu anillo de esmeralda y diamantes. ¿Por qué iba un hombre a regalar a una mujer un anillo tan caro si no tuviera intenciones serias? —preguntó en tono práctico.

Jay inspiró hondo y se recostó en el sofá. Quería decir: «Porque me dejé llevar por mi orgullo en una joyería cuando ella se lo probó y se negó a quitárselo. Fui incapaz de decirle que no podía comprarle lo que ella consideraba una baratija». Pero tampoco podía reconocer ante ____ que había sido un imbécil. Y, por su culpa, _______ pensaba que estaba prometido a Tippy y contando los días que faltaban para poder deshacerse de ella.

—Así que lo mejor será que pidamos la anulación muy pronto —añadió ____, tratando de abordar aquel tema doloroso con actitud práctica.

—Pediremos la anulación cuando yo lo diga —le espetó Jay, furioso—. Además, ahora mismo, no podemos permitírnoslo.

—Vamos a recibir bastante dinero por la grabación de la película. Habrá de sobra para pagar a un abogado —replicó, perpleja.

—Entonces, digamos que es conveniente seguir casados un tiempo —replicó, con mirada taciturna mientras la observaba.

—Puede que Tippy Moore no lo crea así —repuso ____ con más amargura de la que creía—. No es ningún secreto que está loca por ti. No intenta ocultarlo.

Jay no le contó lo que sabía de Tippy. Le gustaban los celos que detectaba en la voz suave de ____. Le gustaba saber que lo deseaba. Era bonita y sexy, y Jay empezó a ceder al deseo al contemplar aquellos senos pequeños y perfectos ocultos tras el jersey.

—Tippy no sabe que estamos casados —le dijo—. Cree que solo somos socios.

—Y tiene razón —replicó _______.

La mirada de Jay era sombría y serena.

—No. Tú y yo somos más que eso. Siempre lo hemos sido —bajó los ojos al cuerpo de ____ y los entornó—. Tienes los pezones duros como guijarros. Me deseas. ¿Creías que no se notaba? —la atormentó con suavidad cuando ella profirió una exclamación al oír aquel comentario franco. ____ se levantó del sillón.

—No deberías haberte tomado tantas cervezas — dijo, insegura de él en aquel estado de ánimo. No quería que Jay hiciera nada que pudiera lamentar más tarde, aunque ardiera en deseos de estar con él.

—No estoy borracho. Puedes acostarte conmigo, si quieres —le sugirió sin rodeos. ____ enarcó las cejas con elocuencia y rio con nerviosismo.

—¡Imagínate! ¡Y ni siquiera llevo un negligé rojo!

—Cuidado. No estoy bromeando —entrelazó las manos detrás de la nuca y la sometió a un escrutinio abrasador—. Crees que soy un granuja —dijo—. Que he roto mis votos matrimoniales, aunque solo haya sido un acuerdo legal, y que he tenido aventuras con otras mujeres. Dios, no me conoces, _______.

____ temblaba con nerviosismo mientras lo miraba desde unos cuantos pasos de distancia.

—No soy virgen —confesó en tono sombrío—, pero me tomo mis promesas tan en serio como tú las tuyas. No he estado con una mujer desde que me casé contigo.


La historia de EL Y ELLA...~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora