Sé Valiente

CAPITULO 12. Mares Veraces

*Theo*

Los ecos del pasaje del miedo todavía retumbaban en mi cabeza, había superado eficiente y rápidamente la prueba, con creces sacaría una de las mejores puntuaciones. Pero aunque mis miedos eran escasos los notaba infiltrarse fuertemente bajo mi piel, tener que ejecutar personas inocentes a sangre fría, el morir ahogado bajo toneladas de fango u vagar en la oscuridad como única compañera la incertidumbre parecía un juego de niños comparado al nuevo miedo que se había presentado ante mí.

"Estel ascendía en escalada junto a mí, yo lideraba la ascensión y cuando llegábamos a mitad del edificio derruido las fijaciones que yo acababa de instalar cedían dejando a Estel a su suerte, una a una se desintegraban alejándola de mí, hasta que literalmente caía al vacío. Su cuerda de seguridad no la sujetaba nadie, César estaba en el fondo del pavimento, nos observaba con ojos crueles esperando pacientemente como poco a poco estábamos más cerca del desastre, pero no se molestaba en mover ni un dedo en salvar a mi dulce Estel, verla desdibujada y rota contra el pavimento era una imagen que no podría olvidar nunca. Cesar ni se inmutaba, tan solo me observaba desde el fondo del abismo con sus pozos ciegos y oscuros llenos de odio y una sonrisa perversa felicitándose por mi desgracia. "

Doy gracias a que la prueba final del pasaje del miedo me la realizó Christina en esta ocasión, no hubiera soportado que César fuera conocedor de este nuevo miedo que me torturaba y en el que él aparecía claramente. No quería que pensara que le tenía miedo, por lo menos no literalmente. Sé que es mi rival directo y estoy seguro que está relacionado con mi miedo al compromiso, el no poder ofrecer a Estel lo que me demanda y el daño que esto le ocasiona.

Cierro mis ojos y presiono con mi índice y pulgar el puente de mi nariz, intentando concentrarme en eliminar estos últimos pensamiento que me dejaron sin aliento.

Desde la noche de la captura de bandera César no ha vuelvo a buscarme las cosquillas. Su trato a sido estrictamente profesional dejando al margen cualquier aspecto personal. De hecho después de pasar mi última prueba del pasaje del miedo, creo que soy el que mejor puntuación tengo de mi promoción. En unos momentos anunciaran oficialmente el ranking y pasaré a ser miembro de pleno derecho de mi facción. Por fin, me libero del yugo de la iniciación al que llevo subyugado un mes sin piedad. César no me lo puso nada fácil, pero al final aquí estoy.

Desde que Estel se ha dado un tiempo con César todo ha estado mucho más tranquilo, ella al principio estaba un poco distante y fría. Pero en los últimos días parece que todo ha vuelto a la normalidad. Aunque no debo engañarme, la última noche en que nos besamos a la salida del complejo, hubo un punto de inflexión, la conversación que tuvimos hizo que un chip se girará en el interior de la linda cabecita de Estel, no pasó desapercibido este hecho para mí.

No sé si resulta bueno o malo, pero vuelve a ser la Estel de siempre, me gusta tener a mi amiga otra vez de vuelta a mi lado, reconozco que no soportaba ver la junto a mi odioso instructor. Me reventaba como la tocaba y la besaba proclamando la como su preciada posesión. Sé que siempre le he gustado y quiero pensar que siempre le gustaré, es una conexión invisible que existe entre Estel y yo, nadie puede hacer desaparecer la así como así, ni siquiera César, por mucho que le pese. Resulta de lo más egoísta, pero no puedo evitar pensar en ella de otro modo.

Mario ya me propuso buscarnos un apartamento para compartir en el complejo. Ya alucina con las fiestas que montaremos allí, su agenda echa humo de tantas citas que tiene programadas.

-Theo esta noche voy a ir a la clausura con Melany la Pelirroja del top granate y negro.-mi mirada se dirige inmediatamente hacia la chica que se encuentra a unos metros de distancia charlando con otra Osada. Un ejemplar de medidas vertiginosas, se gira hacia nosotros y no duda en escanear me con sus ojos grises acerados. La chica es bastante mayor que Mario, no sé cómo se lo monta el tío pero con su labia y su carita de ojitos celeste de niño juguetón consigue lo que quiere.