CAPITULO 15. Tierra abnegada

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*Cesar*

Por un momento he alucinado, me pareció estar viendo los grandes y preciosos ojos de esa ladrona que me robó la cordura. Pero ha sido tan real, sus iris café refulgían con brillo y su mirada felina se me clavaba, la hierba cordial que me han pasado debe ser de excelente calidad.

Durante un milisegundo la duda me abruma y aparto a la morena de ojos verdes que insistentemente me calienta, lamiendo mis heridas, porque esta noche soy débil, estoy herido de gravedad, me desangro lentamente. Ese beso en el comedor de Osadía ha sido un disparo a sangre fría directo a mi centro neurálgico, letal y sin compasión, tiñendo mis esperanzas de color sangre. Quisiera estar muerto para no sentir, pero ante la resistencia de mi cuerpo a morir de dolor, me he visto forzado a buscar los medios anestésicos más efectivos que la noche pudo ofrecerme.

Me parece atisbar una media melena oscura entre la muchedumbre que se gira después de retirar la perturbadora mirada tostada y mi primera reacción me obliga como buen Osado a aferrarme a la duda de si era Estel, si algo caracteriza a nuestra facción es a negarse a la rendición y luchar aún a sabiendas que la batalla está perdida.

Me levanto bruscamente de mi asiento aun que mi equilibrio no es muy bueno, la morena ojiverde se niega a soltarme y gruñe por lo bajo. Una rubia con multitud de aros metálicos distribuidos en sus orejas y cejas a mi costado ronronea, ni idea en qué momento se agregó, pero me acaricia el muslo con malicia y retiro su mano para avanzar unos pasos y centrarme en mi objetivo oteando la multitud que se agolpa a nuestro alrededor. A pesar que la zona en la que me encuentro es más tranquila que la pista de baile, sigue estando abarrotada por lo que se hace difícil un seguimiento por parte de mi entrenado ojo Osado. Un ligero mareo me invade y me froto los ojos con los dedos para agudizar mis sentidos, estoy claramente perjudicado y maldigo para mis adentros. La rubia se levanta y me agarra del brazo para que vuelva a sentarme, pero estiro de mi extremidad para liberarme de su agarre, por lo que comprende que paso de ella y vuelve al sitio refunfuñando.

Un martillazo golpea en mi pecho cuando visualizo a la morena de mis sueños alejarse hacia la salida a toda prisa apartando a todo el que le bloquea el paso en su huida descontrolada, un Osado choca con ella y casi cae trastabillando. El movimiento de sus hombros y brazos denotan nerviosismo, agita la cabeza negando una y otra vez. Por la forma en que desesperadamente intenta alejarse, diría que la persigue el mismísimo Diablo, y tal vez sea así, porque inicio una carrera en su busca a través de la muralla humana que me impide el paso. Mi instinto más primario me avisa que no la deje escapar sin una explicación y apremio mi avance empujando a diestro y siniestro a todo el que se interpone en mi camino.

Solo imaginar que ha presenciado cómo me he dejaba revolcar en mi propia miseria, ahogando mi dolor en alcohol, escondiendo mi frustración en las brumas de la droga y refugiándome en brazos de otras para no recordar los suyos, quiero que me trague la tierra. Porque no era mi intención causar le daño, sino mitigar el mío propio. Tras llegar a la entrada del recinto la veo.

- ¡Joder!- Me lamento maldiciendo cuando vislumbro el estado en que se encuentra mi hechicera, por fin la localizo enroscada en un ovillo sollozando desconsolada ignorada por la plebe.

Noto mi pulso al galope desbocado marcar el ritmo de mi torrente sanguíneo que reparte adrenalina a toda máquina por mi sistema al aproximarse a ella. La música que retumba en todo el recinto hace que vibre todo el tejido que me cubre a mis espaldas en ondas sonoras que se expanden potentemente, todos se mueven alocadamente saltando y agitándose al ritmo frenético del Dj ajenos a la muchacha que yace encogida en un rincón, tirada a su suerte.

Intento tranquilizar me, tomando aire profundamente antes de acercar me a ella.

Me inclino en cuclillas quedando una de mis rodillas apoyadas en el suelo, quiero tocarla pero me reprimo las ganas hasta poder valorar hasta que nivel llegan los daños.

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