*Estel*
La llantina que arrastré todo el camino quedó atrás, no quiero darle el lujo a nadie de ver a toda una Osada llorando a lagrima viva, respiro con regularidad dejando que el aire húmedo procedente del lago encharque mis pulmones. Me siento mejor después de haber expulsado toda esa frustración que había quedado prisionera en mi pecho tras el encuentro con Theo. Mis pies se arrastran lastimosamente entrando al portal de mi edificio, pero me sobresalto al notar la presencia de dos personas en el vestíbulo del bloque de apartamentos que en estos momentos está completamente en penumbra. Mis sentidos se ponen en guardia en cuanto entro a la estancia y me preparo para afrontar a quién sea me espere allí dentro. Pero en cuanto detecto una risita femenina familiar proveniente de la figura más pequeña empiezo a imaginar de quién se trata.
- ¿Podríais respetar los espacios comunes del edificio para vuestros escarceos íntimos?- Intento reprimir la risa que me provoca la situación.
- No te pongas así Estel que no estamos haciendo nada que esté censurado. Se fue la luz en el vestíbulo y acompañé a Will a revisar lo que pasa... es que la linterna se quedó sin batería.- Explica intentado justificar su presencia allí.
- Tenemos la obligación de hacerlo ya que nos toca ser los presidentes de la comunidad de vecinos del edificio este año.- Apostilla Will para dar soporte a la versión de Nat, con la voz bastante ronca.
En ese mismo momento la luminaria empieza a parpadear y compruebo que Nat está roja como un tomate, cuando Will consigue que se haga la luz definitivamente en la amplia estancia puedo adaptar de nuevo mi visión a la tenue luz que despiden los focos del techo. El alto erudito de anchos hombros está delante del gran cuadro eléctrico abierto ante él, sus hábiles dedos se esfuerzan manipulando una maraña de cables, que normalmente están ocultos por un panel metálico. No me mira directamente el atractivo moreno concentrado en terminar su tarea de costado, se pasa la mano por el cabello repeinando lo hacia atrás para apartarse lo de la cara.
- Ya, ya,... buena escusa, menuda ayudante estás echa. - Le digo a mi amiga sin poder ocultar la risa, repaso a Will que lleva la camisa medio desabrochada y toda sacada por fuera. Por lo que mi hipótesis se confirma, Nat no le fue de mucha ayuda en la reparación eléctrica, sino más bien todo lo contrario, lo despistó todo lo que pudo. Nat finge no escuchar mi crítica.
- ¡¡Hey!! ya lo conseguimos, somos un buen equipo. ¿Verdad?- le pregunta Nat al Erudito con complicidad. Este se la mira de reojo con media sonrisa, mientras recoge las herramientas que usó en la reparación.Posteriormente Will se acerca a besar la en los labios de forma suave y cariñosa.
- Anda vamos a casa, que estoy que hecho chispas, acabaremos la reparación mañana.- le susurra Will con voz grave y gruesa a la trigueña Osada. Mientras Nat lo observa con ojos de depredador.
- Vale, vale,... ya me voy. No quiero interferir en el mantenimiento del edificio.- digo maliciosamente y me alejo del caluroso vestíbulo donde dejo a la pareja "trabajando". Subo las escaleras rápidamente deseando llegar a casa, me pincha ver a mis amigos tan felices y enamorados.
Lanzo mis cosas en la primera silla que encuentro y me dirijo a la cocina para ponerme un cuenco de cereales con leche, es lo que llevo cenando y desayunando desde hace tantos días que ni recuerdo, no me siento con ánimos para otra cosa. Lo más sencillo para meter energía a mi cuerpo y poder levantarme mañana a la hora necesaria, des que César se marchó soy una autómata sin rumbo, ejecutando el programa predefinido establecido, cuanto menos pienso, menos siento y menos sufro.

ESTÁS LEYENDO
Sé Valiente
RomanceAviso: Spin- Off de "Nat la perfección Divergente" Estel luchó con garras y dientes para conseguir su objetivo, convertirse en miembro de pleno derecho de su facción elegida: Osadía. En ella encontró la amistad y el amor, pero tras un año de adapta...