CAPITULO 5. Doble o nada

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*Theo*

Miro el reloj de mi muñeca, las 5 en punto de la madrugada. Mi cabeza va a explotar como una bomba de relojería. Qué narices bebimos anoche para que parezca que 20 enanos escavan dentro de mi cabeza martilleando una y otra vez. Intento adaptar mi visión a la oscuridad de la estancia, para ubicarme con rapidez, lo primero que detecto es el movimiento de alguien en mi cama, enfoco mejor y es una pelirroja la que duerme al parecer muy satisfecha y ligera de ropa ¿Qué narices hice anoche? Este no es el dormitorio de iniciación Osado desde luego, podría ser el de Veracidad me atrevería a asegurar por lo poco que puedo apreciar de la estancia. Bien, sigo investigando y detecto movimiento más abajo de mi cadera. Una mano se posa sobre mi vientre y diviso a una rubia junto a mí al otro costado tapada con una sabana. ¡Mierda! Esto ya si me asusta, no debimos jugar a atrevimiento anoche, pero César insistió en salir del complejo, asegurando que era una tradición Osada.

Me empalmo automáticamente nada más detectar que la rubia no lleva nada encima, más que unas exiguas braguitas blancas de encaje. ¡Joder! Tengo que salir de aquí urgentemente, antes que despierten o me comerán vivo. Retiro la mano de la rubia con delicadeza, esta se aferra a mí con agarre fuerte. Paso por encima de la pelirroja con el máximo de cuidado para no despertarla. Y me pongo a buscar como un loco mi ropa ya que solo llevo unos boxes

¡¡¿A rayas blancos y negros? !!

Pero ¡qué coño pasó aquí! Mejor no preguntar.

Si no llego al complejo de Osadía antes de que toquen diana para levantarse, estaré automáticamente expulsado de Osadía, por incumplir las normas de iniciación. Me cago en todo, buscando lo más silencioso que puedo bajo la cama que creo pertenece a la veraz pelirroja y localizo mis botas y pantalones. Luego dirijo mis esfuerzos a encontrar mi camiseta que con alivio está en la cama gemela de la que imagino su compañera la rubia veraz. Niego con la cabeza al ver semejante cuadro, las dos chicas durmiendo profundamente en la misma cama. Lamento no recordar mucho, pero debo haber lo pasado en grande esta noche.

Mataré a Mario lentamente por dejarme olvidado en otra facción ebrio y, o drogado por lo poco que sé, esto es muy, muy extraño. Pero en el momento de salir al pasillo me tropiezo con el cuerpo del rubio a mis pies, empiezo a sentir pena por él. Por haber dormido yo tan calentito y en cambio él en la puta puerta. Una sonrisa se pasea por mi rostro, mientras intento reanimarlo para que no nos expulsen de Osadía esta misma mañana.

-! Tarta fresa despierta! - Le doy una chufla en toda la cara pero no hay manera, a penas balbucea.

- Deja me tranquilo Theo.- otra chufla bien dada en la cara y ahora si me escucha con los ojos abiertos.

- Mario espabila a mover el culo. Son las 5 y tenemos una hora y media para plantarnos en el complejo Osado si no queremos ser expulsados. Estamos en Veracidad, al parecer en el ala de dormitorios femeninos de iniciación.- La información es demasiada mientras intenta procesar mis palabras a toda velocidad.

- ¿Qué?- me mira perplejo.- Vale, ya voy.- intenta ponerse en pie y le ayudo de un hombro, ya que está agarrotado de dormir en una mala posición tirado en el suelo con el cuello doblado y parte de su espalda apoyada en la pared.

- Theo ¿Dónde está mi rubia? No recuerdo mucho.- me dice Mario preocupado por sus lagunas mentales.

- No quieras saberlo Mario- murmuro para mis adentros- Tenemos que salir cagando leches de aquí, no hay tiempo para explicaciones.

Tras una hora de trayecto en tren, saltamos cerca de las instalaciones del complejo osado y entramos por un acceso poco controlado, avanzamos sigilosamente para entrar sin ser detectados. No será fácil, se que todo el complejo está monitorizado y controlado a remoto. Pero los puntos clave los controlo, son las ventajas de ser hijo de nuestro líder Osado. Manejo información privilegiada muy a pesar de Cuatro. Por un momento pienso en Cuatro, si mi padre llega a enterarse de esta excursión nocturna, me cortará el pelo a cuchillada limpia, sin inmutarse.

Sé ValienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora