15: SOPORTE

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Los días pasaban, y yo seguía en mi propio mundo, en mi propio encierro, en mi propio sentimiento. No había noche en que no llorara, aunque el llanto no esperaba que anocheciera del todo para poder salir de mi interior, mostrándose en forma de recuerdos e imágenes en mi mente, no. Ya no tenía un horario fijo, ahora éste variaba, y los nudos en la garganta llegaban de manera sorpresiva, a veces mientras cepillaba mis dientes, a veces mientras cocinaba, a veces mirando sólo el televisor apagado, a veces mientras iba en camino hacia los Woo, pero no llegaba, pues me regresaba. No podía ir en ese estado, ¿Qué pensaría su madre al verme en ese modo? No podía decirle "Lo siento, señora, sólo que su hijo me rompió el corazón, pero no se preocupe, estaré bien", claro que no. En cierto modo me alegro que ella no se haya enterado, ni Ji Seok ni mi hermano, porque si lo supieran, ahora quizás me mirarían con un rostro de dolor, con pena, y no quiero. Ya suficiente tengo con mi reflejo del espejo, sintiéndome a mí misma de ese modo, para sentir las miradas o muestraz de afecto hacia una pobre chica que se ilucionó creyendo que alguien como Ji Ho, un famoso, se terminaría enamorando de mí. Qué estúpido y absurdo suena eso.

Gabriel llamaba al departamento todos los días a partir de las 7pm, para asegurarse de que estaba ahí y no había salido a otro lado. Ji Ho le comentó lo sucedido, por lo que ahora se comunicaba conmigo por el número del departamento. A veces demoraba en contestar por estar en la ducha, o tirada en mi cama sin ganas de contestar, y me gritaba, aunque era comprensible, estaba preocupado por mí. Aunque no entiendo de qué, ya no tenía razones para salir de estas cuatro paredes.

Los malos pensamientos se apoderaron de mí por casi un mes o quizás más, me sentía decaída, sin ánimos, aunque en cierto modo era bueno ya no tener mi celular, así no me atormentaba releyendo sus mensajes o viendo sus fotos. Me calmé, decidida a seguir y que ésto sólo era una pérdida de tiempo, no iba a dejarme derrumbar y atascarme por un mal de amores. Todos los sufrieron en algún momento, ¿no? No soy la única, no moriré por un rechazo, una mentira, una ilusión, y tampoco podía dejar que eso afectara mis amistades con los integrantes así como con él. Ya era cosa pasada, y así, con ese pensamiento, me dormí para comenzar luego un nuevo y brillante día. Sin penas, sin remordimientos, sin culpa, sin bajeza.

Son las 11am, Mamá Woo me pidió que vaya a su casa para pasar tiempo, a lo que accedí. Mientras camino, veo a parejas. Todas parejas, de la mano, del brazo, riéndose, acariciándose tiernamente. Mucho peor ahora, que estoy cruzando el parque, y aquellas parejas, con mascotas o sus hijos, están ahí, demostrándome los felices que son, restregándome en la cara lo que ellos tienen y yo no. Lo que nunca tuve. ¿Por qué pasa eso? Es como si el universo quisiera que vuelva a mis días de estar encerrada en el cuarto bajo mis sábanas, ¿no debería apoyarme a salir adelante? Bah, quién entiende lo que quiere.

Mamá Woo me recibe con un abrazo y una sonrisa. Como ya llegaría la hora de almorzar, empezamos a cortar los ingredientes mientras conversábamos de cosas random, y eso me distrae. Ella tan buena con su aura pura, una madre para mí, me alivia mis heridas sin saberlo, o mejor dicho, controla mi dolor.

El sonido de su celular suena, desapareciendo de mi lado para responder. Mientras corto el pollo para echarle a la sopa, mi mano tiembla al escuchar su nombre de la boca de ella.

"Ji Ho, amor... sí, mañana iré donde tus tíos...está bien, yo los saludo de tu parte, pero les deberás presentes jajaja...sí, junto a Madison, ¿quieres hablar con ella?...oh, entiendo, cuídate, adiós".

- Madison, Ji Ho... ¡Dios! ¿estás bien? ¿cómo te cortaste?

Mamá Woo toma mi mano, donde un líquido espeso rojo sale de mi dedo, echando a perder la carne casi cortada. Sin pensarlo, ya estoy llorando en silencio, sólo botando lágrimas sin emitir sonido alguno. Mamá Woo vuelve con una bandita de Hello Kitty y me lo coloca sobra la herida. Me observa y sin decir nada, me abraza.

¡NO ME TRATES COMO FAN!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora