Promise.

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Aron empujaba el carrito por los pasillos de la biblioteca. La Biblioteca Británica no escondía secreto alguno para él. Conocía cada pasillo como la palma de su mano, una proeza por las dimensiones del edificio. En la sección de novela policíaca se detuvo. Con un suspiro comenzó a rellenar huecos de las estanterías. El sonido de unos tacones rompió el silencio. Una mujer negra, alta, de cuerpo fuerte y ataviada con una falda negra y una blusa blanca. Complementando, una chaqueta de cuero roja, abierta. Un largo collar pendía de su cuello.

—Aron.

—Siobhan.

—Bonito chaleco.

—Gracias.

Situada al lado del bibliotecario, ojeó algunos tomos con detenimiento. Siobhan Hardy era una mujer negra, fuerte e independiente. Su mera presencia imponía respeto. Capas de maquillaje cubrían las pequeñas imperfecciones de su tez. Ganaba centímetros extra con unos tacones de aguja color rojo brillante. 

—¿Cómo te va con tus nuevos compañeros de piso? —preguntó abriendo un tomo de Poirot

—Muy bien, son muy... simpáticos.

—Bien. Me alegro de que te caigan en gracia. —Devolvió el ejemplar a su sitio. Sacó una memoria USB de su bolsillo—. Los documentos que me pediste. 

—¿En medio de la biblioteca, Siobhan? Te creía más discreta. —Cogió la memoria que fue directa al bolsillo.

—Este es uno de los lugares más seguros de Londres, te lo puedo asegurar. ¿Cómo está el chico?

—Bien, muy feliz con su perro y haciendo su vida. 

—Sabes que es imperativo que no te descubra.

—No lo hará. Nadie antes lo ha hecho.  —Siobhan sonrió.

—Eso espero, Lince de Noruega. Hemos trabajo en la sombra durante tres años, quiero que siga siendo así. Nunca hemos estado tan cerca de él. No sabemos como podría reaccionar.

—Ese sobrenombre nunca lo entenderé. Lo dices como si hiciésemos algo malo.

—Quizás para él lo sea. A nadie le gusta que monitoricen sus movimientos. —Miró su reloj de muñeca—. Tengo que irme ya. Tenme informada. —Dio la vuelta para marcharse.

—Siobhan. —La mujer se detuvo—. ¿Por qué tanto interés en Víctor?

—Motivos personales. Hace tiempo le hice una promesa a alguien y he de cumplirla. —Lo miró de reojo—. Pasa un buen día. —El sonido de sus tacones se perdió por la biblioteca.

* * *

La comida en casa de los Barker, por suerte o por desgracia, pasó a ser cena. La matriarca tenía otros asuntos que atender de cerita importancia. Ello no le importó en absoluto al invitado. Sólo se alargaba un poco más la agonía hasta ser presentado oficialmente como pareja del primogénito Barker. Pero el sábado no terminaría allí: después la pareja había quedado con Kenna en un local para tomar algo. Víctor lo necesitaría, posiblemente. 

La chica miraba a su compañero de piso. Era por la mañana. Aron estaba felizmente en la biblioteca con sus libros. Víctor mimaba a su cachorro sin apartar la vista de la televisión: estaban viendo en diferido el show de la aclamada drag queen RuPaul. Era ya la séptima temporada del concurso. Víctor no le veía el fundamento a ese programa, pero le hacía mucha gracia ver como los concursantes en lugar de apoyarse entre sí provocaban disputas y se peleaban. "Es como ver a un grupo de chicos, todos quieren destacar y demostrar que son el más fuerte, sólo que aquí con tacones y pelucas", decía. 

Tú antes volabas. [LEER DESCRIPCIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora