Capitulo 3

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Como una niña nerviosa antes de que su abuelo comience a relatarle una historia aventurera de su vida, así me sentí yo desde que él pronunció la primera palabra.

-Hace tiempo que no habló de esto con nadie y la verdad que no sé bien porque lo voy a recordar ahora pero no sé, tú... Dulce tú me transmites confianza y una sensación de comodidad que hace tiempo no sentía...

Mis mejillas se enrojecieron casi al mismo tono que mi jersey, quise hacer algun gesto, mostrarle que yo también le tenía confianza, que al igual que él yo me sentía cómoda a su lado pero no sabía como, él no me veía, no veía mis sonrisas, mis ojos, nada... así que por primera en aquella tarde creo que hice lo que debí. Posé mi mano sobre la de él, la acaricié tiernamente y luego la entrelacé con la mía, apretándosela fuerte para que supiera que estaba ahí para... la verdad que a día de hoy aún no sé muy bien el porque pero fue lo que sentí...

Christopher sonrió y juntó su otra mano, acarició mis dedos y echó un suspiro antes de seguir...

-Sabes... la vida es sabia, es muy sabia y eso de que te pone en tu lugar o a la larga pagas tus errores en ella es cierto, no sé quien habrá dicho eso pero me imagino que tendría que ser alguien que vivió mucho. Y estarás pensando que a qué viene eso ahora ¿no?, pues viene a que a mi la vida me puso en mi lugar, me hizo pagar por todo lo que hice... A los 17 años me fui de casa de mis padres, nunca les escuché, nunca me paré a oir un consejo de mi madre o una experiencia de mi padre, siempre pasé de todo, quería vivir mi vida a tope, sin ningun impedimento ni ninguna regla, siempre andaba metido en peleas, defendiendo a los débiles y a lo mejor por eso la relación con mis padres no fue tan buena... Ellos eran de la alta sociedad, miraban por encima del hombro a todos, yo nunca le di importancia al dinero que ellos tenían, como te digo siempre quise vivir la vida de una forma alocada, me quise independizar desde muy temprano y lo hice pero a la vez no porque mis padres me compraron un departamento, me mandaban dinero... era como vivir con ellos pero sin su presencia y sabes lo peor... quea la larga me gustó aquello, no hacía nada y tenía de todo. Aquel muchacho valiente que defendía a los débiles se convirtió en los que los molestaba, tener tanto dinero a esa edad, tener ese poder... se me subió mucho a la cabeza, pero como todo viene también se va... Mis padres quedaron en banca rota, se arruinaron y ahí supe lo que era la vida, ahí fue cuando por necesidad tendría que volver a adoptar mi punto de vista que antes tenía de la vida pero no, ya me había acostumbrado a los lujos, al no hacer nada y tener todo y ahora ya no quería tener que esforzarme. Me obligaron a estudiar y sí, estudié la carrera de derecho pero no porque me gustara en su momento, al final fue cuando casi le cogí el gusto pero bueno... Después me quise poner a trabajar pero no encontraba nada, la situación económica cada vez estaba peor y yo me desesperaba más así que fui por el camino más fácil... Me metí con una mujer mayor y rica, salía con ella y por solo acompañarla tenía de nuevo todo y todo eso con 25 años... Creí que ya tendría la vida resuelta pero no...

Paró en seco de hablar y agachó la cabeza, separó su mano de las mias y se frotó los ojos por debajo de las gafas, pero nunca hizo un intento de quitárselas. Yo no dejaba de observarle, de ver sus labios cada vez que mencionaba una palabra, como se los humedecía para seguir, como le costaba hablar y recordar cada momento...

-Yo le juraba que la amaba cuando en relidad no era cierto, dormiámos juntos, la abrazaba prometiéndole que siempre estaría ahí... mientras por detrás me reía y la trataba mal con mis "amigos". Fui una basura, mentía con tal de tener todo, de volver a cumplir mis caprichos, lujos, en definitiva... tener el maldito dinero. Tenía tanto que más de una vez iba a divertirme como hombre, a volver a disfrutar, asi que me fui a un club, es cierto, volví a disfrutar, a gozar en el sexo. Sin más llegaba a la casa y dormia de nuevo como si nada con esa mujer, jurándole un amor que no sentía, durmiendo plácidamente. Eso hice durante muchos meses, sin esperar que algun día mi vida cambiaría por completo...

Se masajeó el cuello y dió un sorbo a su zumo, luego suspiró dispuesto a seguir contando mientras yo permanecía inerte ante la confesión...

-Al día siguiente cuando desperté ella no estaba, me resultó raro pero tampoco la extrañé, me levanté y justo cuando iba a salir de la habitación ella entró furiosa, gritándome, diciendo que la había engañado todo ese tiempo, que me acostaba con prostitutas y me reía de ella a sus espaldas, que nunca la amé y que solo estaba con ella por su dinero para que me mantuviera. Nunca supe como lo descubrió, de ese día con ella solo recuerdo que discutimos muy fuerte, yo le decía que era mentira y ella no me creía, luego yo me arté y le confesé que era verdad y que un joven como yo no se podría enamorar nunca de una señora mayor como ella... Recogí mis cosas o más bien las que ella me compró y salí de allí, me llevé su coche, le cogí dinero de la caja fuerte y me fui... Le había quitado una buena suma de dinero como para alquilar una habitación de hotel y vivir bien durante algun tiempo. Corría con el coche a mucha velocidad, cabreádo conmigo mismo, había perdido lo que tanto me costó, los lujos y ahora me encontraba huyendo, había hecho daño a mucha gente pero en aquellos momentos a eso no le daba importancia, yo corría con el coche, me saltaba las señales, los límites de velocidad... todo, hasta que... pasó, tube un accidente horrible, choqué contra otro, los dos salimos de la carretera, caímos unos cuantos metros, el otro coche quedó irreconosible y yo... yo solo sé que sentí un dolor muy fuerte y me desmayé... Despertándome en un hospital, eso fue lo que me dijo mi hermano ya que yo no pude verlo...

En aquellos momentos yo seguía igual de inerte, él había terminado de contar y agachó la cabeza entrelazando sus dedos. Yo no pude decir nada, tragé saliva forzosamente y pestañee mientras mi cabeza procesaba todo lo que acababa de escuchar.

-Me enteré que el otro conductor falleció - bajó la cabeza de nuevo y aunque se quiso esconder yo noté como una lágrima cubría su mejilla - Ahí mi vida no solo cambió porque me quedara ciego de por vida sino porque me di cuenta del tipo de persona que había sido, lo basura que era ya que por mi culpa había muerto un padre de familia...

El silencio volvió a reinar y yo seguía sin reaccionar, mi mirada se fijo en el piso, quizás fue todo muy rápido... me dio la sensación de que me estaba contando la historia de otra persona y no la de él, Chris no aparentaba haber sido un hombre así, tan... malo por llamarlo de alguna manera. Que con tan solo 25 años, mi edad en aquella época, hubiera quedado ciego, pagando con eso todo lo que hizo...

-Entiendo que no digas nada, es muy fuerte y si quieres irte tu... puedes hacerlo, estás en tu derecho Dulce... -vi de nuevo esas lágrimas en su rostro y en mi interior sentí un huracán al verlo así.

-No me voy a ir Chris... - rodé la silla y me puse más a su lado, agarrando su rostro y secando aquellas lágrimas - Lo que me acabas de contar es muy fuerte pero... yo no soy nadie para juzgarte, todo el mundo tiene un pasado, bien sea bueno o malo, en tu caso es malo pero todo el mundo tiene derecho a una segunda oportunidad, a cambiar... y eso fue lo que tu hiciste, quizás no te conozca de nada pero sé que en ti ya no queda ni rastro de ese hombre que una vez fuiste, lo veo en ti... cada vez que sonries lo veo Chris porque... tu sonrisa es muy especial sabes...

-Mi sonrisa... hace poco la recuperé, he recibido mucha ayuda para ser lo que soy ahora, estoy viviendo un nuevo capítulo de mi vida, ahora soy un nuevo Christopher, ciego, pero un nuevo Christopher...

-Eso es... -sonreí y junté mi mano con la de él - Yo siempre digo que hay que mirar para el futuro, lo hecho, hecho está y no se puede hacer ya nada para cambiarlo, lo único que se puede cambiar es el futuro, mejorarlo o empeorarlo, eso ya es cuestión de cada persona, pero en tu caso tu has mejorado Chris y tienes que estar orgulloso de eso...

-Lo sé, pero el pasado siempre está ahí, a veces me acuerdo y... -apretó los labios y respiró porfundo - Tienes razón, lo hecho, hecho está, ya no puedo cambiar esa muerte, no puedo pedir que yo estuviera ahí porque ya no se va a cumplir...

-¡No digas eso! Chris... si tu estas hoy aquí es por algo, porque tu te merecías esa oportunidad de cambiar y la haz aprovechado y ya no pienses más en lo que pasó... solo te haces daño y no puedes vivir siempre pendiente de eso, eres un hombre nuevo, ahora tienes que seguir haciendo tu vida...

Él sonrió y llevó su mano hacia mi cara, chocándose con mi nariz sin querer para luego acariciarme la mejilla, que de inmediato ardió ante el contacto.


Amor CiegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora