Hubo un momento que me sentí como en un cuento de hadas, la princesa quizás, pero sí en un cuento. Un gran y espeso manto blanco cubría todo Central Park, los árboles pelado por el frio y con alguna que otra hoja cubierta de nieve como el resto del tronco y ramas, jóvenes, niños corriendo, riendo mientras disfrutaban del suave hielo o ancianos sentados en algun que otro banco que se podían encontrar por cualquier parte del gran parque.
Nuestros pies se undían levemente en la nieve y el frió recorría una y otra vez la espalda espeluznantemente, Chris me abrazaba contra sí mientras caminábamos despacio guiados a algun sitio por Max. Yo nunca hablaba y él tampoco lo hacía, no hacía falta hacerlo cuando Chris dirigía sus labios a mi sien y depositaba un suave beso.
Los escalofríos, las aceleraciones en el pecho o el cosquilleo en el estómago eran síntomas con los que ya estaba más que acostumbrada a convivir, de hecho hasta me empezaban a gustar, ya no me incomodaban cuando lo miraba y veía su rostro adornado con aquella sonrisa, ahora incluso, cuando lo hacía esperaba ese aceleramiento en el pecho y esas punzadas en el estómago proclamarse. Hablando claro, cada vez me enamoraba más de él, me asombraba a la vez que temía por esas sensaciones que influían tanto en mí, era todo demasiado perfecto. Él era el hombre perfecto, ese hombre que creí que no existía para mi, amable, cariñoso, respetable, hermoso. Pensaba y quizás el único inconveniente era que no viera pero tenía completamente claro que eso aparte de ser lo negativo de todo lo positivo que tenía no me sería nunca un problema y estaba dispuesta que para él tampoco lo fuera. Yo estaba dispuesta a mostrarle todo, lo había dicho antes, pero esta vez era capaz de dar mi vida a cambio si fuera necesario, ahora él era mi todo, el centro ahora era él, su rostro, su sonrisa, sus ojos perdidos, ese sentimiento, ahora ya no podría seguir sobreviviendo sin Chris, al menos para no hacerlo con el alma vacía.
Me invitó a comer y lo hicimos en un italiano. Volvíamos a reir comiendo juntos aquel gran plato de pasta. Nada me importaba, ni las miradas de pena ni de desconcierto o aprobación de la gente, tan sólo estaba pendiente de los spaguettis y por supuesto de Chris.
Está claro que como newyorkina que soy claro que había visitado Central Park, pero nunca por la noche y en fin de año, eso era lo que me propuso Chris la noche anterior pero como ya había dicho y como también le hice saber a él, el por qué no se pudo realizar fue muchísimo mejor que cualquier visita a ningún fantástico parque de una gran ciudad en una noche tan significativa, ¡por dios! Era mucho mejor hacer el amor con Chris que eso o cualquier otra cosa.
Pero como ya lo había pronunciado miles de veces en mis pensamientos, Chris era perfecto, era único y terminó llevándome allí, el día del año, el primero de mi nueva vida en la que estaba él, el día en que para mí ese lugar estaba más precioso que nunca, quizás sin saber con certeza si era porque la primera gran nevada de ese año era la más espesa, limpia y blanca de todas o porque él estaba conmigo, aunque yo, me decantaba más por la segunda opción.
Bromeamos al darnos por fin los números de móvil, me resultó curioso que su teléfono llamara por una señal de voz, que con que él apretar una tecla central y pronunciara "Dulce" ya estuviera llamando, luego con algo de lógica y restando un poco de tonteria en trance que me daba al estar extremadamente cerca de él comprendí que era el mejor método y más cómodo para Chris.
Sentí un vacio cuando ya me tenía que ir, hacía ya bastante que no pisaba mi casa y recordando que tenía que alimentar a mi fiel mascota y que tendría que volver a trabajar me terminé de centrar en que por hoy me tendría que despedir aunque deseara pasar otra noche con Chris haciendo que sé yo...
-Seguro no quieres que llame a Axel y...-repitió finalmente cuando a pie volvimos a la puerta del edificio de su casa.
Yo volví a negar por inésima vez. Había insistido apenado en que Axel me podía acercar a mi casa, aunque no lo dijera sé que por dentro le molestaba enormemente tener que recurrir a su hermano para acercar por cortesía a su... ¿a su qué? Eso me dejó pensando unos instantes, ¿en que categoría se supone que yo entraba?
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Amor Ciego
RomanceAmor, ¿qué diablos es el amor? Más que cuatro letras juntas y que al pronunciarlas suenan bien seguro. Amor... la palabra más bonita que describe el sentimiento en el que más plena te sientes, en el que te sientes viva al notar que te quieren y quie...