Capitulo 24

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Primero fuimos a la cafeteria donde todo empezó pero no había rastro de que alguien hubiera pasado por allí, luego volvimos al piso de Axel pero seguía igual y vacío excepto por Max que con ese gracioso llanto vino a saludarme, podía ser un animal pero él nos podía ayudar a buscar a Chris. Parecía que el perro olisqueaba siguiendo algun rastro pero luego se paró volviendo a hacer ese ruido.

-¡Tomó un taxi! -exclamé yo cuando Max se paró.

-Dulce no nos podemos fiar de eso, además si lo tomó o no tampoco sabemos a donde iba.

Insistí en ir a Central Park, Axel lo tomó como una locura, aquello era enorme y era absolutamente imposible recorrerlo para buscar a Chris. Me resultó un poco ridículo creer que podía estar ahí, en ese lugar que para mi fue tan especial pero no era el mio, era el paradero de Chris el que estábamos buscando.

Jadeantes paramos de correr por las calles como locos, Axel no dejaba de urgar en su teléfono móvil, Max no dejaba de ladrar y yo... yo no me podía creer que todo eso estuviera pasando. Ahora me sentía peor de lo que alguna vez me pude sentir, sentía que todo eso era por mi culpa y la idea de solo pensar que estaba por ahí, solo y que le pudiera pasar algo me mataba literalmente. Mi pecho no dejaba de palpitar angustiado y yo sentía que no podía con mi alma, en realidad era como si esta me hubiera abandonado, como si mi mete, mi cuerpo y mi razón estuvieran por otro lado y yo estuviera allí, corriendo sin saber a donde, chocándo con la gente sin importarme. Me llevé las manos a la cara deseperada y sin ni siquiera planearlo solté un sollozo acompañado de un gran suspiro, cerrar los ojos me hacía bien pero no quería, pronto anochecería y no podíamos dejar que Chris siguiera por ahí, solo...

-Tranquila. - me consoló Axel sin saber muy bien como. De repente a parte de todo me sentí egoista, él era su hermano y había pasado mucho más tiempo con él, tenía derecho a estar más angustiado.

-Lo... lo siento, todo esto es mi culpa -terminé soltando sintiéndome cada vez peor.

-Claro que no... Christopher es un irresponsable, no sé como se atrevió a hacer esto de nuevo, está loco, así no se soluciona nada.

Aparté las manos de mi rostro y observé a Axel tenso y de nuevo, me transmitió algo que definitivamente no era nada grato.

-¿Qué fue lo que hizo la otra vez? A donde se fue despues del accidente...

Él dudo en contestarme unos intantes pero sabía que yo insistiría hasta saberlo.

-Conducir.

-Pero... ¿cómo?

-Tan sólo conducir Dulce, cogió un coche y codujo, sin ver, buscando el destino que se mereció, según él, en su momento.

Ahogué un grito no sé ni como y la cabeza me volvió a dar vueltas, ahora si que me dió ganas de encontrarlo y decirle cuatro cosas bien dichas. Pensar, imaginarme a Chris conduciendo a una velocidad incalculable, con sus gafas oscuras y pensando cualquier barbaridad era algo que no me ayudaba a recomponerme.

-Pero no le pasó nada... -afirmé más que pregunté.

-Sólo chocó contra un árbol, aún no vivíamos en Nueva York sino en Colorado -suspiró- Lo encontraron unos turistas que pasaban por allí, no le pasó nada ya que no le dio tiempo a aumentar demasiado la velocidad.

Entonces en mi imaginacion se borró la imagen de Chris conduciendo a alta velocidad, se sustituyó por otra de un Chris lloroso dispuesto a perder la vida y fallando de nuevo en el intento, teniendo una vez más el aviso de esta para seguir a delante. La angustia aumentó de golpe al volver a la realidad e imaginarmelo de nuevo, en aquellos momentos haciendo quien sabe que.

Amor CiegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora