Me froté las manos y suspiré unas cuantas veces antes de entrar. El mismo ambiente, el ruido de la cafetera, murmullos y gritos de gente pidiendo en la barra. Mi vista se fue sola hacía donde estaban colocadas las mesas, busqué y... Chris no estaba. Luego miré hacia la barra y vi a Axel ajetreado, me acerqué y senté en uno de los taburetes esperando a que me viera...
-¡Hola! -paró en seco al verme y con una sonrisa vino a saludarme- no me lo digas... -dijo sonriendo y pensativo con un ojo medio cerrado -Dulce...
-La misma... -sonreí -¿que tal?
-Pues aquí... ya ves, algo movidito esto, ¿y tu, qué te trae por aquí?
-Mmm... pues la verdad que ni yo sé -él me miró extraño pero divertido a la vez- Hoy decidí cambiar. Año nuevo, Dulce nueva...
-Ya te veo -dijo tras soltar una carcajada- ¿Te hiciste algo en el pelo verdad? Te veo más... bueno estas más guapa, de lo que ya eres claro...
Yo me sonrojé y le sonreí haciendo una burla al ver como él volvía a soltar una gran carcajada por como yo me ruborizé. Tras la risa vino en silencio, de repente el se me quedó viendo mientras secaba el vaso que tenía en sus manos con un trapo e de decir que aquello me incomodó...
-Y que... ¿preparando todo para la llegada del nuevo año?- sentí que soltó ese comentario por sacar un tema de conversación cualquiera, yo la verdad lo agradecí.
-Pues la verdad... no tengo con quien pasarla, dejé plantada a mi madre y sabes... sinceramente me da igual.
-Vaya... que liberal -rió- para mi fin de año es como el de... San Valentín, solo lo crean para sacar dinero a la gente porque ya ves... yo sigo en el mismo sitio que los 365 días del año - quizo mostrarse indignado pero siempre divertido.
-En realidad... tienes razón. Nunca lo había visto de ese modo.
Axel giró la vista al escuchar que gente de la barra lo llamaba, miró de nuevo hacia mi e hizo una seña la cual yo acepté. Iba a irse pero volvió de nuevo a decirme algo...
-¡Ah! Por cierto... mi hermano estara apunto de llegar - me guiñó el ojo tras mirar el reloj y confirmar lo que recién había dicho.
Yo sinceramente no supe que decir, sentí como una especie de calambrazo en mi cuerpo. Chris iba a venir... iba a entrar por la puerta que estaba mirando. ¿Qué le iba a decir?, ¿cómo lo saludaría?... una vez más... patética.
Sumida en mis pensamientos de repente vi como un canino que me resultaba familiar entraba por la puerta, yo me levanté de un golpe, me quedé rígida y di unos pasos atrás metiéndome entre la gente. Vi como Max hizo el intento de seguirme, ese perro siempre me reconocería. Chris lo atrajó con él tirándole de la correa y acariciando su cabeza para tranquilizarlo. Luego se sentaron en la misma mesa de la otra vez.
¡Oh dios! Chris... estaba allí y yo también. Creo que dejé de respirar por unos momentos. Estaba igual, igual de... ya saben a lo que me refiero. Me encantaba verlo, sus gafas seguían en él, haciéndole tener un aspecto interesante a pesar que las llevara por ser ciego.
Bien... paso tres, lo tenía allí. ¿Qué hacía?. Luché contra mis piernas para no salir de nuevo corriendo, no me explicaba porque aquel hombre me hacía actuar así, lo conocía de unas horas y ya me había hecho reir, dudar y sobretodo llorar. Pero también tenía que ver el lado positivo o más bien el lado de la nueva Dulce. ¿Que sentía? Unas ganas tremendas de quedarme quieta mirándolo unos instantes -me contesté-. A pesar de querer ser una nueva Dulce tendría que esperar a que restos de la antigua me fueran abandonando poco a poco.
Había pedido de nuevo su zumo de melocotón y uva. Pensativo se lo tomaba mientras de vez en cuando acariciaba la cabeza de su perro. Toda mi atención (que obviamente estaba centrada en él) fue captada por un hombre que escandaloso y dando alaridos acababa de entrar a la cafetería saludando a todos, me resultaba familiar. Claro... era el mismo de la otra vez, su nombre... como el de unos dibujos animados, ¿Jerry?.... ¡a no! Tom.
Tenía el mismo aspecto, pantalón de chandal, cholas de playa y camisa amarillenta con algunos botones amenazando salir disparados debido a la llamaba "barriguita cervezera". Dio un vistazo a toda la barra y yo lo seguí con la mirada. Se dirigió hacia Chris con la misma sonrisa arrogante con la que lo recordaba. Debido al ruido y la voces de toda la gente no pude saber de que estaban hablando pero de algo bueno seguro que no ya que Chris cambió por completo su expresión, las conocía.
Impotencia, rabia, furia, de todo sentí al ver como aquel se reía a carcajadas apretándole el hombro a Chris que a su vez desaflojaba sus puños continuamente. Tenía que hacer algo. La nueva Dulce llegaba; era lo que sentía, no pensar, solo actuar. Con pasos firmes me fui acercando, esquivé a algunas personas y llegué frente a ellos. Alcance a escuchar la última frase que salió de la boca de aquel fulano...
-Christopher... Christopher... No puedes seguir así siempre, debes conocer chicas, invitarlas a salir, al cine... bueno no -se rió escandalosamente- ¿allí no pueden entrar chuchos no?
Chris hizo el intento de levantarse y Max ladró. Yo, también intervení...
-¡Mi amor! ¡Hola! Que ganas tenía de verte.
Y no me pregunteis como sucedió ni como llegaron mi labios a juntarse con los de él pero la cuestión... es que lo hicieron. Me separé y mantuve mi sonrisa mirando a Tom que se había quedado perplejo ante la escena. Chris creo que también ya que tambaleándose se volvió a sentar en la silla.
-¿Ocurre algo? -pregunté yo con mi estupenda sonrisa y mirando al hombre que permanecia con la boca entreabierta.
-No... estabamos aquí conversando, ¿verdad Christopher? -hizo la sonrisa más falsa que he visto en mi vida. Detestaba la presencia de ese individuo.
-¡Ah! Qué bien... pues si nos les importa van a tener que dejar la conversación para depues por qué Chris y yo tenemos cosas de que hablar. ¡Oh! ¿No le importa verdad? -me hice la sarcástica poniendo una inocente sonrisa.
-No... claro que no - iba a celebrar mi victoria pero la mirada que hizo aquel hombre al recorrer mi cuerpo de arriba a bajo me desincomodó demasiado, tuve que controlarle.
Finalmente el tal Tom se deicidió por ir a la barra, se despidió recibiendo un nuevo ladrido de Max y una maldición entre dientes por mi parte. Miré a Chris, él no había dicho nada, seguía callado, en la misma posición. Rodé la silla y me senté frente a él... al fin.

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Amor Ciego
RomantikaAmor, ¿qué diablos es el amor? Más que cuatro letras juntas y que al pronunciarlas suenan bien seguro. Amor... la palabra más bonita que describe el sentimiento en el que más plena te sientes, en el que te sientes viva al notar que te quieren y quie...