Capítulo 16

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Algo se coló entre las brumas del sueño de la detective Beckett, despertándola. No quiso abrir los ojos, ni moverse ni nada, estaba todavía en ese estado en el que no eres totalmente consciente de tu cuerpo y no sabes dónde y cómo tienes colocados los brazos y las piernas, podrías tener uno de ellos retorcido que no te darías cuenta hasta un poco más tarde. La persiana estaba lo suficientemente bajada como para hacer que el sol no le diera en la cara, sino que se quedara en la parte baja de la espalda y las piernas, haciendo que Beckett pudiera notar las cosquillitas de los rayos de sol y su calor extendiéndose.

Una fina capa de sudor se pegaba a su cuerpo, funcionando como una segunda piel. Sin moverse todavía, la detective abrió un ojo, solo uno porque el otro lo tenía enterrado en la almohada, entre la maraña que era su pelo en esos momentos. Miró, extrañada, la almohada que estaba usando, solo que no era una almohada sino un cojín alargado. Suspiró, y por fin movió una mano para apartarse el pelo de la cara. Entonces fue consciente de algo que no encajaba...

El dolor de cabeza que tenía le mandaba señales muy claras de una inminente, si no ya bien instalada, resaca. La aridez de su garganta y la sensación de que su lengua era papel de lija también indicaban que se había pasado con el tequila en algún momento de la noche. Un vaso de agua reposaba en la mesilla, en su campo visual, y Beckett, resoplando, supuso que si bebía se le pasaría esa sensación de aridez. Extendió el brazo, para comprobar si era necesario moverse o no, pero vio que no llegaba pues ella estaba más bien por el centro de la cama. Sin embargo, se dio cuenta de algo más, algo extraño. Ella siempre dormía con una camiseta extra-grande rosa, pero no la llevaba puesta.

Frunció el ceño, extrañada. Pero al volver a notar esa segunda piel, esa capa de sudor adherida a su cuerpo, supuso que habría tenido tanto calor por la noche que decidió quitársela. Beckett se alzó sobre su codo, deslizando su cuerpo por la cama para llegar a la mesilla, pero entonces fue cuando ocurrió la cosa más rara de aquella mañana. Un brazo se movió por la espalda de la detective, acariciándola con su movimiento, y la agarró por la cintura para pegar ambos cuerpos. Beckett se quedó paralizada, sin saber qué hacer, simplemente dejándose acercar hasta que su espalda tocó el pecho de la otra persona. Rápidamente, y en medio de un ataque de pánico, rebuscó en sus recuerdos, intentando encontrar al hombre con el que había dormido, y esperaba que solo se hubieran dedicado a eso.

Recordó beber con Castle, luego apareció Sorenson y habían bailado provocadoramente, intentando poner celoso al escritor, quién había aparecido con una rubia y ella había tenido que separarles, además de que el surfero se lio con el camarero en sus narices. Luego Castle había bailado con ella y...

- ¡Oh dios mío! – exclamó Beckett, con el grito reverberando en su cabeza dolorosamente mientras salía corriendo de la cama.

Castle alzó la cabeza, despertándose bruscamente, asustado. Reaccionó ante un ataque y sus miradas se cruzaron: la detective de pie en un lado de la cama; el escritor pegado a la ventana, medio agazapado. Castle analizó rápidamente la habitación, y se irguió, dejando soltar una carcajada.

- Debo decir que encuentro esa imagen muy sexy, no sé por qué – dijo, señalando a la detective con la cabeza.

Beckett se dio cuenta de que estaba de pie delante de él, en lencería negra, después de haber dormido con el escritor. "¿¡En qué demonios estabas pensando?!" se reprendió. Furiosa, arrancó la sábana de la cama y se envolvió en ella a pesar del calor.

- ¡Te voy a matar! – gritó la detective.

- Ssshh, por favor, mi resaca está en pleno apogeo... - se quejó Castle, haciendo una mueca mientras se llevaba ambas manos a la cabeza.

- ¡Me da igual! – Beckett oía sus gritos rebotar, como si hicieran eco - ¿¡Cómo demonios se te ocurre dormir conmigo?!

- En primer lugar, fuiste tú la que me lo pediste – aclaró el escritor, señalándola acusadoramente con un dedo.

In Dubio Pro ReoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora