- A X L -
13 DE MAYO DEL 2006
Es cuando estoy por iniciar el décimo grado que me doy cuenta de cómo han cambiado paulatinamente las cosas en mi vida durante los últimos años. Una de las cosas más destacables es que la doctora Robin tuvo razón en cuanto a decir que integrarme en un equipo deportivo me ayudaría a ser más sociable. No ocurrió de la noche a la mañana, claro, pero sí ocurrió.
Pasé de ser un chico que tartamudeaba al hablar con cualquier persona que no conociera lo suficiente a uno más seguro de sí mismo y capaz de sostener una conversación de manera fluida e incluso divertida con los demás.
Me llevo bien con la mayoría de mis compañeros, hay varios de ellos a los que considero realmente mis amigos.
Lo que no cambia es el hecho de que Shay sigue siendo mi número uno. Aunque Matt, quien se unió a nuestra clase al inicio del séptimo grado, ha rápidamente ganado el puesto de mejor amigo hombre, debo admitir.
Algo más para destacar sobre estos cambios a mis casi catorce años de edad, es el hecho de que las chicas parecen haber superado todo ese odio hacia los chicos, incluyéndome. Un claro ejemplo es Bree, la compañera que algunas veces ha compartido el almuerzo con Shay y conmigo. Ella solía mirarme con asco, pero últimamente me mira diferente. Y me mira mucho. Parece que le gusto, papá me ha dicho que tal vez yo debería invitarla a salir. ¡Pff! ¡Qué tontería! No sé cómo es que él no se da cuenta de que, si tuviera que invitar a salir a alguien, esa sería Shay.
Sí, es correcto. De algún modo, sin darme cuenta, pasé del inocente plan A de amistad al plan M de mejores amigos y he terminado en el plan C de creo que estoy enamorado.
Pero si lo intentara, ella me diría que no, por supuesto. Le ha dicho que no a cada chico que se le ha acercado para invitarla a salir. Por un lado eso me hace feliz, claro, pero luego está el hecho de que yo no me atrevo a decirle que ella me gusta más que como una simple amiga porque temo recibir también el famoso no.
Y no quiero arruinar las cosas entre nosotros, no parece lo indicado. Llevo queriéndola desde que la conocí, pero soy incapaz de leer sus sentimientos hacia mí. Es cariñosa conmigo, a veces actuamos como si fuéramos novios, al menos es lo que dice Reese, su más reciente amiga íntima. Pero Shay siempre le responde que está loca, que ella y yo solo somos mejores amigos.
Auch.
He aterrizado directamente en la zona de amigos.
Siento que me sacuden por el hombro, así que, después de un rato, abro los ojos, bostezando, y me encuentro con el rostro ligeramente hinchado de dormir de Shay. Se supone que yo dormiría en la colchoneta, en el suelo, pero nos quedamos dormidos en mi cama los dos mientras veíamos una película anoche. Su mamá llamó para decir que tenía mucho trabajo y llegaría muy tarde, así que la mía le dijo que ella podía quedarse con nosotros. Esto es algo que sucede con frecuencia, a decir verdad.
Y la cosa que ha sucedido con frecuencia últimamente también, es lo que mantiene el rostro de Shay enrojecido. Ella está sentada contra la pared, con las rodillas pegadas a su pecho, mirándome.
—Esto es... raro —dice, señalando brevemente con la mirada mi parte baja, donde algo que mi papá llamó una vez "entusiasmo matutino" está presente.
Demonios, demonios, demonios.
Mis orejas se calientan, y seguramente se ponen muy rojas, mientras me levanto de un brinco de la cama y huyo al baño a deshacerme del estúpido entusiasmo matutino.
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Los planes de Axl Jones
Teen FictionTres años después de que la vida le arrebatara a su hermano mayor en un desafortunado accidente, Axl conoce a Shay. Con ocho años de edad, ella es pura chispa. Y es esa luz que ella irradia, más unas tiernas mejillas regordetas, lo que cautiv...