- S H A Y -
02 DE NOVIEMBRE DEL 2010
Un mes. Ha pasado exactamente un mes desde que tomé el consejo de Reese, fingí que ese chico me molestaba y logré besar nuevamente a Axl.
Y la cosa de los besos no ha parado desde entonces. Es demasiado loco. Yo debo recordarme que él cree que esto se trata de fingir, de ayudarnos mutuamente, pero no sirve de nada que yo sepa eso porque no puedo evitar derretirme cuando él me besa.
Estoy tan perdida que asusta.
Sé que es una mala idea, sé que las cosas terminarán como preví: con mi corazón roto y una amistad yéndose al caño, pero no puedo detenerme de besarlo y dejar que me bese cada vez que hay oportunidad. Es por eso que en este momento tengo mis manos detrás de su cuello, tirando con fuerza de él hacia mí mientras me besa contra la pared del pasillo que lleva a los baños del diner de Tina y Tony. Es mi cumpleaños y yo quería un buen beso de cumpleaños, así que hice la cosa patética de fingir que el chico que solo me preguntó la hora estaba coqueteando conmigo, por lo que usé mi ficha del plan B para obtener un beso.
Las manos de Axl vagan por mi cintura mientras su lengua y la mía se exploran con avidez en medio del caliente y húmedo beso que hace a mi corazón latir más a prisa. Dios, ¿solo voy a detenerme con esto hasta que sea inevitable? Todo indica que sí.
El beso termina con pequeñas succiones de la boca de Axl a la mía, que van volviéndose lentas, hasta que se detienen con una suave presión. Sus pulgares acarician los lados de mi cuello, mi corazón sigue latiendo muy deprisa y mi respiración no es normal del todo.
Él une su frente a la mía y por un momento nos quedamos de esa manera. Puedo ver la forma en la que su pecho sube y baja, igual que el mío, y me pregunto si realmente para él no significa nada el besarnos de esta manera.
Lo veo relamerse los labios y luego soltarme, alejándose un paso. Mira por el pasillo, que ahora está vacío, y luego sus ojos se dirigen a los míos.
—Se fue —indica.
Frunzo el ceño y estoy a punto de decir que de qué rayos habla, pero luego recuerdo todo y me evito la vergüenza. Paso mis manos por mi cabello, acomodándolo, y asiento.
—Gracias. Él solo... no sé, era raro.
Axl pellizca con dos dedos su inflamado labio inferior y afirma con la cabeza.
—Sí. No se veía como un buen tipo para ti.
Ni siquiera recuerdo cómo se veía.
—Deberíamos ir a pagar la cuenta e irnos de una vez, ¿no crees?
—Sí... sí, vamos.
Pone una mano en mi espalda y caminamos juntos hasta la caja, donde un sonriente Tony nos pregunta si disfrutamos la comida y la rebanada de pastel que me dieron de cortesía por mi cumpleaños.
Axl insiste en pagar, argumentando que la cumpleañera no debe poner dinero en su día, y yo lo dejo.
Al salir, lo distraigo para que no vea a la mesa donde el chico que dije que me coqueteaba se encuentra muy feliz con la que al parecer es su novia.
Sí, no necesito que él vea eso.
Me lleva a un centro comercial donde me hace dar vueltas por al menos dos horas. Y, a pesar de que sabe que no me gusta recibir regalos en mi cumpleaños, él compra para mí un precioso estuche lleno de lápices para dibujo al que no me puedo resistir.
***
09 DE NOVIEMBRE DEL 2010
Respiro hondo, tratando de no enloquecer mientras veo a Axl fuera de la cafetería hablando con la rubia Cindy Parker. Voy a ser honesta, esa chica no me agrada. Y no es por las cosas que dicen sobre ella, que son cosas bastante malas, si no me agrada es porque creo que le gusta Axl. Y sí, soy una idiota que está celosa a pesar de estar consciente de que no tengo derecho a reclamarle por nada.
Volteo a ver a Reese y hago una mueca, ella está sentada en las piernas de Jordan, el chico con el que ha estado saliendo últimamente. Están en medio de un beso intenso y descarado, puesto que estamos en la cafetería del campus. Si fuese un poco más mala les diría que se consigan una habitación, pero solo los ignoro.
Dios, mi amiga está loca. No puedo evitar preguntarme si realmente nunca sintió nada por Drew, porque hace apenas tres meses que dejó de verlo y, bueno, su relación era intensa. No creí que fuese verdad eso de que ambos estaban de acuerdo en que todo terminaría al final del verano, pero al menos para Reese parece que efectivamente todo ha terminado.
Si ella llega a durar más de dos meses con Jordan, haré una fiesta para celebrar que esa sería la relación más larga en su vida. Él me agrada, así que espero que duren.
Un par de minutos más tarde Axl llega. Me da un beso en la mejilla, pone su bandeja junto a la mía, sobre la mesa, y toma asiento. Murmura un saludo que es ignorado por la parejita que parece no poder despegar sus bocas.
—¿Ya vas a terminar de comer? —me pregunta—. Me retrasé un poco viniendo hacia aquí.
—Sí, me di cuenta de la clase de retraso —no puedo evitar decir.
Él ríe por lo bajo.
—Me viste hablando con Cindy.
—Bueno, no estoy ciega y —señalo hacia el punto fuera de la cafetería donde estaban parados antes— el cristal es transparente.
—Ella no te agrada, ¿no es así?
—No me agrada —admito.
—A pesar de lo que la gente aquí dice de ella, Cindy no es mala persona —asegura.
Debo admitir que me siento un poquitín molesta de que la defienda.
—La gente dice muchas cosas feas —comento, dándole un sorbo a mi jugo de manzana.
—Sí, y no sabemos si son verdad. Nosotros no juzgamos a las personas sin conocerlas, ¿recuerdas?
Hago un puchero con los labios. Sí lo recuerdo, pero no puedo evitar que Cindy me desagrade y esté predispuesta a pensar lo peor de ella solo porque tengo estúpidos celos.
Un chico muy alto y delgado, con nariz aguileña que le sostiene las gafas, pasa cerca de nuestra mesa y saluda a Axl, quien le responde con una sonrisa. Creo que, si no me equivoco, a este chico, Calvin según lo que dijo Axl, lo he visto en una de mis clases.
—Oh, Axl —dice Reese después de un buen rato—, ya estás aquí.
Axl me mira con una ceja enarcada, le sostengo la mirada y luego ambos nos reímos.
—¿Qué es lo gracioso? —Reese frunce el ceño.
—Bueno, Ree, creo que él lleva un buen rato aquí — murmura Jordan, aclarando la duda de mi amiga.
Es algo extraño que él sea de carácter tan templado y hasta cierto punto serio, porque siempre me pareció que Reese iba más por los chicos explosivos, igual que ella. Pero está bien, Jordan parece darle un equilibrio a su alocada vida.
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Los planes de Axl Jones
Teen FictionTres años después de que la vida le arrebatara a su hermano mayor en un desafortunado accidente, Axl conoce a Shay. Con ocho años de edad, ella es pura chispa. Y es esa luz que ella irradia, más unas tiernas mejillas regordetas, lo que cautiv...