Capítulo 19 - Los besos del plan B

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- A X L -

02 DE OCTUBRE DEL 2010

Después de todo, aquel día en que me atreví a besar a Shay no fue el fin del mundo. Ella no enloqueció, aunque sí estuvo aturdida cerca de dos días. Pero las cosas volvieron eventualmente a la normalidad, como si ese fuera otro beso que nunca hubiese ocurrido.

Joder.

Ha pasado una semana de eso. Hoy es sábado, estamos en T&T's, el diner que se ha vuelto nuestro favorito. El lugar no solo es genial por fuera y por dentro en cuanto a estructura, sino que además tiene las mejores malteadas y hamburguesas. Los dueños, Tony y Tina, atienden allí junto a su hija Tami y un par de empleados extra. Todos son geniales.

Así que, luego de que las Panteras de Westwood ganáramos el primer partido que jugamos, todos venimos hasta aquí para festejar. El diner está abarrotado de gente, porque incluso un buen número de aficionados vinieron también. Estoy junto a la barra, tomando una malteada de chocolate y platicando con David, él es un año mayor y es pitcher, al igual que Matt. Estamos hablando sobre las jugadas del partido y el hecho de que él quiere que vayamos todos a su casa a tener una fiesta luego de comer.

De reojo, capto a Shay en un rincón del lugar, está cruzada de brazos y parece enfadada mientras un chico está a su lado diciéndole algo.

—Um, Dave... —le interrumpo—. Escucha amigo, dame un minuto.

Comienzo a ir hacia Shay cuando me encuentro con Cindy. No sé por qué no me sorprendí demasiado al oír que ella era parte del equipo de animación de la universidad. No me parece alguien desagradable realmente, pero he escuchado cosas nada lindas sobre ella. Lamentablemente tiene una reputación bastante mala.

—Hola Axl —me dice, poniéndose en mi camino.

—Hola —respondo, mirando detrás de ella hacia donde está Shay—. Con permiso —murmuro, apartándola de mi camino antes de que ella comience a decir algo, y voy directo a mi objetivo.

Shay está resoplando y diciendo algo al chico cuando llego. Al verme, su expresión indica alivio.

—¿Ves? Te lo dije —le gruñe al tipo mientras me señala—. Es él.

—¿Soy quién? —pregunto, confundido.

—Mi novio —declara Shay, haciendo que mi corazón se salte un latido. Ella me da una mirada de complicidad—. ¿Cierto, cariño?

—Absolutamente —murmuro, con el pulso alocado y la emoción creciendo en mi pecho, mientras le frunzo el ceño al pelinegro. Él enarca una ceja y yo tomo a Shay de la cintura, pegándola a mí.

—¿Hay algún problema, Conejita? —ella voltea a verme y niega con una sonrisa algo incómoda—. Bien.

Y ahora es el «bien» que realmente está bien. Le sujeto la barbilla con una mano y la levanto con gentileza para alcanzar sus labios.

Y estoy besándola de nuevo, en un lugar lleno de gente, sin importarme las razones. Ella separa sus labios, permitiéndome explorar su boca con avidez. Sus dientes tiran de mi labio inferior y luego lo delinea con su lengua tibia, haciéndome estremecer. Besa mi mandíbula y da un pequeño mordisco, y yo solo quiero ir a casa con ella en este momento y...

Diablos, es tan caliente.

Cuando nos separamos, ella mira directo al chico que la estaba molestando, solo que él ya no está allí. Sonríe con sus labios inflamados y yo solo quiero tenerlos contra los míos de nuevo.

Parpadeo, tratando de recuperar mi respiración, y ella me mira.

—Él era completamente insoportable —dice, subiéndose al taburete que está a unos pasos, pegado a la pared—. Gracias por dejarme usarte también.

Los planes de Axl JonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora