- S H A Y -
30 DE ABRIL DEL 2010
Han pasado casi dos meses desde la última vez que tuve noticias de Melvin Cook. O Melvin "Cabeza de Polla", como a Reese le gusta llamarlo.
No voy a mentir diciendo que no me dolió ni un poco lo que él hizo, porque sí dolió, pero tampoco es que haya tenido pensamientos suicidas o que mi corazón esté sangrando por la decepción.
Lo verdaderamente decepcionante es que decidí experimentar con él, dar el siguiente paso, aventurarme y satisfacer mi curiosidad. Y sí, resultó un fraude. No sé qué esperaba yo de mi primera relación sexual con exactitud, pero sé que no era lo que obtuve: a un tipo calentón y descuidado que me dio menos de diez minutos de frustración e incomodidad. Si de una cosa estuve segura al termino de nuestro encuentro, es de que no quería repetirlo. Si la relación continuaba por un poco más de tiempo, definitivamente no habría una segunda vez.
Pero no continuó. Él ni siquiera me dio la cara, hizo la guarrada de fingir que la tierra se lo tragó y no responder ni siquiera mis mensajes. Vaya mierda. Tuve mi primer romance adolescente y experiencia sexual con un tipo que es una basura, pero lo que realmente me mantuvo deprimida durante las semanas pasadas fue el hecho de que me sentía muy estúpida por las decisiones que tomé, porque no elegí al chico correcto. Todavía creo que fui muy idiota, pero me disculpo diciéndome que soy una simple humana y los errores son parte de la vida. Sencillamente estoy aceptando las consecuencias de mis actos.
Frunzo el ceño hacia Axl, quien está mordiéndose los labios para no reír y delatarse. Estamos jugando Scrabble en la mesita baja de la sala de mi casa.
—Pezmo no es una palabra, Axl —le recuerdo.
—Sí es.
Entrecierro mis ojos hacia él.
—Estás haciendo trampa.
—No, no, sí existe. Solo porque nunca la has escuchado no significa que sea inventada.
—¿Sí? Entonces, anda, dime qué significa.
—Bueno... —se lleva una mano a la nuca y yo resoplo.
—¡Tramposo!
Alegamos un rato, pero al final él sabe que está mintiendo y su consciencia lo hace confesar. Últimamente hemos pasado más tiempo del usual juntos. O sea, siempre hemos estado juntos, pero mientras estuve saliendo con Melvin tuvimos un distanciamiento porque a él no le agradaba. Dios, fui una ciega. Por fortuna eso ha pasado y Axl ha estado más presente que nunca en mi vida. Es mi ancla en la tempestad, él siempre lo ha sido.
Cuando terminamos de jugar, él dice que salgamos a dar un paseo, así que me cambio la blusa y luego encuentro mis llaves para irnos.
El clima es agradable mientras caminamos por el parque.
—Papá dijo que irán a ver el apartamento la próxima semana —me dice—. Pero si está como en las fotos de la página web, entonces creo que no tendrán ninguna objeción.
—Me gustó lo que vimos en las fotos —admito—. Creo que será un buen lugar para vivir, compañero de habitación.
Le doy unos leves codazos y él ríe.
—Es emocionante. Ya quiero que nos mudemos.
—Yo estoy disfrutando de los días que nos restan aquí, creo que voy a extrañar todo. Pero es genial el hecho de que los voy a tener a Reese, Matt y a ti conmigo.
—¿Ya está segura Reese de la residencia para estudiantes en la que vivirá? —me pregunta.
—Sí, creo que es la misma de la que habló Matt. Su papá no quiso dejarla vivir con nosotros. Oye, no es como si fuéramos a descarriarla, en todo caso ella sería la que nos descarriaría a nosotros.
—Punto —ríe—. Habría sido loco si los cuatro viviéramos juntos, ¿no crees?
—Sí, pero también divertido. ¿Te dijo Matthew por qué él prefirió irse a una residencia en lugar de rentar un piso con nosotros?
Axl duda por un momento y se encoge de hombros con un gesto mientras continuamos avanzando por el sendero.
—Me parece que es algo relacionado a que puede conocer a muchas chicas allí, no sé...
—Debí suponerlo —rio, pero solo un instante después dejo de hacerlo y me detengo, porque algo ha entrado a mi ojo con la brisa y me está lastimando.
—¿Qué pasa?
Parpadeo, tratando de hacer lagrimar a mi ojo para que se lubrique y salga la basurita, pero no funciona.
—Algo entró en mi ojo —me quejo.
Axl se ubica frente a mí y me pide que mire hacia arriba, entonces tira con suavidad de mi párpado y sopla en mi ojo para ayudarme. Toma un par de minutos antes de que finalmente lo que sea que me molestaba deje de hacerlo.
—¿Ya está? —me pregunta, mirándome a los ojos y sosteniendo mi rostro con ambas manos.
Asiento, pero él no se retira.
Y aquí voy de nuevo. Aquí estoy yo, la que dijo que Axl era solo su mejor amigo, pero que desde hace unas pocas semanas ha comenzado a tener estos lapsus en los que el corazón se le acelera cuando lo tiene tan cerca. Y no solo es eso, también siento mi garganta seca y me pongo algo nerviosa. Caray, nunca había estado nerviosa con él. Todo se está poniendo tan raro, creo que mi subconsciente ha malinterpretado todas las atenciones que últimamente Axl me ha brindado. Él siempre me ha cuidado y procurado, pero recientemente... no sé. Mi cabeza loca ve sus gestos de forma diferente.
Ay joder, solo me falta añadir a mi currículo de malas experiencias adolescentes el terminar enamorada de mi mejor amigo. Estoy jodida, muy jodida.
***
13 DE MAYO DEL 2010
Una alarma que no es la mía está sonando con insistencia, bufo y me quejo, pero me cuesta trabajo terminar de despertar. Cuando finalmente abro los ojos, recuerdo que no estoy en mi casa. Estoy en la de los Jones.
Y el brazo que está rodeándome la cintura es el de Axl, porque ayer estuvimos haciendo tarea hasta muy tarde y nos quedamos dormidos. La evidencia se encuentra en los libros y cuadernos que están desperdigados en el suelo.
Estiro la mano hasta alcanzar su celular y desactivo la alarma. Debemos alistarnos para ir a clases.
Llevo mi mano a la suya, que está en mi abdomen, para retirarla y entonces levantarme, pero en lugar de eso yo solo dejo mi mano ahí, sobre la suya, y contengo la respiración.
Dios, no. De verdad estoy muy jodida.
Retiro con cuidado su mano y me siento en la cama, desperezándome. Axl está bocabajo y sigue profundamente dormido. El hecho de que me detenga un momento a dar un vistazo a la curva de su trasero que se aprecia bajo los pants que lleva puestos me hace sentir una pervertida.
Yo debo estar perdiendo la cordura.
O tal vez ya la perdí.
Estoy cayendo por mi mejor amigo, quien no está haciendo nada más que ser el mismo de siempre conmigo, y no puedo encontrar manera de detenerme. Cada vez es peor, mil veces más difícil que tratar de evitar quedar empapado por la lluvia usando solamente las manos como paraguas.
Asusta mucho.
¿Cómo puede alguien simplemente despertar un día y empezar a caer rápidamente por una persona que ha estado a su lado prácticamente toda la vida? Esto es de locos.
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Los planes de Axl Jones
Teen FictionTres años después de que la vida le arrebatara a su hermano mayor en un desafortunado accidente, Axl conoce a Shay. Con ocho años de edad, ella es pura chispa. Y es esa luz que ella irradia, más unas tiernas mejillas regordetas, lo que cautiv...