Cristina seguía a su hermana hacia la casa grande. Desde antes que ella naciera su madre, Elena trabajaba como cocinera para una familia de la región. Su madre, su hermana Deborah y ella, llevaban viviendo once años en una casita que hacia parte de la propiedad, pero que se encontraba lo suficientemente alejada como para que ella no tuvieran que ir a ver a su madre, con excepción de ese día. Ambas niñas habían llegado a eso de las 1:30 PM de la escuela, famélicas. Buscaron por toda la casa el almuerzo que su madre siempre solía dejarles listo, sin encontrar nada. Así fue como se encontraron en esa situación.
-Deborah- Cristina golpeo suavemente el hombro de su hermana- Mamá se va a enojar, tu sabes que no le gusta que vayamos a la casa grande.
-Cristina, tengo hambre- Deborah le respondió- y estoy segura que tú también, solo entraremos en la cocina y sacaremos la bolsa con comida que siempre nos lleva mamá, y ya.
-Está bien- Cristina tenía mucho miedo. No quería que su mamá se enojara y como casi siempre discutiría con Deborah. Ambas hermanas se querían mucho y se protegían la una a la otra.
Entraron sigilosamente por la puerta trasera de la casa que sabían era la de la cocina.
-Deborah- Cristina llamo a su hermana-Nos van a descubrir.
-Shh, si sigues hablando si nos van a descubrir-
Buscaron en el cuarto adyacente a la cocina, donde sabían que su madre solía guardar sus cosas sin encontrar nada. Por ultimo pasaron por la cocina y vieron a un chico sentado en uno de los taburetes de la isla de la cocina. Cristina palideció de inmediato y empezó a jalar a su hermana de la blusa, en cambio Deborah se envalentono, dirigiéndose al chico.
-¡Hola!- Le dijo Deborah mirándolo de arriba abajo- ¿Quién eres tú?
-Alejandro- Respondió el chico mientras se levantaba del taburete, mirándolas a ambas- ¿y ustedes quiénes son?
Una voz con una mezcla entre enojada y asustada corto la explicación de Deborah.
-Deborah, Cristina- Elena se sorprendió al verlas ahí- Saben perfectamente que no me gusta que venga a la casa grande.
-¡Pero mamá!- Protesto Deborah- Tenemos hambre y no nos llevaste nada para comer.
-La señora Amanda me necesitaba- Le respondió Elena a su hija, sintiéndose culpable- Lo siento niñas, ya les sirvo para que puedan irse a casa.
Alejandro no había pronunciado palabra alguna desde que se presentó. Se dedicó a mirar a las hijas de la señora Cristina, no se parecían mucho en realidad. La que más hablaba según había escuchado se llamaba Deborah, era muy vivaz. Mientras que la otra parecía muy tímida pero era igualmente bonita.
-Y porque no se quedan a comer aquí- Alejandro había hablado por instinto.
-No creo que le guste a sus padres, joven Alejandro- Elena se apresuró a decir.
-Por favor, mamá- Le pidió Deborah.
-Si mamá- Hablo por fin Cristina.
Al verse enfrentada a su dos hijas y al hijo de su patrones, Elena se tuvo que rendir.
-Está bien- Respondió Elena. Se acercó a sus dos hijas y las abrazo. Ellas eran lo más preciado que tenía. Las cuidarían siempre- En el momento que terminar, se van para la casa.
Elena sirvió los dos platos y vio como sus hijas comían todo sin dejar una migaja. Ambas niñas se levantaron de los taburetes satisfechas. Empezaron a recoger sus platos, como su madre siempre les había enseñado. Alejandro las miraba embelesado, a sus catorce años nunca le había gustado una chica tanto como ellas.
-Listo-Dijo Cristina- Vámonos.
Deborah y Cristina iban a salir de la cocina de la casa cuando Alejandro les hablo.
-¿Las puedo acompañar?-
----
Lo sé, lo sé. El capítulo fue demasiado corto, pero solo es un abrebocas para que conozcan lo que va a suceder en Traición.
Hasta el momento quien creen que le gusta mas a Alejandro, ¿Deborah o Cristina?
ESTÁS LEYENDO
Dolor,traición y venganza
Short Story"No te importo causarme la tristeza más grande que algún día pude sentir" -Dolor "La única persona en la que creí que podía confiar ciegamente, fue la que me apuñalo por la espalda" ...