Capítulo 17

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Una terrible jaqueca y un amargo sabor a tequila fue lo único que sintió Alejandro al despertarse. Debía de ser algo tarde porque el sol ya casi se estaba poniendo. Estaba en su habitación del hotel pero sentía algo extraño. Se dio cuenta que estaba totalmente desnudo bajo las sabanas que lo cubrían y podía escuchar el ruido del agua de la ducha, unos minutos después una figura femenina se acercó cubierta por una toalla.

-Que tal te sientes, amor- La voz empalagosa de Deborah lleno los oídos de Alejandro. Aquello debía ser una pesadilla, no podía ser cierto. El y Deborah, no quería no pensarlo.

-¿Qué hemos hecho, Deborah?- Le grito ferozmente mientras saltaba de la cama y tomaba su ropa para vestirse- ¿Dime, por el amor de Dios? ¿No te quedas así, tan tranquila?

-Hemos hecho lo que tú y yo queríamos desde hace mucho tiempo- Contesto descaradamente- Hemos hecho el amor toda la noche, y de una forma muy apasionada.

-No Dios mío- Alejandro se sentía muy dolido, él amaba a Cristina con todo su corazón y lo último que quería era lastimarla. No podía casarse con ella, tenía que contarle lo que había pasado en esa habitación de hotel con Deborah- No entiendes que esa era mi despedida de soltero, me caso mañana temprano.

-Pues creo que ya no te casas, cariño- Deborah lo dijo tranquilamente mientras se acurrucaba en la cama-Cabe recordarte que en nuestro impulso de pasión olvidamos usar protección, así que puede que haya quedado embarazada- Comento con cinismo- Creo que deberías llamar a tu prometida para decirle que la boda se cancela.

-No- Alejandro tomo su maleta y se acercó a la puerta- No voy a hacer eso. Es imposible que con una sola noche hayas quedado embarazada y no voy a acabar con mi felicidad por un error de una noche. Me merezco ser feliz y tú hermana también.

-¿Qué has dicho?- Deborah salto de la cama para seguirlo.

-Me caso mañana con Cristina, pase lo que pase.

Deborah lo vio partir mientras recordaba la carta que su hermana le había enviado. Cuando llego al apartamento de Bruno la busco desesperadamente. Con rabia abrió el sobre encontrándose con lo que más temía, una invitación al matrimonio de Alejandro Álvarez y Cristina Adamo. Con profunda ira la rompió en miles de pesados, gritando como loca que nunca los dejaría ser felices.

En todo el vuelo Alejandro solo pudo pensar en Cristina. Su Cristina, que tenía un corazón tan puro y bondadoso, pero que no perdonaría una traición semejante por parte de las personas que más amaba. No sabía qué hacer, si decir la verdad o callar e intentar olvidar lo ocurrido.

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-No va a tardar en llegar, tranquilízate Cristina- Elena intentaba calmar a su hija- Porque no te podes el vestido, la ceremonia ya casi comienza.

-Mamá, no me voy a poner nada hasta saber que Alejandro está bien- Cristina se movía por todo la habitación preocupada por su prometido.

-Cristina- Después de muchas horas de vuelo, Alejandro había podido llegar a la hacienda.

- Ale, mi amor estas bien- Cristina lo abrazo, comenzando a llorar- Creía que te había pasado algo malo, nunca me vuelvas a asustar así.

Ese era el momento, Alejandro debía decir lo ocurrido, pero no pudo. Cristina estaba con casi lista para la boda, solo le faltaba su vestido. En ese momento Alejandro decidió callar, y cargar el solo con la culpa de lo ocurrido. Ya sea por miedo o egoísmo, pero no quería perder a Cristina.

-Recuerda que en esta y en todas las vidas que sigan te amare- Alejandro la abrazó y le dio un beso en la frente- Te estaré esperando en el altar.

La boda tuvo lugar en el jardín de la hacienda, los invitados se levantaron al oír la marcha nupcial. La hermosa novia camino por un pasillo hecho de arreglos florales, a su lado Elena intentaba contener las lágrimas para darse fuerza, iba a entregar a su hija al hombre que la haría feliz. Las miradas de los novios se cruzaron, diciéndose promesas silenciosas que pronto cumplieran. Dijeron sus votos matrimoniales envuelto en una alegría indescriptible que ni los más oscuros momentos podían opacar.

-...Yo los declaro, marido y mujer- Hablo el padre- Pues besar a la novia.

Sellaron su amor con un beso, que no solo fue el contacto de sus labios sino también de sus almas.

En banquete y la celebración por la boda duro toda la tarde y parte de la noche. Los novios después de compartir su primer baile, juntos, cortar la tarta y compartir muchas fotos con sus invitados decidieron retirarse a su habitación. En aquella habitación, en la que entraba la luz de la luna compartirían su último momento del día, el momento en el que se entregarían en cuerpo y alma el uno al otro, en el éxtasis de una noche de amor verdadero y mutuo.

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El amor envolvió el matrimonio de Alejandro y Cristina, eran tan felices que pensaban que no habría nada mejor que estar juntos, pero poco tiempo después descubrieron que todo estaba por cambiar, muy pronto no serían dos, sino tres. Pronto serian la familia perfecta. Cristina estaba embarazada. Y en otro lugar, su hermana Deborah también estaba embarazada.

Nueve meses después, en un hospital de las Vegas. Deborah dio a luz a una bebita, en todos aquellos meses le había asegurado a Bruno que la niña era hija suya, pero a veces parecía no estar tan segura. Desde el momento que nació, Deborah se reusó a verla o a amantarla. Bruno, orgulloso por ser padre de nuevo, llevo a su pequeño hijo Diego a los cuneros.

-Mira hijo, ella es tu hermanita- Diego miro por el Cristal una pequeña mantita rosada que se movía dentro de una cuna- Tu eres su hermana mayor, así que debes protegerla. ¿Cómo la llamaremos?- Le pregunto a su hijo.

-Ivvy- Dijo feliz Diego

-Qué te parece Ivonne, pero de cariño le podemos decir Ivvy- Bruno abrazo a su pequeño hijo mientras veía a su pequeña en la cuna. Ivonne Baldwin Adamo.

Solo unos días después, la hacienda se llenaba se regocijo por el nacimiento de la bebita de Cristina y Alejandro. Después de un largo trabajo de parto, que la había dejado agotada, Cristina podía cargar a su pequeña bebita. A su lado Alejandro miraba embelesado a su pequeña hija y frente a ellos las orgullosas abuelas pensaban en los posibles nombres para su nieta.

-Gala- Dijo Amanda- Siempre me ha gustado ese nombre.

-Gabriela- Opino Elena- ¿Qué les parece?

-Lo siento mamá- Alejandro dijo- y tú también, Elena. Sé que han estado muy ilusionadas con el nombre de nuestra primera hija, pero para no crear una discusión nosotros elegiremos su nombre.

-¿Primera hija, ehh?- Cristina miro a su esposo con complicidad- ¿Acaso quieres más?

-Contigo, quiero todos los hijos que me puedas dar- Alejandro abrazo a sus dos amores- Que te parece Lucía...

Cristina sonrió a su esposo satisfecha con el nombre de su bebe. Lucía Álvarez Adamo.

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Bueno, cumpli con el cometido de hacer una maratón, espero que les haya gustado y no olviden comentar y votar.

Con respecto al grupo, les informo que voy a crear una cuenta de Facebook bajo mi pseudónimo y desde ahí creare el grupo. Así voy a poder compartirles información sobre mis historias.

Gracias infinitas...


Dolor,traición y venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora