Los días que siguieron después de la noticia del inminente matrimonio de Alejandro y Cristina, fueron de gran alegría para sus respectivos padres y para los trabajadores de la hacienda. Amanda y Elena decidieron encargarse personalmente de los preparativos para la ceremonia y el banquete. Alejandro quería que Elena entregara en el altar a Cristina, ya que eran la única familia que ambas conocían. Cristina intentaba ayudarles a su madre y a su futura suegra en los preparativos de la boda, pero lo único que le importaba era tener una boda sencilla junto a sus familiares. Y para que ese sueño que cumpliera completamente debía tener a su hermana a su lado.
Los preparativos duraron dos largas semanas, en las cuales la hacienda estaba llena de vida y color por los arreglos florales que no cesaban de llegar, además de los regalos que los invitados habían enviado con anticipación. En aquellos días también llegaron las tan esperadas invitaciones, Cristina tomo una de ellas para enviársela a Deborah, no sin antes escribirle una carta para enviársela junto con la invitación.
"Deborah, sé que por muchos años sentiste que te quiere arrebatar el cariño de nuestra madre, pero esa nunca fue mi intención. Eres mi hermana, sangre de mi sangre y aunque no lo fueras, aun así te seguiría queriendo con todo el corazón, porque nadie me quita todos los hermosos recuerdos que tengo de nuestra infancia. Quisiera que todo volviera a ser como en aquello época en la que no existía envidia alguna entre ambas. Por esa razón quiero hacerte participe de mi felicidad, sé que hubo un tiempo en el que ambas estuvimos encaprichadas con Alejandro, pero ahora soy consciente que lo que sentimos Alejandro y yo, es verdadero. Quiero de todo corazón que estés conmigo el día de mi boda, no rechacen mi invitación, te lo pido.
Con cariño, Cristina"
Cristina anhelaba con sinceridad que su hermana estuviera ahí para ella. Que con los años transcurridos hubiera dejado atrás el odio y el rencor con el que había partido de su casa.
-Cariño, vamos a la habitación la modista ya está aquí- Elena llamo a su hija sacándola de su ensimismamiento.
-Ya voy, mamá- Cristina subió las escaleras de la casa grande de la hacienda para entrar en la habitación de huéspedes, en la cual se estaba quedando.
-No puedo creer que te hayas enamorado de aquel viejo vestido pudiendo elegir uno nuevo, Cristina- Su suegra quería que se viera bellísima en la boda.
-Pero Señora Amanda, el vestido es perfecto. Solo necesitaba unos pequeños ajustados- El vestido del cual hablaban, era un viejo vestido que Cristina había encontrado en el ático de la hacienda. Al parecer había sido de la abuela de Alejandro, y desde el primer momento en el que Cristina lo había visto, había quedado prendada de él.
La modista dejo sobre la cama la caja en la cual estaba guardado el vestido, como si se tratara de uno nuevo y de un gran diseñador. Cristina abrió la caja con gran emoción mientras su madre y su futura suegra tomaban unos pañuelos de papel para secar sus lágrimas. Cristina pudo ver con su vista nublada la sencillez y el romanticismo del vestido. El encaje era la composición primordial del vestido que cubría la falda, el torso y las mangas de él. Tenía un pequeño escote corazón y era levemente acampanado en su falda. Sencillamente era hermoso.
-Siempre he querido casarme en un vestido comoeste- Cristina se acercó a su madre y la abrazo- Es perfecto- Dijo mirando aAmanda- Gracias por ayudarme a cumplir este sueño.
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Dolor,traición y venganza
Historia Corta"No te importo causarme la tristeza más grande que algún día pude sentir" -Dolor "La única persona en la que creí que podía confiar ciegamente, fue la que me apuñalo por la espalda" ...