Capítulo 21

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Dos años después la hacienda era más prospera que años atrás, Alejandro se había dedicado a la producción de las uvas de los viñedos que estaban en sus terrenos. Cristina le ayudaba a administrar la hacienda mientras cuidaban de Lucía, que ya estaba en su primer año de colegio.

-No creo que sea buena idea- Cristina le dijo con preocupación a Alejandro. Ese año Alejandro había decidido dedicarse a la crianza de caballos pura sangre, pero primero debían entrenarlos ellos mismos- Alguien puede salir lastimado.

-No pasara nada cariño, mejor ven con Lucía a las cercas cuando llegue del colegio- Alejandro le dio un beso en la frente a su esposa- Te amo, en esta vida y en muchas más. Todo saldrá bien.

Hace solo unos meses habían celebrado el sexto cumpleaños de Lucía y la casa había estado llena de todos sus amiguitos del colegio. Había sido un momento muy feliz para todos. Alejandro había tomado una decisión, confesarle su traición a Cristina, solo así limpiaría su consciencia y su corazón de la culpa. Además, sus abogados estaban listos para hacer las pruebas de paternidad y con los resultados obtener la custodia de Ivonne. Alejandro solo quería tener unos últimos instantes de tranquilidad con su amada familia antes que todo se supiera.

Al medio día, Lucía esperaba exultante la aparición de su madre en la puerta del colegio. Lucía, como era ya su costumbre de todos los días quería ayudar a su padre a ensillar su caballo. Ese día Cristina estaba algo despistada, por lo que llego tarde a la puerta del colegio.

-¡Mami, porque tardaste tanto!- Le recrimino Lucía mientras subió a la camioneta de su madre-Papá ya debe estar en los establos- Dijo con un mohín.

-Hola mamá, ¿Cómo estás?- Ironizo Cristina- Yo muy bien Lucía y tu...

-¡Vamos, mamá, por favor!- Lucía quería llegar inmediatamente a la hacienda.

-Te vas a tener que cambiarte el uniforme antes de ir con tu padre, cariño- Cristina acaricio el cabello de su hija.

Cristina estaciono la camioneta frente a la casa grande. Lucía corrió escaleras arriba para cambiarse de ropa. Elena abrió la puerta feliz de recibir a su nieta.

-Hola, Lucí- Le dijo Elena con cariño a su nieta dándole un abrazo.

-Hola, Abu- Lucía abrazó un instante a su abuela, zafándose un segundo después y corriendo a su habitación.

Elena quedo estupefacta mirando a Lucía correr escaleras arriba. La niña había dejado su mochila tirada en el recibidor. Elena recogió la mochila, saludando a su hija que acababa de entrar.

-Hola, hija- Elena besó la mejilla de su hija saludándola- ¿Qué le pasa a ese pequeño terremoto?

-Me tardé en llegar al colegio por lo que ahora no va a poder estar con su padre antes de la llegada de los caballos- Cristina estaba intranquila, tenía una terrible sensación de desasosiego.

-¡Mamá, ya estoy lista!- Lucía volvió junto a su madre, tomando su mano la llevo a los establos. Elena las seguía a cierta distancia.

Cristina miro fijamente los establos, tantos momentos, tantos recuerdos vividos en aquel lugar. En aquella hacienda. Todo pasó con tanta rapidez que parecía una pesadilla. Uno de los trabajadores llego corriendo junto a Cristina desesperado

-¡Doña Cristina, el señor, el señor se cayó!-

Cristina no supo cómo llego a las cercas donde solían entrenar a los caballos, en medio de los trabajadores estaba su marido, en el suelo inconsciente. En medio de la confusión ordeno a los trabajadores que llevaran a su esposo a su camioneta, de fondo podía oír como su madre intentaba consolar a su hija, que lloraba desconsolada.

Cristina no quiso alejarse del lado de su esposo. Todo lo que captaba eran solo algunas frases de los doctores. Las caras de lástima que producía ella estando al lado de su marido. Alejandro estaba siendo monitoreado, de su cuerpo salían cientos de cables que inquietaba a Cristina.

-Buenas tardes Señora, soy el doctor Ferreira, estoy al tanto del accidente que sufrió su marido. Debo informarle que su caída fue muy grave y comprometió su sistema nervioso, además de las contusiones que sufrió en su cabeza. Este día y noche son críticos para él, debo hablarle con la verdad. Su marido está muy delicado, en la mejor situación su marido quedaría cuadripléjico o en estado vegetal. En la peor- El medico guardo silencio. Aquel silencio lo dijo todo.

Cristina tomo la mano de Alejandro con cariño, amor y desesperación. Quería aferrarlo a la vida de cualquier manera. Cristina lloraba en silencio mientras acariciaba el rostro de su amado esposo, su compañero, su primer y único amor. El destino los había unido después de mucho sufrimiento, ahora no los podía separar.

Eran poco menos de las 2:00 AM cuando Cristina sintió un leve tirón en su mano. Alejandro abrió los ojos levemente intentando enfocar a su esposa.

-Mi amor, despertaste- Cristina tomo la mano de Alejandro besándola.

-Te- Alejandro miro fijamente a Cristina. No podía hablar, no sabía cómo transmitirle su amor a su esposa por última vez- Amo, mi vida. Las amo tanto.

Alejandro miro por una última vez a su amada. La única mujer que había amado y a la que siempre amaría, en la vida que fuera. Su amor nunca moriría, ni en su corazón ni en el corazón de Cristina. Sus ojos se nublaron con lágrimas cerrando sus ojos. Por última vez.

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He regresado. Ahora soy consciente que es un capítulo corto y triste, muchas/os me querrán matar por lo que le hice a Alejandro, pero recuerden que todos mis personajes son transitorios. Los unicos que serán en realidad son los de "Venganza"

Gracias por leer la historia, comentarla y si les gusta darle una estrellita.

Dolor,traición y venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora