¿Adivinen qué hice?
Sip, le cerré la puerta en la cara.
Sé que es de mala educación pero estaba muy feliz como para que solo llegara a amargarme.
Tomé mi teléfono y llamé a Ji, no contestaba.
Hasta que escuché una voces del otro lado de la puerta.
-¿Qué haces aquí?
-¿Tengo que darte explicaciones?
-Vete antes de que te golpeé.
M-I-E-R-D-A
Era Ji...
-No creo que a Si yeong le agrade eso.
-¿Qué? ¿Que te rompa la cara?
-Que golpees al amor de su vida.
-Vete a la mierda.
Y escuché un golpe.
Salí casi pálida.
-¡Alto ahí! -grité-.
Ji tenía agarrado del cuello de la camisa a Jason.
Y el que había recibido el golpe, fue Jason...
¡Punto para mi Ji!
Pero ya no, basta, lo iba a matar, así que jalé su pijama y lo metí.
Y ahorita me vengo a dar cuenta.
Trae una pijama.
¡Por Dios!
¡Qué hermoso!
Contrólense hormonas...
-¿Qué hacía el aquí? -preguntó, sus ojos soltaban fuego-.
-¿Quién te permitió golpearlo? -observé el collar que traía puesto-.
-¿Lo vas a defender? -sus ojos me querían matar-.
-Controla tus celos cariños, no me gusta que ensucies tus manos -dije mientras lo abrazaba por el cuello... me encanta su estatura-.
Rodeó mi cintura con sus brazos y pegó su frente con la mía.
-Te quiero tanto que te quiero a mi lado.
-Eres muy celoso -besé sus labios-.
Bajé mis besos por su cuello y gruñó.
-Cuido lo que es mío, y hoy no te vas a librar de mí.
Y claro que no lo hice...
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Dormí como bebé.
Me cansé gracias a todo lo que me hizo Ji.
Cuando llegó a la cama, sacó un montón de sobrecitos de sus bolsillos.
Eran condones.
Por Dios.
Y eso que no nos alcanzaron, los últimos 3 se tuvo que correr en mi estómago.
El bote de basura estaba lleno de sobres y condones usados.
Me dolía T-O-D-O.
No me quería ni levantar.
Tenía mucho sueño, creo que dijo que ya se iba.
No sé, pero algo me hizo levantarme.
Cólicos en el vientre.
¡MIERDA!
¡NO TRAJE NADA!
Y dudaban... ¬u¬
Jajaja, que mamada escribí, pinches condones, me tienen en trauma.
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ERES MÍA (G-DRAGON)
Fanfic¡porquería de trabajo!, odio a ese tipo desde la primera vez que lo ví, es un mal educado... ¡pero que...!
