Parte: 25 (Maratón 2/3)

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Capítulo 25

-¿Quisieras dejar de seguirme? – dije irritada
-No Sunny, necesitamos hablar
-Pues yo no tengo nada que hablar contigo – respondí molesta.
-Necesito que escuches lo que tengo que decirte – dijo tomándome del brazo.
- No Louis. Ya tuviste varias oportunidades – me solté de su agarre – Puede que la Sunny de antes se hubiese arrodillado para que le hables, pero esa dejó de existir.
Caminé hasta mi dormitorio e intenté cerrar la puerta detrás de mi poniendo su pie de traba.
-No – dijo entrando a mi habitación luego de haberme hecho a un lado.
-¡Sal de mi habitación! – Grité furiosa - ¡Dije que no! – respondió él y cerró la puerta con seguro.
Traté de calmarme por mí y por pelota, esto no era bueno en mi estado. Nos quedamos en silencio lo que se me hizo una eternidad, él me miraba de una forma diferente, no de la forma en la que me miraba antes. Sus desesperados ojos gritaban para tratar de decir algo.
Pero yo quería sin querer ver ni saber nada.
-Por favor, vete
-Sunny escúchame, sé que ahora soy la persona con quien menos quieres estar, déjame decirte lo que tengo que decir y... si quieres después... puedes, no sé, mandarme a la mierda pero ya no aguanto esto.
-Louis yo...
-Me gustas – soltó de golpe
¿Qué dijo qué?
-¿Ah?
-Si, yo... no paro de pensar en ti y siempre me estoy preguntando si estarás bien, si pelota estará bien, si me sigues odiando, si piensas en mi de la misma forma de que yo – dijo desesperado mirándome a los ojos – siempre pienso en tus ojos marrones, en la forma de tu sonrisa, en tus rojizas mejillas cuando te digo algo lindo, la forma en que te sientas en el mueble y hablas con pelota, yo...
-Louis...
-Creo que yo siento más, creo que te amo Sunshine
Y eso fue todo, lo dijo, lo que siempre soñé el me lo estaba diciendo aquí. Ahora. Y yo no podía creerlo.
-No puedo creer lo que dices – susurré.
-Pues créelo – dijo acercándose a mí, tocando ligeramente mi mejilla.
-Sé que he sido un cabrón de mierda, sé que me quieres matar y no dejarás que me acerque a pelota, lo sé, lo merezco. Merezco ese odio, pero...
-¿Pero? – dije perdida en sus ojos.
-Yo...- se acercó a milímetros de mis labios – no dejaré que me apartes de ti y tampoco de él- tocó mi vientre por debajo de mi blusa, lo acarició lentamente. Mis piernas flaquearon y me tomó del otro lado de la cintura; empezó a hacer círculos con su dedo grueso en ambos lados. Sus labios bajaron a mi cuello entre el mentón y mi clavícula, estaba perdida en sus caricias – Los necesito Sunny...
Me besó, me afirmó a su cintura con un brazo apretándome con un brazo. Por un momento olvidé todo, me olvidé del pasad, de Brooke y del escándalo hasta que entré en razón. No podía suceder eso. Intenté moverlo un poco logrando a penas moverlo centímetros de mí.
-No volveré a caer de nuevo – respondí fría
-Pero yo creí...
-Creíste mal - dije mirándolo a los ojos - ¿Creíste que después de todo lo que me has hecho sufrir, con solo llegar y decirme palabras bonitas te iba a perdonar?
-¿Sí? – dijo dudoso. Lo miré asesinamente ¿Es enserio? ¿Está idiota?
-No, claro que no – ratificó su respuesta. A veces es demasiado lindo.
- ¿No sería mejor que te alejaras? Yo no soy la Sunny de antes, ahora ya me doy cuenta de quiénes son las personas que valen la pena, y tú – lo señalé de frente – no eres una de ella. Anda, lárgate con Brooke por ahí, de repente la usas como conmigo y te vas de nuevo, dejando hijos por todos sitios.
Se acercó, tomó mi mano haciendo círculos con su pulgar, me miró de arriba abajo detenidamente y cuando volvió a mis ojos, entrecerró los suyos y a centímetros de mí rostro dijo.
-¿Y si nunca me dejas de gustar?, Yo... - se acercó a mis labios de nuevo – No dejaré que me apartes de ti ni tampoco de él – susurró en mis labios mientras tocaba suavemente mi ya abultado vientre – Los necesito Sunshine...
-Y-yo no puedo seguir con esto. Me haces daño Louis, me haces demasiado daño ¿Cómo esperas que te perdone? – Pregunté mirando sus ojos azules – Te.. – No podía decir aquella frase – Me das miedo, me causas pesadillas en la noche. Tengo temor de ti Louis, eres tan... tan malvado. Solo piensas en ti y barres con cualquiera. No te quiero ver más – dije con lágrimas en los ojos y quijada temblante, entré a mi habitación y cerré la puerta para terminar hecha un ovillo en mi cama.

That summer nightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora