capítulo#4: "D. Leblanc"

740 59 14
                                    

Por más cara tierna que intenté poner la orden de Rosse fue firme; mi castigo sería ir a esa dichosa fiesta de su empresa dentro de unos días. Me dejé caer dramáticamente en la cama cuando mi hermana se estaba por retirar.

-Manipulas mi adolescencia -murmuré en tono lastimero mientras abría la puerta.

-Ya deja el drama -dijo luego de un suspiro-. Es por tu bien; vives encerrada en esta casa o en la biblioteca, me preocupas.

-De acuerdo, dame una identificación falsa así podré ir... A tomar alcohol y pastillas de droga.

-¿Y ahora que tiene? - la voz de Sophie se escuchó de repente.

-Está en sus momentos de desdicha porque la castigué -suspiró Rosse-. A ver si la haces levantarse.

La puerta se cerró, asomé el rostro entre las sábanas para mirar a mi mejor amiga dejar una caja de pizza sobre el escritorio.

-No quiero ir -me quejé como una niña.

-Si es tu castigo tendrás que ir

-¿Cuándo ustedes dos me dejarán en paz? Primero tú me arrastras a una fiesta de adolescentes descontrolados, ahora Rosse me arrastra a una de viejos empresarios.

-Tu hermana y yo sólo nos preocupamos por tí, a este paso te volverás una ermitaña.

Desde el accidente yo había creado una especie de burbuja a mi alrededor, una especie de alergia a la sociedad, no es que fuera emo o algo así, eran cosas mías, sin embargo Rosse y Sophie se empeñaban en ayudarme a "superarlo" y no me dejaban en paz.

(...)

Estaba a punto de apagar mi celular y dormir como Sophie, ella se había quedado a dormir como muchas veces cuando me llegó un mensaje.

De: Alexander Fizchester

-hola castaña

Luego de pensarlo un momento respondí.

-primero; mi pelo es café oscuro, como chocolate amargo y segundo, qué haces despierto a esta hora? Son casi la una.

-Ay perdón por despertarte o interrumpir alguna cosa importante, lo cual dudo :v

-¿Qué quieres decir con eso?

-Vamos...fuera de Sophie y tus primos tú no hablas ni tienes contacto con nadie más.

Fruncí el ceño comenzando a enojarme.

-Mis asuntos no son tu problema

- ¿Quién está hablando de tus asuntos? Solo estoy diciendo la verdad

Podía imaginar esas palabras en su descarado tono burlón.

-Y tú tienes muchas personas con las cuales hablar a esta hora maldito odioso.

De inmediato me mandó un screen de su conversación en ese instante con Jhulisa, bufé, siempre era igual, Alexander buscaba la manera de restregarme su maldita relación en la cara.

Tuve el impulso de desquitarme, estaba harta, harta de sentirme decepcionada e ignorada con las mismas personas, harta de sentir que me pisotean, harta de confiar y que me fallen, harta de no poder ser feliz.

-Yo también estoy hablando con alguien

Luego de unos instantes su mensaje hizo aparición.

-Oh! De verdad?

-Sip

-Y se puede saber quién es ese "alguien"?

La Vida Secreta de Skylar GrayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora