capítulo#25: "Pues lloverá nutella"

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Luce tan desesperado y sus palabras son tan honestas como un día lo fueron. Tengo la posibilidad de retomar esa historia con mi primer amor, el chico que me robó el primer beso de mi vida y por quien derramé lágrimas.

¿Quien desecharía una oportunidad así?

Pues yo.

Al instante empujo a Alex y me las arreglo para rodear la mesa y salir disparada tras de un furioso rubio. Corro todo lo que me dan las piernas apenas razonándolo. No sé si Alex es mejor que Dylan o al revés, pero algo dentro de mí me impulsa a no dejarlo ir.

-¡Dylan! -chillo inútilmente su nombre puesto que en lugar de detenerse aumenta la velocidad.

Mascullo una groseria y corro más a prisa. Los adolescentes a mi alrededor se me quedan mirando pero no me importa. El camino de Dylan se ve interrumpido por una masa de alumnos en el patio trasero, doy unas zancadas y lo jalo del brazo.

-¡¿No me oyes?! ¡Detente!

Me encara furioso zafándose de mi agarre.

-Quizá no me apetece mirarte o escucharte en este momento.

-No te vas hasta escucharme -nos miramos desafiantes pero no se va y me indica con los ojos que me escucha-. No es lo que parece, Alex me tomó de sorpresa.

-Casualmente estaban en la misma mesa de la misma cafetería charlando solos. Sí, muy creíble -abría la boca para replicar pero él me cortó-. Sé lo que vi, no necesito que me lo repitas, comprendo lo que sucede a la perfección.

-¡No! ¡No es así...!

Me da la espalda dejando mis palabras en el aire. Vuelvo a tomar su brazo pero esta vez no se gira.

-Dylan mírame -ordeno-, si no lo haces te arrepentirás.

Se voltea y me mira. El corazón me da un brinco cuando las piernas me llevan lo suficientemente cerca para unir mis labios con los suyos. Siento a Dylan tenso pero casi de inmediato sus labios empiezan a moverse con los míos. Todo desaparece y solo estamos él y yo. Había extrañado mucho, sin saberlo, todo lo que besarlo me causaba.

El poco aire que me quedaba luego de correr se esfuma de mis pulmones. Nos separamos algo jadeantes, lo tomo del rostro y lo hago mirarme a los ojos.

-Te quiero solo a ti.

Me jala haci sí y nos fundimos en un beso más apasionado que el anterior. Rodeo su cuello con los brazos y él mi cintura levantándome del suelo.

-Eres mía pequeña muñeca -me susurra entre besos.

Siento la temperatura en mi cuerpo aumentar y cosquillas en la boca del estómago. Tal vez estoy sudada y despeinada pero a Dylan parece no importarle. Los besos se hacen más urgentes cuando se oye una voz masculina a mi espalda.

-¡Wow! Algo me dice que vendrás a recogerme más seguido.

Me volteo y encuentro con un muchacho de gracioso pelo rojo y rizado que nos observaba alternativamente con diversión.

-¿Lo has aceptado? -asentí ruborizada-. ¡Al fin! Sabía que mis dotes románticos serían de ayuda.

-Eres un asco en consejos amorosos -replicó Dylan abrazándome por detrás y apoyando la barbilla en mi cabeza-. ¿Sabes que haces bien? Tomar un bus. En este momento no estaría mal.

-¡Prometiste llevarme! -se quejó el pelirrojo haciendo pucheros.

-Sí pero en mi moto solo cabemos dos: Skylar y yo.

-De acuerdo, te lo dejo pasar sólo porque se trata de tu linda chica por la que tanto hiciste berrinche.

Le suelta malicioso y Dylan lo mira mal rojo de verguenza y enojo.

La Vida Secreta de Skylar GrayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora