capítulo#12: "Me necesitas y yo a ti"

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Además de todas las tareas que tenía, me daba el tiempo para organizar la fiesta sorpresa de Sophie junto a Erick, Darwin, Matt y los padres de la primera.

Tomaba todo eso como la excusa para desviarme de conseguir a alguien para el papel de mi novio falso, mas la cruda verdad era que perdía más las esperanzas al respecto.

Y, no quería admitirlo; pero cada vez Dylan me intrigaba más. Lo había pillado varias veces observándome y no solo en las reuniones donde practicábamos para la exposición. En la cafetería, en educación física, mientras leía...

Había intendo decifrar su mirada verde e incluso leer su blanca expresión para adivinar lo que pensaba, pero no tenía idea; era frustrante. No hablabamos más de lo necesario; solo por el trabajo. Me sorprendía; pero echaba de menos sus constantes apodos y su irritante presencia haciendome rabiar de algún modo.

¿Estaría volviéndome masoquista?

Agité la cabeza quitando esas ideas y me centré en mi lectura. Cuando de pronto me llegó un mensaje.

Mensaje nuevo de: Rubio Odioso

-Tenemos que hablar. Alístate, llego por ti en un momento.

Fruncí el ceño y releí el mensaje unas dos veces. No teníamos nada en el trabajo; prácticamente estaba todo listo. No podía imaginar de qué podría querer hablar.

-¿Sobre qué?

-Te lo diré cuando te recoja.

Iba en serio. Dudosa y con un repentino nerviosismo me levanté de la cama y, puesto que estaba un asco; me di una ducha rápida.

(...)

Moví impaciente la pierna bajo la mesa y le eché otro vistazo al rubio que seguía haciendo fila esperando su turno de ser atendido.

Dylan me había recojido tal y como dijo y estabamos en la que casualmente era mi heladería favorita. Había una pared que tenía un enorme espejo, me miré.

Mi oscuro cabello caía en rebeldes y abundantes ondas sobre mis hombros; hacía una curiosa mezcla con lo pálido de mi tez y ojos. Lo único encendido en mi cara era el color natural de mis labios, pestañas y cejas. Gracias a mi tez tan blanca todo eso sobresaltaba mucho.

De pronto Dylan dejó un helado de fresa frente a mí antes de sentarse. Pasaron unos minutos en los que cada uno se limitó a comer su postre correspondiente. No lo soporté más y rompí el silencio.

-¿Para qué me trajiste aquí? -lo miré-. ¿De qué querías hablar?

El rubio dejó de comer y se recostó en su asiento clavándome su impasible mirada verde. Traía una sudadera color vino sobre una camiseta gris.

-Quiero proponerte un trato

-¿Un trato? -fruncí el ceño totalmente contrariada y sorprendida-. ¿Sobre qué?

-Me necesitas -se inclinó hacia adelante y sus ojos brillaron-. Y yo también a ti.

-No entiendo.

-Deja que me explique -suspiró-. Necesitas a alguien que finja ser ese novio que les has hecho creer a todos que tienes. Yo necesito a una novia para que me dejen en paz las muchachas locas del colegio.

-¿Estas ofreciéndote a ayudarme con mi plan? -pregunté sorprendida.

-Basicamente -se recostó en tu sitio-. Te ayudo con eso de la "venganza" que tienes.

Parpadeé y lo medité un poco.

-¿Qué es lo que quieres a cambio? -entrecerré los ojos desconfiada-. No creo que me estes queriendo ayudar porque sí.

La Vida Secreta de Skylar GrayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora