Además de todas las tareas que tenía, me daba el tiempo para organizar la fiesta sorpresa de Sophie junto a Erick, Darwin, Matt y los padres de la primera.
Tomaba todo eso como la excusa para desviarme de conseguir a alguien para el papel de mi novio falso, mas la cruda verdad era que perdía más las esperanzas al respecto.
Y, no quería admitirlo; pero cada vez Dylan me intrigaba más. Lo había pillado varias veces observándome y no solo en las reuniones donde practicábamos para la exposición. En la cafetería, en educación física, mientras leía...
Había intendo decifrar su mirada verde e incluso leer su blanca expresión para adivinar lo que pensaba, pero no tenía idea; era frustrante. No hablabamos más de lo necesario; solo por el trabajo. Me sorprendía; pero echaba de menos sus constantes apodos y su irritante presencia haciendome rabiar de algún modo.
¿Estaría volviéndome masoquista?
Agité la cabeza quitando esas ideas y me centré en mi lectura. Cuando de pronto me llegó un mensaje.
Mensaje nuevo de: Rubio Odioso
-Tenemos que hablar. Alístate, llego por ti en un momento.
Fruncí el ceño y releí el mensaje unas dos veces. No teníamos nada en el trabajo; prácticamente estaba todo listo. No podía imaginar de qué podría querer hablar.
-¿Sobre qué?
-Te lo diré cuando te recoja.
Iba en serio. Dudosa y con un repentino nerviosismo me levanté de la cama y, puesto que estaba un asco; me di una ducha rápida.
(...)
Moví impaciente la pierna bajo la mesa y le eché otro vistazo al rubio que seguía haciendo fila esperando su turno de ser atendido.
Dylan me había recojido tal y como dijo y estabamos en la que casualmente era mi heladería favorita. Había una pared que tenía un enorme espejo, me miré.
Mi oscuro cabello caía en rebeldes y abundantes ondas sobre mis hombros; hacía una curiosa mezcla con lo pálido de mi tez y ojos. Lo único encendido en mi cara era el color natural de mis labios, pestañas y cejas. Gracias a mi tez tan blanca todo eso sobresaltaba mucho.
De pronto Dylan dejó un helado de fresa frente a mí antes de sentarse. Pasaron unos minutos en los que cada uno se limitó a comer su postre correspondiente. No lo soporté más y rompí el silencio.
-¿Para qué me trajiste aquí? -lo miré-. ¿De qué querías hablar?
El rubio dejó de comer y se recostó en su asiento clavándome su impasible mirada verde. Traía una sudadera color vino sobre una camiseta gris.
-Quiero proponerte un trato
-¿Un trato? -fruncí el ceño totalmente contrariada y sorprendida-. ¿Sobre qué?
-Me necesitas -se inclinó hacia adelante y sus ojos brillaron-. Y yo también a ti.
-No entiendo.
-Deja que me explique -suspiró-. Necesitas a alguien que finja ser ese novio que les has hecho creer a todos que tienes. Yo necesito a una novia para que me dejen en paz las muchachas locas del colegio.
-¿Estas ofreciéndote a ayudarme con mi plan? -pregunté sorprendida.
-Basicamente -se recostó en tu sitio-. Te ayudo con eso de la "venganza" que tienes.
Parpadeé y lo medité un poco.
-¿Qué es lo que quieres a cambio? -entrecerré los ojos desconfiada-. No creo que me estes queriendo ayudar porque sí.
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La Vida Secreta de Skylar Gray
Teen FictionAl verse obligada a ocultar una mentira capaz de impresionar a su flamante ex novio, Skylar acepta un curioso pacto con un inusual alumno de la escuela, sin sospechar que esta solución solo la meterá en situaciones peores en las que nunca se imaginó...