capítulo#10: "Rubio, amigos y...¡Un novio!

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Me encontraba caminando ciegamente por el patio escolar.

¿Por qué? Porque al asomarme en la cafetería con Sophie lo vi a él sentado en nuestra mesa; de nuevo.

Había pasado aproximádamente una semana desde mi aventura con Dylan, en todo ese tiempo el rubio había estado distante y lo poco que hablábamos era solo del trabajo. Así que decidí pasar ese recreo sola, no quería estar cerca de él sólo porque mis amigos lo hallaban encantador; pese a mis comentarios desdeñosos y miradas fulminantes.

A eso le sumaba que Rosse me había regañado bastante feo y no la culpaba. Me fugué de la fiesta, llegué a casa echa un desastre y no le di una buena explicación.

Encima de que no estaba cómoda con mi pareja; el trabajo se me estaba haciendo pesado, era muy importante y aún Dylan y yo no nos poníamos de acuerdo sobre qué noticia hacerlo.

Iba pensando en todo eso mientras cruzaba, sin darme cuenta, plena cancha de fútbol que estaba siendo ocupada. Cuando lo último que recuerdo fue un duro golpe tras la nuca y luego desplomarme y que todo fuera oscuridad.

(...)

Lentamente abrí los ojos. Estaba un poco mareada y me dolía allí donde el balón me golpeó.

Me di cuenta que estaba en la enfermería. Me erguí y me topé con unos atentos ojos castaños. La sorpresa fue precedida por una pizca de decepción. En el fondo de mi cerebro esperaba a otra persona.

-¿Estas bien?

-Seguro -lo miré inexpresiva. Había pasado mucho de la última vez que hablaba con él-. ¿Qué pasó? ¿Me desmayé?

-Sí, pero solo un par de minutos -trató de sonreír-. La enfermera se fue luego de asegurarse que estabas reaccionando. Ya vuelve.

-Pues no hace falta, estoy excelente.

De un brinco me bajé de la camilla y salí del lugar. Cuando tomaron mi brazo y giraron con suavidad; de nuevo me topé con él.

-Creo que ya es tiempo de que hablemos.

Me tensé. No estaba segura de estar lista para "hablar". Tomé aire, debía afrontarlo en algún momento si no quería perder su amistad.

-Supongo que sí...

-¿Aún... Estas enojada conmigo? -preguntó ruborizado levemente.

-¿Qué? ¡No! Bueno... -lo consideré-. No voy a mentirte, sigo algo sentida porque te hayas creído los cuentos de Jhulisa.

-Lo sé... En serio lo lamento. Yo no pienso así de ti.

-Pues sería lógico -crucé los brazos algo molesta-, digo, me conoces desde niños; sería sencillo creer que me conoces lo suficiente como para que cualquier babosa te lave el cerebro.

-Skylar, debes ponerte en mi lugar, estaba herido -me miró con súplica-. Obviamente te conozco y sé quien eres, por eso llevaba tantos años enamorado de ti y nunca me animé a decirlo.

-Lo sé, eso ya lo discutimos -jugueteé con mis dedos nerviosa, era mi turno-. Oye... En serio lo lamento yo...en realidad llegué a sentir atracción por ti y creí que funcionaría.

-Y obviamente eso no pasó -sonrió con tristeza-. Solo soy tu mejor amigo.

-En serio no quería hacerte ilusiones o usarte para olvidar a Alex. Si lo intenté fue porque de verdad sentí algo...o eso creí -murmuré la última parte.

-Entiendo -suspiró.

Bajó la vista algo deprimido, puse la mano sobre su hombro y lo miré a los ojos.

La Vida Secreta de Skylar GrayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora