capítulo#18: "Bella muñeca"

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Dejé el peine sobre el tocador y miré mi reflejo. Mi oscuro y espeso cabello caía ondulado sobre mis hombros; gracias al peine de manera presentable.

Levanté el bolso y lo cargué al hombro mientras salía de mi habitación. Llevaba apenas una semana de cerrar el dichoso trato con Dylan y ya sentía lo estresante que éste era.

Además de aguantar a las tontas muchachas de la escuela, quienes me habían molido a pelotazos en educación física, traía la preocupación por mi hermana mayor y tolerar a Dylan en mi hogar.

Esa mañana decidí tomarme un descanso de todo.

Bajé las escaleras. Greg y Dylan estaban en la cocina y, al parecer, el pelirrojo trataba de convencer al otro chico de ver una película.

-Ya me voy. Si queman la casa los mato -amenacé asomándome por la barra.

Los ojos verdes de los dos se clavaron en mí. Greg se metió un puñado de palomitas de maíz en la boca arqueando sus divertidas cejas rojas. En cambio las oscuras de Dylan se fruncieron. El rubio tenía lindas cejas. Oscuras y gruesas, muy masculinas.

-¿Vas a salir? -indagó Greg.

Asentí y me robé un puñado de palomitas que estaban sobre la barra en un tazón antes de dirigirme a la puerta principal.

-¿A dónde?

La voz de Dylan me hizo girar la cabeza casi de inmediato.

-Al albergue de animales. "Lassie" creo -me encogí de hombros para luego tomar el pomo y cerrar la puerta ahogando las palabras de Dylan a mi espalda.

(...)

Al cabo de unos minutos estaba bajando del bus y caminando las pocas cuadras que me faltaban para llegar al albergue de animales.

Ese fin de semana quise hacer planes con mi prima Zuria, había pasado bastante de la última reunión del grupo de lectura y desde entonces no la veía, pero ésta me explicó que ayudaría a Mia en un albergue de animales y no podía cancelarle. Así que me inscribí como voluntaria para ayudar.

Llegué al albergue. Zuria apareció tras un mostrador antiguo. Las paredes del lugar estaban decoradas como el consultorio de un veterinario y había una pequeña sala de espera.

-¡Hey! -me saludó alegremente-. Me da mucho gusto verte; prima.

-Digo lo mismo -le sonreí-. ¿Y Mia?

-Por aquí, estaba esperándote -una parte del mostrador se abrió con un chirrido como una puerta y mi prima me indicó pasar.

La seguí hasta una puerta al fondo. El olor penetrante de los animales me llegó a la nariz, también se oía el ruido de estos.

-¡Skylar! -Mia revoleó un plato de aluminio y me resivió con brazos abiertos-. ¡Qué alegría verte! Entre más manos mejor.

-¡Más cuidado! -gruñó un muchacho junto a la morena quien había atrapado el plato al vuelo-. Casi me das en la cara.

-Él es mi primo -lo presentó Mia haciendo caso omiso de sus protestas-. Élian

Era bastante alto, calculé que incluso más que Dylan. También se le notaba mayor; seguramente de entre la edad de las chicas. Tenía el cabello negro azabache y unos sorprendentes ojos azul eléctrico. Era muy atractivo.

No, un dios griego

Ladeé la cabeza

-Yo te he visto en algún lado...-dije al fin.

El chico frunció ligeramente el ceño. Quizá intentando recordar.

-Estuvo en la fiesta de empresas -respondió Mia por él.

La Vida Secreta de Skylar GrayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora